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Douglas Holtz-Eakin, exdirector de la Oficina Presupuestaria del Congreso con el presidente George W. Bush, publicaba no hace mucho una tribuna de opinión en The Guardian titulada "Tenemos que controlar el gasto estadounidense" que es a la vez triste y divertida.
La parte triste es ver a Holtz-Eakin llegar a esto. Hizo un buen trabajo a la hora de dirigir la Oficina Presupuestaria del Congreso, protegiéndola de la influencia partidista y produciendo informes que resultaban útiles a todos los bandos. Sin embargo, ahora repite como un loro la línea del partido, y ni siquiera da la impresión de que esté esforzándose mucho.
La parte triste es ver a Holtz-Eakin llegar a esto. Hizo un buen trabajo a la hora de dirigir la Oficina Presupuestaria del Congreso, protegiéndola de la influencia partidista y produciendo informes que resultaban útiles a todos los bandos. Sin embargo, ahora repite como un loro la línea del partido, y ni siquiera da la impresión de que esté esforzándose mucho.
Vamos, ¿todavía vendiendo la austeridad expansionista a estas alturas?
La parte divertida es su definición de la postura contraria a la austeridad como la "ortodoxia de los expertos". Vaya. Justo el otro día los diversos Joes -los analistas de televisión Joe Scarborough, Joe Kernen, etcétera- decían que yo era el único, un "unicornio", una de las quizás tres o cuatro personas en todo el mundo que no piensan que el déficit sea el mayor problema al que nos enfrentamos. ¿Ahora soy parte de una ortodoxia?
Bueno, puede ser. Fíjense en todos los expertos que piden desde las páginas de opinión de los principales periódicos o las tertulias de televisión el fin de la austeridad y más estímulos. Estoy yo, y luego está, bueno, a lo mejor Martín Wolf del Financial Times.
Pero supongo que soy un tío tan grande que soy una ortodoxia yo solito.
Bueno, puede ser. Fíjense en todos los expertos que piden desde las páginas de opinión de los principales periódicos o las tertulias de televisión el fin de la austeridad y más estímulos. Estoy yo, y luego está, bueno, a lo mejor Martín Wolf del Financial Times.
Pero supongo que soy un tío tan grande que soy una ortodoxia yo solito.
© 2013 New York Times.
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