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Roberto González Amador
Periódico La Jornada
La capacidad de compra de los salarios,
Roberto González Amador
Periódico La Jornada
La capacidad de compra de los salarios,
muy por debajode lo que era hace 5 años: OIT
Un alto ejecutivo en Estados Unidos percibe 508 veces más que el trabajador
promedio
Un lustro después del estallido de la crisis económica hay un
sector claramente beneficiado. Las ganancias empresariales recuperaron este año,
e incluso superaron, el nivel que tenían antes del inicio de la mayor recesión
en ocho décadas. En el otro extremo de la balanza, los salarios, medidos a
partir de su capacidad de compra, siguen
muy por debajode lo que eran hace cinco años.
Son evidencias contenidas en un reporte publicado esta semana por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT). El informe muestra que las
ganancias empresariales están de regreso, pero no son invertidas en actividades
productivas sino en aumentar las tenencias en efectivo. Un detalle adicional:
los sueldos pagados a los altos ejecutivos crecieron más de 25 por ciento en los
últimos cuatro años. En Estados Unidos, donde se originó la actual crisis, ya
son 508 veces superiores al salario promedio.
Las ganancias regresan pero no son invertidas, apuntó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Informe sobre el trabajo en el mundo 2013, publicado esta semana. Sin embargo, los beneficios empresariales no están siendo invertidos en generar más actividad productiva y empleo. De hecho, apunta el informe, las tasas de inversión en las economías avanzadas van en retroceso.
La participación de los beneficios empresariales en la economía total aumentó
3.4 puntos porcentuales en los países de ingreso medio del Grupo de los 20
–entre los que se cuenta México–, al pasar de 37.3 por ciento en 2000 a 40.7 por
ciento en 2010/2011, mencionó el reporte.
Baja inversión productiva
El incremento fue de similar magnitud en los países de alto ingreso
del Grupo de los 20 o G-20. En este caso, las ganancias empresariales
incrementaron en 2.2 puntos porcentuales su participación en la economía, en el
mismo lapso.
[El G-20 reúne a todos los países desarrollados y a naciones en desarrollo
entre ellas: China, India, Brasil, México y Turquía; en conjunto representan 90
por ciento del producto interno bruto mundial].
Sin embargo, hay un marcado contraste entre la participación de las ganancias en la economía y la inversión en los países de alto ingreso en comparación con lo ocurrido en las naciones de ingreso medio del G-20, dice el informe.
Para el conjunto del G-20 las ganancias empresariales aumentaron su
participación en la economía en 2.6 puntos porcentuales entre 2000 y 2010/2011,
mientras la inversión total sólo lo hizo en 0.3 puntos. Mientras, en los países
de alto ingreso de ese grupo, las ganancias crecieron su participación en la
economía en 2.2 puntos, pero la inversión total se redujo en 3.6 puntos
porcentuales.
En cambio, en los países de ingreso medio (también del G-20), la inversión
total aumentó su participación en 7.2 puntos porcentuales, poco más del doble de
lo que creció la proporción de ganancias respecto de la economía total, que fue
para el mismo periodo de 3.4 por ciento.
A escala mundial, las inversiones se situaron un punto porcentual por debajo
de los niveles anteriores a la crisis. En las economías avanzadas, el descenso
equivale a tres puntos porcentuales.
El incremento de los márgenes de ganancia también se reflejó en los mercados
accionarios mundiales, que en su mayoría han alcanzado o excedido incluso, sus
niveles máximos históricos, añade el reporte. Desde el punto bajo al que
llegaron a inicio de 2009, los índices bursátiles mundiales se han duplicado. La
tendencia, dice, es particularmente notoria en los países avanzados. En Estados
Unidos –en cuyo sector inmobiliario se gestó la actual crisis mundial– el
indicador Standard and Poor’s 500, que mide la evolución de las 500 principales
empresas de los mercados accionarios de ese país, se ubica alrededor de 4 por
ciento arriba de su nivel históricamente más alto. El mercado bursátil alemán
también se encuentra en puntos máximos.
A nivel de empresa, los márgenes de beneficio de las grandes empresas aumentaron desde 2008, y en la actualidad se sitúan casi en los mismos niveles alcanzados entre 2004 y 2007. Pero en vez de colocar estos beneficios en la economía real a través de las inversiones productivas, con mayor frecuencia estos ingresos adicionales han sido dirigidos hacia mayores tenencias en efectivo, agrega el informe.
Los depósitos en efectivo de la empresas que cotizan en las bolsas, tanto en
las economías avanzadas como en las emergentes y en desarrollo, se incrementaron
de 2.3 billones (millones de millones) de dólares en 2000 a 5.2 billones en 2008
y crecieron aún más durante la crisis, hasta alcanzar 6.5 billones de dólares en
2011, el último año para el que hay datos disponibles a nivel mundial,
agrega.
¿Y las remuneraciones?
Los salarios promedio en el mundo, medidos en términos reales –es
decir, a partir de su poder de compra– se mantienen
muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis, de acuerdo con la OIT. Ajustados por inflación, conocidos como salarios promedio reales, crecieron 1.2 por ciento a nivel mundial en 2011, por debajo de 2.1 por ciento alcanzado en 2010 y 3 por ciento en 2007.
Para los altos ejecutivos la historia ha sido diferente, según los datos
aportados en el Informe sobre el trabajo en el mundo 2013.
En las grandes empresas, la remuneración de los ejecutivos ha demostrado ser
resistente a la crisis, dice. En los países para los cuales se dispone de datos,
la remuneración de los ejecutivos regresó, y en algunos casos superó, los
niveles anteriores a la crisis, añade.
La muestra: en Alemania y Hong Kong, ejemplifica, la remuneración promedio de
un director ejecutivo de una empresa grande aumentó más de 25 por ciento entre
2007 y 2011. Como consecuencia, la relación entre la remuneración de un director
ejecutivo y la promedio en la economía creció de 155 a 190 veces en Alemania y
de 135 a casi 150 veces en Hong Kong. En 2011, en Estados Unidos, los directores
ejecutivos de las empresas más grandes ganaron en promedio 508 veces más que un
trabajador promedio de ese país.
La incapacidad de transformar las ganancias en inversiones en las economías avanzadas está retardando la recuperación del empleo, asegura. Las economías avanzadas contribuyeron con sólo una tercera parte de las inversiones en 2012, en comparación con más de 60 por ciento en 2000. Al mismo tiempo, en esos países el crecimiento del empleo sigue siendo débil y los niveles de ocupación permanecen por debajo de los registrados antes de la crisis.
En cambio, muestra, las economías emergentes o en desarrollo representaron
cerca de 47 por ciento de las inversiones mundiales en 2012, en contraposición
con sólo 27 por ciento en 2000. En este grupo, el empleo creció en promedio
alrededor de 7 por ciento entre 2007 y 2012.
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