Un 4 de julio de 1964
en la vereda Cerro de los Andes, del municipio de San Vidente de Chucurí, en el
departamento de Santander, desde un rancho abandonado, cerca de la casa de
Pedro Gordillo, (c/p) Parmenio, una pequeña columna de 18 integrantes, bajo el
mando del comandante Fabio Vásquez Castaño (c/p) “Carlos” inicia una marcha de
entrenamiento en dicha zona la naciente columna guerrillera del Ejército de
Liberación Nacional, y su primer bautizo de fuego fue la toma del poblado de
Simacota, el 7 de enero de 1965.
Seis meses después de
sus prácticas y elementales entrenamientos, Fabio Vásquez, decide la acción de Simacota
en esa fecha, en homenaje a Antonio Larrota González, querido líder estudiantil,
fundador del “MOEC 7 de enero,” asesinado en los primeros días de mayo de 1961,
a manos de un traidor, cuando Larrota se encontraba organizando un destacamento
guerrillero en la zona de Corinto, departamento del Cauca. (1)
La toma guerrillera de Simacota,
no solo marcó el inicio combativo y exitoso del ELN, también se da a conocer
públicamente y para toda Colombia, la existencia de este movimiento guerrillero,
sus planteamientos y propuestas revolucionarias, los colores de su bandera,
rojo y negro y su consigna, que aún mantienen y levantan con mucha fuerza de “ni un paso atrás, liberación o muerte”. Consigna
que lo encierra todo para un revolucionario: lealtad, entrega, confianza, fe,
sacrificio, honradez, humanismo y valor.
En esa toma guerrillera
participaron 24 combatientes y dos hechos interesantes que quiero destacar,
participó la primera mujer que ingresó al ELN, nombrada Mariela González Rojas
(La mona Mariela) o Paula y el más joven guerrillero con apenas 13 años de edad
Nicolás Rodríguez (c/p) Gabino, actualmente Comandante en Jefe del ELN, cuyos
padres de origen liberal gaitanistas, tuvieron y ofrecieron un importante apoyo
a Fabio Vásquez y a sus compañeros en la formación y modesta logística del ELN.
Hoy, en una patria
mancillada por la bota militar gringa en su territorio, con el beneplácito del
gobierno de Uribe-Duque, esa es la misma e histórica consigna que levantan los frentes
urbanos y rurales del ELN, en respuesta al gobierno del presidente Duque, que
se niega a cumplir el compromiso, de iniciar un proceso de diálogo y
negociación, que los conduzcan a lograr un acuerdo de paz con justicia
política, económica y social, interpretando el sentir y aspiración que, en medio de esta horrible Pandemia, desea
la gran mayoría del pueblo colombiano.
Simacota, marca para
sus combatientes y militantes la primera caída en combate de uno de sus
fundadores, Pedro Gordillo, a partir de ese momento, se le conoció como el
“capitán Parmenio”, con ese histórico nombre, hoy en las montañas andinas, se le
honra al llevar uno de sus frentes de guerra el nombre de “Capitán Parmenio”.
El insurgente Ejército
de Liberación Nacional (ELN), ha sido caracterizado por la prensa occidental y
especialmente colombiana como un movimiento guevarista y pro-cubano, lo hacen
con la mala intención de sembrar una matriz de opinión equivocada. Es cierto
que la Revolución Cubana y el triunfo del 1ro de enero de 1959 atrajo a la
mayoría de organizaciones políticas latinoamericanas de distintos orientaciones
políticas e ideológicas y a brindar solidaridad.
En ese escenario de
efervescencia revolucionaria se desarrollo en Cuba el Congreso Estudiantil
Latinoamericano en julio de 1960, a él
acudieron cientos de jóvenes de diversos países, entre ellos de Colombia, aquí
se encontraron jóvenes con ansias de libertad y críticos de lo que acontecía en
sus países, algunos sometidos a las criminales dictaduras como las de Somoza, Stroessner,
Trujillo, Duvalier y otras bajo supuestas democracia como la de Colombia,
sometidos a un Pacto entre liberales y conservadores, de alternarse sus
mandatos bajo el manto del Frente
Nacional, en esa época presidido por Alberto Lleras Camargo, el mismo que
promovió la expulsión de Cuba de la OEA y que rompió relaciones diplomáticas
con Cuba el 9 de diciembre de 1961.
