A medida que los países sudamericanos impulsan un mayor uso de monedas locales como alternativa al dólar en el comercio regional, Brasil y Argentina ya hacen alarde de crecientes flujos comerciales usando un sistema de pago gestionado por sus bancos centrales.
El real brasileño es una de las monedas que se está usando para el comercio regional.
Desde octubre de 2008, más de 1.000 importadores y exportadores han usado el sistema, conocido como Sistema de Pagos en Moneda Local, o SML, para el pago de transacciones en sus respectivas monedas sin el gasto de cambiar pesos argentinos o reales brasileños a dólares.
Su cuota total del comercio bilateral es aún pequeña, y representa apenas 2,6% de los US$18.600 millones en bienes y servicios intercambiados entre ambos vecinos durante el primer semestre del año.
El viceministro de Economía de Argentina, Roberto Feletti, cree que el SML podría terminar comprendiendo hasta 30% del comercio para el final de la década.
En una entrevista con Dow Jones, Feletti dijo que por un lado, existe la necesidad de hacer más marketing, y por el otro, como todo nuevo sistema, toma tiempo ver sus ventajas.
Según el Banco Central de Argentina, se procesaron 6.932 transacciones por el SML por US$1.450 millones hasta el final de junio. Las exportaciones brasileñas a Argentina representaron más de 90% de las transacciones.
El Banco Central del Uruguay ha firmado una carta de intención para usar el SML, pero la implementación final depende de la aprobación legislativa en Brasil.
Enrique Mantilla, presidente del consejo de exportadores de Argentina, Cera, dijo que la modesta cuota de comercio del SML probablemente se debe a que los negocios se cubren en sus necesidades cambiarias extranjeras exportando bienes y servicios denominados en dólares.
"La gente prefiere hacer el comercio internacional en monedas duras y no en monedas locales, a menos que la moneda local también sea dura", dijo.
En una reunión en Buenos Aires el mes pasado, los ministros de economía de la Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur, se comprometieron a profundizar los lazos financieros y comerciales entre los 12 países miembros para proteger la región de lo que podría ser una nueva crisis global que se está gestando en Europa y Estados Unidos.
Uruguay y Venezuela recibieron el encargo de redactar las recomendaciones para aumentar el comercio en monedas locales, incluyendo una revisión de los acuerdos de pagos y créditos recíprocos de la Asociación Latinoamericana de Integración, o Aladi.
Está en juego el comercio interregional de alrededor de US$120.000 millones, que podría descalabrarse si una crisis restringiera el acceso de Latinoamérica a monedas duras como el dólar, dijo Feletti.
En su momento, dijo Feletti, basados en el criterio que han usado, parece lógico tratar de llegar a un nuevo acuerdo de pagos y créditos recíprocos que reproduzca el acuerdo de Aladi, pero con un mayor uso.
El acuerdo de Aladi, cuyos orígenes se remontan a 1965, da a los bancos centrales participantes de Latinoamérica una mayor flexibilidad en la administración de sus reservas internacionales.
Las transacciones comerciales extranjeras son acreditadas y debitadas entre bancos centrales, y los déficits o superávits resultantes son ajustados cada cuatro meses.
Los volúmenes de transacción que usan el sistema han mermado de manera considerable desde la década de 1990, cuando dejó de ser obligatorio. Aun así, Aladi informó de 7.941 transacciones por US$1.740 millones durante el periodo de enero-abril.
Unasur también estudia el sucre, una moneda virtual cuyo valor se deriva de un canasto de monedas de Venezuela, Bolivia, Cuba y Ecuador. La primera transacción se realizó en febrero de 2010, cuando Cuba pagó con sucres por importaciones venezolanas.
Feletti cree que pueden coexistir varios sistemas locales de monedas en la región.
"No se trata de "desdolarizar" s Sudamérica porque usamos el dólar como reserva internacional y los bancos centrales seguirán acumulándolo", dijo Feletti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar