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jueves, 8 de agosto de 2013

CHINA: DESEMPEÑO ECONÓMICO-SOCIAL EN 2012

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Julio A. az zquez
CIEI – UH

Resumen:

El o 2012 tuvo connotaciones especiales para la República Popular China por  varias  razones.  Entre otras,  se  efectuó  el  XVIII Congreso del  Partido Comunista  Chino;  se  inició  una  nueva  dirigencia nacida después  de  la Revolución y China experimen saltos espectaculares en diversos rubros. Esto le permitió evadir la crisis económica mundial y convertirse en un actor clave para otras naciones como Arica Latina y Caribe. Al tiempo, surgieron nuevos retos económico-sociales que tend que sortear.

Introducción

El pasado 2012 tuvo para la República Popular China (RPCh), por más de una razón, connotaciones especiales. Entre otras, en (8-13/11/2012) se efectuó el XVIII Congreso del  Partido Comunista Chino (PCCh); marcó el adiós de Hu Jintao como Secretario General del  Partido; e inicio de una nueva dirigencia nacida  después  de  la  Revolución,  la  “quinta  generación”,  al  elegirse  a  Xi Jinping, al frente del Partido que regirá los destinos de China en los próximos diez años.  Por  otra parte, el escritor Mo Yan (seudónimo que significa “No Hables”) fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Novelista que, en su obra, ha   mostrado “una visión crítica  de la política y compasión por los campesinos chinos”, así como “pena por el declive de la humanidad y odio por la burocracia corrupta”.

En tanto, al concluir el 2012, en los diez años del mandato de Hu Jintao, China experimentó  en  diversos  rubros  saltos  espectaculares.  El  Producto  Interno Bruto (PIB) creció a un  ritmo superior al 10% anual; el país, al aplicar  un paquete de medidas expansivas, evadió la crisis destapada en la economía internacional desde 2008 y, lo más destacable, se convirtió en factor de primer orden para que otras naciones (América Latina-Caribe) sortearan sus apuros. Pasó al primer puesto mundial como productor y exportador bienes; se convirtió en la segunda potencia económica, solo por detrás de Estados Unidos. El PIB per cápita ascendió de los 1,135 dólares del 2002 hasta los  5,432 dólares anuales  en  el  2012.  Tales  logros  dieron  a  la  economía  China  un  mayor dinamismo,  al  tiempo  que  surgieron  nuevos  retos  económico-sociales  y escollos estructurales.

Resultados macroeconómicos

China en el 2012, enfrentó complejos desafíos en el orden interno y externo. Entre  otros,  contaron  la  permanencia  de  la  crisis  económica  internacional; influyó en la baja de las actividades industriales y comerciales; los precios de las viviendas repuntaron al alza;  fueron  necesarias medidas para frenar los créditos inmobiliarios, así como crecieron los  riesgos de las deudas de los gobiernos locales. Además, la orientación de hacer del consumo interno motor del crecimiento económico, exige ajustes estructurales que hagan perder peso a las inversiones en el auge del PIB; se inició un experimento en  Wenzhou (Zhejiang)  tendente  a  limitar  el  poder  de  los  grandes  bancos.  Igualmente, parece que el contrato familiar en el terreno agrario demanda una reforma.

Por otra parte, el país mantuvo sus obligaciones internacionales, a la vez que pretende una  mayor participación en la esfera económica global (G-20). En este  ámbito  aportó  43  mil  millones  de  dólares  para  refinanciar  al  Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin  duda, un  punto importante en el año lo constituyó el informe “China 2030”, elaborado a instancias del Consejo de Estado  y  el  Banco  Mundial  (BM)  que,  entre  otras  cuestiones,  plantea  la necesidad de “adelgazar” el sector  público, eliminar restricciones administrativas,  más  apoyo  a  la  economía  privada,  así  como  reducir  las dispensas de las grandes empresas públicas. Estas encarnan más del  63%, poseen el 90,4% del capital y el 82,2% de los giros económicos, de las 500 mayores firmas nacionales.

En cuanto al PIB (8 billones 280 mil millones de dólares) creció en 7,8 %; superó el 7,5% programado, pero resultó el más bajo desde 1999. Mientras, el volumen  del  comercio  exterior  alcanzó  los  3  billones  870  mil  millones  de dólares, incrementándose en el 6,2%;  cifra inferior al 10% proyectado. Las exportaciones subieron en un 7,9%, situándose en 2 billones 050 mil millones de dólares; y las importaciones lo hicieron en un 4,3%, ascendiendo hasta el billón 820 mil millones de dólares. Resultados que fueron influidos por la crisis que sufren los primeros mercados internacionales. Encabezó por sexto año consecutivo la producción de oro mundial. El saldo favorable del comercio exterior arrojó un monto de 231,100 millones de dólares, para un aumento del 48,1%.

