Por Jorge Luis Baños
La limitación de recursos y la excesiva centralización lastran hoy a la empresa cubana, coinciden expertos. Economistas y expertos de varias disciplinas reconocieron recientemente que Cuba ha emprendido un camino de transformaciones económicas profundas, “sin precedentes”, aunque le queda mucho por andar. Ese consenso emergió entre los participantes en el Seminario Anual sobre Economía Cubana y Gerencia Empresarial, que tuvo lugar del 20 al 22 de junio en un salón de reuniones del Hotel Ambos Mundos, de La Habana Vieja.
El evento, organizado cada año por el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), pasó revista esta vez al camino andado desde que el VI Congreso del Partido Comunista definió la ruta de la “actualización del modelo económico”. En particular, puso atención al discurrir de la actividad empresarial, uno de los puntos priorizados en los Lineamientos de la Política Económica y Social aprobados por el cónclave partidista en abril del 2011.
Entre los desafíos inmediatos que afronta el país, el doctor Jorge Mario Sánchez Egozcue señaló la necesidad de “lograr en muy breve tiempo cambios sustantivos en la rígida cultura administrativa que caracteriza a la sociedad cubana para poder empezar a hacer efectivos los propósitos de su agenda estratégica”.
El debate evidenció que se han dado pasos de impacto, por ejemplo, en la política agraria, en la política bancaria y financiera con la introducción de novedades como los microcréditos y en el apoyo a actores económicos no estatales, como el trabajo por cuenta propia. Pero Sánchez Egozcue observó que existen apreciaciones opuestas sobre la velocidad de las transformaciones.
Van, según este economista, desde posiciones de apoyo al proceso para sacar al país del estancamiento hasta aquellos que lo consideran insuficiente o “se muestran poco optimistas sobre la eficacia real de las reformas iniciadas, dada la considerable resistencia pasiva que su implementación enfrenta desde la burocracia y el aparato institucional, renuentes a aceptar la descentralización y la transferencia de poderes que implican perder una hegemonía que nunca antes había sido cuestionada”.
Otras intervenciones admitieron que la descentralización propuesta por los Lineamientos es uno de los puntos de menor avance, a pesar de constituir uno de los fundamentos que aportarían fortaleza a la empresa estatal.
En las sesiones dedicadas al análisis de la política gerencial, la doctora Ileana Díaz Fernández reveló áreas dónde se esconden las reservas de productividad que la economía cubana necesita desplegar –como opinaron otros conferencistas- para garantizar un crecimiento estable y sostenible.
En referencia a una serie de estudios sobre la cultura organizacional en el país, Díaz Fernández mencionó la limitación de recursos y la excesiva centralización, como una de las características que lastran hoy a la empresa cubana.
Esta economista del CEEC consideró que la imposibilidad de manejar recursos propios para solucionar problemas y tener que esperar a que el plan le asigne lo necesario, “crea una cultura de la disciplina y no de la creatividad, de ser reactivos ante los problemas y no proactivos”.
La productividad encuentra otra fuerte traba en el exceso de empleo, dijo Díaz Fernández, así como en la obsolescencia tecnológica, el excesivo gasto material, el rendimiento de los fondos y la motivación de los trabajadores, “aspectos –recalcó- que no serán resueltos sin autonomía”.
El evento mostró que en casi todos los sectores de la economía cubana bajó la productividad en 2010 con respecto a 1991. Solo mejoró ese indicador en las telecomunicaciones, la minería y la construcción, los dos primeros a cuenta de las inversiones y el capital extranjero en los años 90.
En cambio, dos de los sectores de más baja productividad del trabajo, el agropecuario y la administración pública, concentran hoy el 61,7 por ciento del empleo total, lo cual constituye, una penalización para alcanzar un crecimiento económico sostenible en el corto y largo plazo, observaron otros participantes.
Varias ponencias, sin embargo, reconocieron la existencia de fuerzas potenciales en la economía cubana, si se logra un hábil encadenamiento productivo entre empresas y sectores, se ejecuta con más flexibilidad la política de inversiones extranjeras para encontrar capital y se aprovecha mejor el capital humano del país.
La ocasión resultó propicia para la presentación de una nueva edición de Miradas a la economía cubana, el proceso de actualización; Cuba, hacia una estrategia de desarrollo para los inicios del siglo XXI; y Elementos de Econometría, de investigadores del CEEC y de otros centros de estudios.