Dentro de esos jóvenes
vinieron a Cuba varios de ellos, militantes de diferentes organizaciones de la
juventud liberal del MRL, de la JUCO (Juventud Comunistas) Socialistas, jóvenes
cristianos, entre otros, de ellos sobresalían algunos dirigentes como Antonio
Larrota, Víctor Medina Morón, Manuel Vásquez Castaño y otros. En 1962 viajan a
Cuba Ricardo Lara Parada, Fabio y Manuel Vásquez Castaño y otros compañeros, de
acuerdo a lo publicado en el libro ya arriba mencionado, “Todos los lideres nacientes de la nueva izquierda latinoamericana que
visitaron Cuba se entrevistaron con Fidel, el Che, pero siempre con el
comandante Manuel Piñeiro “Barbaroja”, (2)
Entre ellos los arriba mencionados.
Y efectivamente el ELN,
tuvo influencia de la Revolución Cubana, pero eso no implicaba que Cuba
exportara la revolución, las revoluciones no se exportan y como muy bien dijo
el general de ejército Raúl Castro Ruz, respondiendo a dicha campaña dirigida
por los medios al servicio del imperialismo yanqui. “Cuba no exporta Revoluciones, pero si es un manantial donde vienen a
beber de sus aguas los hombres y mujeres libres”.
La práctica
revolucionaria del ELN, sí tiene influencia de los principios que ha mantenido
inalterable la Revolución Cubana en todos sus años de existencia. Esa política
se expresa en su posiciones internacionalista, antimperialista, de defensa de
la justicia social, amplitud en sus posiciones políticas, contrarias al dogmatismo y al sectarismo, no ha centrado su
lucha solo en la expresión armada, su campo de acción es amplio en sus orgánicas
estudiantiles, religiosas, obreras, sindicales, comunales y campesinas, en el
respeto y apoyo al trabajo femenino, el diálogo con todo el espectro político y
social, pero en un marco del principio
revolucionario.
Por esos principios orgánicos
es donde radica la fortaleza del ELN, no en si tiene tal o más cual cantidad de
guerrilleros armados o frentes de rurales. No, por eso es que todos los gobiernos colombianos que han
iniciado negociaciones de paz, se han equivocado con el ELN, al que siempre
consideraron una organización débil, uno
de los fracasos del gobierno de Andrés Pastrana, fue precisamente no atender el
proceso de dialogo y negociación con el ELN y no tomar medidas para garantizar lo que se llamó la Zona de
Encuentro que no se concretó, lo saboteó la V Brigada del Ejército con la
Operación Bolívar y utilizaron a los paramilitares y a las fuerzas de la
derecha en Santa Rosa. Esto provocó el fin del proceso de negociación y dialogo
de paz con el gobierno de Andrés Pastrana.
Pero la violencia en
Colombia y la lucha armada, no es un fenómeno de esos últimos 56 años, no viene
de larga data, como lo recoge la escritora nicaragüense María López Vigil
publicado en su libro (3) en la entrevista que
le hizo al comandante en jefe del ELN ya fallecido, Manuel “El Cura” Pérez, y que
él le refiere:
” La violencia con la que ha actuado la oligarquía para
reprimir toda la oposición a sus privilegios es una característica de la
historia colombianas. Cuando olían que la gente se unía en contra ellos, ya no
importaban colores políticos y se “pacificaba” el país a como diera lugar”. Y, añadía,
“en esas “pacificaciones” siempre salía al final una amnistía, que era un solo
engaño” “Porque al que creía y entregaba las armas lo mataban. Aquí la oligarquía
sólo esta dispuesta a permitir algunas pinceladas de democracia, pero nada que
signifique que ellos vayan a perder el poder.”
Y continua el
comandante Pérez, “Lo novedoso del ELN no
era tanto la lucha armada. Porque la lucha armada ha habido siempre en
Colombia. Desde los años 50, después de la Violencia, el mismo Partido
Comunista planteo la lucha armada en la forma de la autodefensa campesina y de
ahí nacería después las FARC”. “Lo novedoso del ELN, apuntó, era que planteaba
la estrategia de tomar el poder por la vía de la lucha armada” “Y eso no era lo
común entre los partidos de izquierda” “¿Qué se planeaban esos partidos? Ir
llegando por reformas a más conquistas populares y si bien allá a lo último
estaba el poder…eso se tenía casi olvidado”.
En esta primera entrega
como homenaje a la fundación del Ejercito de Liberación Nacional (ELN) de
Colombia y a los hombres y mujeres que han entregado sus vidas, en aras de
lograr una Patria para Todos, les daré a conocer parte de la historia de esta
organización revolucionaria colombiana.
(*) Periodista,
politólogo y analista internacional.
La Habana, Cuba, 4 de
julio del 2020. 22.30 hrs.
Bibliografía
consultada.
(1Y 2)
Las Guerrillas en Colombia. Ed.
Penguin Ramdon House. 2017. Pag 206 y 230.
(3) Manuel “E Cura” Pérez. Camilo
camina en Colombia. Ed 1990 .
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