Los principales socios comerciales de China fueron: la Unión Europea (UE) continúo  ocupando  el primer lugar  con  intercambios  generales  de  546,040 millones de dólares;  disminuyeron en un 3,7%.  Con Estados Unidos, llegaron a  los  484,680  millones  de   dólares,  creciendo  en  un  8,5%.  Con  Rusia, registraron un total de 188, 160 millones de dólares, para un alza del 11,2%. Significativo resultó que la nación asiática se convirtiera en la más importante del planeta por el volumen de lo exportado-importado en  el 2012, sobrepasando a los Estados Unidos. Los 3,87 billones del comercio exterior de China superaron los 3,82 billones de dólares acumulados por Norteamérica.

Asimismo, la producción industrial, producto de la coyuntura mundial,  solo subió un 10%  y las ventas minoristas un 14,3%. Pero se reanimó el sector inmobiliario que representó el 13% del PIB. Las reservas de divisas del país, superaron los 3,5 billones de dólares; las inversiones foráneas descendieron en un 3,7% totalizando los 111, 700 mil millones de dólares. Lo invertido por las firmas chinas en el exterior rebasó los 29, 200 mil millones de yuanes (77 mil millones de dólares en directas), e incluidas las fusiones y adquisiciones que sumaron los 307,900 miles de millones de dólares.

En el área energética, China, se propone reducir el consumo energético por unidad  de  producción  en  un  20%  en  el  plan  2011-2015.  En  este  orden, desarrolla  políticas para diversificar las fuentes de energía. El pasado año la producción de electricidad fue de 4,94  billones de KW/h, aumentado en un
4,52%. Reanudó el proyecto en ejecución a mediano plazo en la rama atómica, después  de  la  paralización  ocurrida  por el  desastre  (2011)  de  Fukushima, aunque en la actualidad solo aporta cerca del 2% del consumo eléctrico. Sin embargo, el país  se ha convertido en el primero en la capacidad de generación eólica e hidráulica, así  como aceleradamente crece la producción de paneles fotovoltaicos.

En tanto, China con más  de 20 millones producidos se transformó en el principal mercado para el área de la automoción, y fabrica ya casi el doble de vehículos automotores que Estados Unidos. Sector que el Gobierno considera estratégico, recibe por diferentes medios protección de las autoridades. Por Ley se obliga a todo productor que desee establecerse en el país, a entrar de socio al  50%   a  través  de  acuerdo  de  “Joint  Venture”,  e  incluye  cláusulas  de transferencia tecnológica. Además, p ara producir vehículos híbridos y eléctricos, se otorgan apoyos especiales en el plan quinquenal 2011-2015, y es necesario emplear ciertos componentes con patentes chinas.

China, ya cuenta con la mayor cota de trenes de alta velocidad del mundo. En 2008 se abrió la primera línea Pekín-Tianjin. Hoy la red tiene casi 10,000 Km. El 26 de diciembre de 2012 se inauguró la línea Pekín-Cantón, la más larga del mundo, que cubre los 2,298 kilómetros de distancia en solo ocho horas. En el 2011-2015 agregará otros 10 mil Km a las líneas de alta velocidad.

Esfera clave en el impulso que necesita el cambio de modelo de desarrollo, le corresponde tecnología, donde viene poniéndose a punto el Programa 863 que hace énfasis en varias direcciones, entre ellas, destacan la innovación científica y tecnológica para hacer efectivo el  crecimiento sostenible del área agrícola. Comenzó a funcionar el programa Beidou de posicionamiento satelital, al que seguirá la puesta en órbita de 100 satélites antes del 2015. En solo 20 años, el programa espacial de China cumplió las mismas tareas que a las  naciones desarrolladas  les  llevó  casi  medio  siglo  desarrollar,  incluidos  los  vuelos espaciales tripulados, las caminatas en el cosmos y procedimiento manual de engarce cósmico. El éxito del ajuste exitoso de la Shenzhou-9 con el módulo de laboratorio  Tiangong-1  resultó  un  nuevo  nivel  para  la  exploración  espacial china.

En 1992 el país decidió establecer su programa cósmico tripulado. Las políticas científicas  han  facilitado  el  proyecto  y  le  han  ayudado  a  desarrollarse  de manera general y sostenible.  La industria aeroespacial tuvo en el éxito de la Shenzhou-9;  demostró  la  capacidad  alcanzada  en  la  esfera  espacial  por China. Alrededor de 110 instituciones de investigación  participan directamente en el Programa y más de 3 mil  instituciones y unidades han coordinado sus esfuerzos.  En esta coyuntura, se anuncia que en los próximos cinco años se iniciaran los preparativos para poner a un hombre en la luna. Al mismo tiempo, marchan por buen camino las tareas para disponer en 2020 de una estación Cósmica propia.