El seminario también sirvió de escenario a sendas conferencias magistrales de Mai Thi Thu, directora general del Centro Nacional para la Información y los Pronósticos Socioeconómicos, de Vietnam, y de Grzegorz Kolodko, del Instituto de Investigaciones sobre Transformación, Integración y Globalización Económicas de la Universidad de Kozminski, de Varsovia, capital de Polonia. (2012)
Entre los desafíos inmediatos que afronta el país, el doctor Jorge Mario Sánchez Egozcue señaló la necesidad de “lograr en muy breve tiempo cambios sustantivos en la rígida cultura administrativa que caracteriza a la sociedad cubana para poder empezar a hacer efectivos los propósitos de su agenda estratégica”.
El debate evidenció que se han dado pasos de impacto, por ejemplo, en la política agraria, en la política bancaria y financiera con la introducción de novedades como los microcréditos y en el apoyo a actores económicos no estatales, como el trabajo por cuenta propia. Pero Sánchez Egozcue observó que existen apreciaciones opuestas sobre la velocidad de las transformaciones.
Van, según este economista, desde posiciones de apoyo al proceso para sacar al país del estancamiento hasta aquellos que lo consideran insuficiente o “se muestran poco optimistas sobre la eficacia real de las reformas iniciadas, dada la considerable resistencia pasiva que su implementación enfrenta desde la burocracia y el aparato institucional, renuentes a aceptar la descentralización y la transferencia de poderes que implican perder una hegemonía que nunca antes había sido cuestionada”.
Otras intervenciones admitieron que la descentralización propuesta por los Lineamientos es uno de los puntos de menor avance, a pesar de constituir uno de los fundamentos que aportarían fortaleza a la empresa estatal.
En las sesiones dedicadas al análisis de la política gerencial, la doctora Ileana Díaz Fernández reveló áreas dónde se esconden las reservas de productividad que la economía cubana necesita desplegar –como opinaron otros conferencistas- para garantizar un crecimiento estable y sostenible.
En referencia a una serie de estudios sobre la cultura organizacional en el país, Díaz Fernández mencionó la limitación de recursos y la excesiva centralización, como una de las características que lastran hoy a la empresa cubana.
Esta economista del CEEC consideró que la imposibilidad de manejar recursos propios para solucionar problemas y tener que esperar a que el plan le asigne lo necesario, “crea una cultura de la disciplina y no de la creatividad, de ser reactivos ante los problemas y no proactivos”.
La productividad encuentra otra fuerte traba en el exceso de empleo, dijo Díaz Fernández, así como en la obsolescencia tecnológica, el excesivo gasto material, el rendimiento de los fondos y la motivación de los trabajadores, “aspectos –recalcó- que no serán resueltos sin autonomía”.
El evento mostró que en casi todos los sectores de la economía cubana bajó la productividad en 2010 con respecto a 1991. Solo mejoró ese indicador en las telecomunicaciones, la minería y la construcción, los dos primeros a cuenta de las inversiones y el capital extranjero en los años 90.
En cambio, dos de los sectores de más baja productividad del trabajo, el agropecuario y la administración pública, concentran hoy el 61,7 por ciento del empleo total, lo cual constituye, una penalización para alcanzar un crecimiento económico sostenible en el corto y largo plazo, observaron otros participantes.
Varias ponencias, sin embargo, reconocieron la existencia de fuerzas potenciales en la economía cubana, si se logra un hábil encadenamiento productivo entre empresas y sectores, se ejecuta con más flexibilidad la política de inversiones extranjeras para encontrar capital y se aprovecha mejor el capital humano del país.
La ocasión resultó propicia para la presentación de una nueva edición de Miradas a la economía cubana, el proceso de actualización; Cuba, hacia una estrategia de desarrollo para los inicios del siglo XXI; y Elementos de Econometría, de investigadores del CEEC y de otros centros de estudios.
El seminario también sirvió de escenario a sendas conferencias magistrales de Mai Thi Thu, directora general del Centro Nacional para la Información y los Pronósticos Socioeconómicos, de Vietnam, y de Grzegorz Kolodko, del Instituto de Investigaciones sobre Transformación, Integración y Globalización Económicas de la Universidad de Kozminski, de Varsovia, capital de Polonia. (2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por opinar