Igualmente, China en el 2012, se reafirmó como un mercado turístico de orden mundial, al recibir a 133 millones de visitantes; representaron ingresos por valor de  los  407,940  millones  de  dólares.  Es  significativo  que  de  esa  cifra,  10 millones 580 mil visitaron el Tíbet, para  un incremento de casi el 22%. Los ingresos fiscales aumentaron en un 11,9% para totalizar  los 11billones 7 mil millones de yuanes. La tasa de inflación quedó por debajo de lo  esperado, alcanzando un 2,6%. El desempleo urbano se mantuvo alrededor del 4,1%.

En la esfera monetaria financiera, China, ha continuado impulsando el empleo del yuan en los intercambios comerciales; explora su uso en las inversiones en los mercados de Hong Kong,  Macao y con los integrantes de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN). Sin embargo, parece que una apertura a la cuenta de capital, deberá esperar aún por una etapa de experimentación en el  mediano  plazo.           Un  paso  importante  en  esta  dirección  lo  constituyó  el anuncio  que  China-Japón,  utilizaran  el  yuan-yen  en  sus  transacciones comerciales transfronterizas, así como seguirán trabajando en la creación de una Zona de  Libre Comercio (ZLC), China-Japón-República de Corea, y dar impulso a la cooperación monetario-financiera en Asia del Este.

Por otra parte, en el curso del 2012 salieron a relucir  con fuerza el papel que ha venido experimentado en el país la existencia de un sistema bancario en la sombra. Este medio de  financiación se realiza a través de transacciones no reguladas de las letras de aceptación, los pagarés y los productos de inversión que no aparecen en los balances bancarios  convencionales. También, para frenar la presión monetaria generada en el sector  inmobiliario, se dictaron medidas para elevar las tasas de interés y las cuotas de cobertura  para los bancos.

 A la vez, la explosiva expansión que conoció la economía de China, en la primera  década  del  Siglo  XXI,  encontró  manifestación  en  el  auge  de  los grandes  holdings  que  ha  venido  conformándose  en  su  territorio.  Según  la revista Fortune, de las 500 grandes  empresas mundiales, ya constituye el segundo país con 73 de tal listado. Resulta  interesante que dentro de las primeras 10, ocupan lugares destacados la Corporación Petroquímica de China (SINOPEC) (5ta), Petro-China (6ª) y la Eléctrica China State Grid (7ª).

 Las Esferas Social y Étnica

Los ámbitos sociales dieron muestra de una inusitada cadena de acontecimientos que abarcaron variados tópicos en el acontecer de la sociedad china. Así,  resultó inesperado el llamado del Primer Ministro, Wen Jiabao de impulsar una reforma política tendente a limitar el poder y la discrecionalidad de los funcionarios, e insistir en la necesidad de ajustar la vida ciudadana en el respeto y apego a la ley,  como promover  la extensión de los derechos de la población.  Asimismo,  para  más  de  un  observador  del  acontecer  social  en China,  sobresale como asunto de primer orden, el incremento desmedido de la brecha  entre  los  ingresos  de  la  población  urbana  y  rural,  así  como  las diferenciaciones que ocurren dentro de la propia plaza citadina.
 
No se pone en dudas que, de conjunto, la Reforma y Apertura catapultó a China  a  la  segunda  economía  del  orbe,  en  solo  algo  más  de  20  años. Integralmente,  salieron  de   la  extrema  pobreza  cientos  de  millones  de habitantes del país. Pero, al unísono, las  disparidades de ingresos hoy se hacen irritantes, llegando incluso a vaticinios que le otorgan base para poner en riesgo la estabilidad social. Esto lo evidencia la evolución que experimentó el coeficiente  “Gini”  en  la  última  década.  En  el  año  2000  datos  oficiales  lo situaban en el 0,41; en el 2012, ya se reconoció que ascendió al 0,47.Otras fuentes señalan que el 2010 frisaba el 0,61. En el 2011-2015, se prevé que las entradas de la población se eleven en un 13% anual. El país se propone duplicar en el 2020 el PIB el pér cápita con relación al 2010.

Los números indican que los ingresos en las áreas rurales están alrededor de los  9,261   yuanes;  mientras  que  los  urbanos  rozan  los  28,710  yuanes. Diferencia que los  distancia en 3,1 veces. Cuentan con mayores ingresos netos:  Shanghai,  con  36.230  yuanes;  Beijing,  32.903  yuanes;  y  Zhejiang, 30.971 yuanes. Les siguen Tianjin, Guangdong, Jiangsu, Fujian y Shandong. Las Regiones con ingresos más bajos se concentran en el Tíbet, Heilongjiang, Qinghai, Xinjiang y en el último lugar Gansu. Precisamente, a finales del 2011, los  datos  arrojaban  que  China  había  experimentado  la  mayor  emigración demográfica del campo a las Zonas urbanas en toda su historia. Abarcó a 253 millones de trabajadores migratorios.

Por  otro  lado,  estudios  de  la  Academia  de  Ciencias  Sociales  de  China muestran que las causas que concentran la mayoría de los conflictos sociales recientes  en  el  país,   incluyen  las  expropiaciones  de  tierras  agrícolas, demoliciones de casas, la contaminación ambiental, y los problemas laborales. Factores  que  en  ocasiones  se  ven  potenciados  por  regímenes  laborales excesivos, e intensifican los  brotes de las protestas sociales. Afrontar tales complicaciones  requiere  respuestas   relacionadas,  entre  otras,  como  las ayudas al desempleo, la extensión del sistema de  pensiones, la asistencia a la salud, acceso a la vivienda, etc., sin olvidar las discriminaciones que sufre la población que emigra a las ciudades.

No puede pasarse por alto el despliegue de la campaña que en China se trata de  instrumentar en la lucha contra la apropiación ilegal de tierras, a fin de garantizar una extensión suficiente de suelos de labranza capaz de alimentar al pueblo y proteger a los  campesinos. Sin embargo, los gobiernos locales dependen mucho de las ventas de áreas para garantizar sus ingresos, por ello suelen ofrecer un trato favorable a las promotoras inmobiliarias. Emblemáticos resultaron los altercados ocurridos en la aldea (20 mil  habitantes)  de Wukan (Guangdong), que protestaron por los negocios corruptos alrededor de la tierra y  otros  dislates,  solucionados  con  la  intervención  del  Gobierno  provincial, eligiendo los aldeanos, de forma directa, a los nuevos dirigentes locales.

Para distintos analistas, la falta de regulación en los mercados bursátiles, más la deficiente gestión del sistema de seguridad social han dejado a la mayoría de ciudadanos sin otra opción que la inversión inmobiliaria. A ello se debe que el aumento de los precios de la vivienda apenas hayan reportado a las familias chinas  una  mayor  sensación  de  seguridad.   Ello,  puede  explicar  que  el patrimonio neto familiar del país asiático en el 2010 alcanzara los 69,1 billones de dólares; y   donde las viviendas suponen más del 70% de los activos totales familiares. Si la burbuja inmobiliaria estalla, podría ser devastador para una parte importante de la población.

Otro  factor  que  pesa  en  el  ámbito  social  corresponde  lo  abultado  de  la población inmigrante (253 millones) que, en buena medida ha sido artífice del desarrollo del país, de ella unos 164 millones están comprendidas en edades entre los 18 y 25 años. Este segmento poblacional reclama acceso legal a la residencia, servicios de salud y educación, etc. Lo cual  demanda solución para el “hukou”  o permiso de residencia, cuya eliminación progresiva se debate en los últimos años. A su vez, China elevó el estándar del índice de pobreza a un dólar diario; lo que arroja una población por debajo de ese nivel de unos 128 millones de personas.

Ante  el  drama  social  que  planea  sobre  la  población  de  China,  se  une  la exigencia de una distribución más inclusiva de los ingresos y el envejecimiento de  la  población.  Los  números  son  elocuentes;  con  el  avance  de  nueva centuria, para el 2030 cerca de la  tercera parte de los habitantes del país, superará los 60 años. Así, aparece como un paliativo el retraso de la edad de jubilación hasta los 65años;  en la actualidad la baja laboral es de 60 años para los  hombres  y  55  para  mujeres  en  el  sector  público  y  de  50  para  otras categorías.  La  esperanza  de  vida  alcanzará  los  75  años  en  el  2015. Igualmente, el nacimiento de 115 niños por cada 100 niñas dejará en el 2030 a 40 millones de hombres sin pareja.

El  2012,  se  acompañó  en  China,  aunque  en  menor  medida  que  años anteriores, de accidentes laborales y naturales saldados con el costo de vidas humanas. Solo en las minas  de carbón el saldo representó cerca de 2 mil almas. Además, con independencia e incremento de las medidas institucionales, la conjugación de  actitudes negligentes y la falta de control explican que los casos de corrupción son un fenómeno demasiado frecuente en la China actual. En contrapartida, las redes sociales superan los 574 millones de internautas que proporcionan voz a numerosos problemas. Este segmento poblacional se asocia con la insurgencia de una clase media que, para algunos observadores, topa los 500 millones.

A la vez, no faltaron en el año voces en la cúpula política que perciben la necesidad de  sentar las bases para el establecimiento de una sociedad de derecho junto a una  mayor difusión de espacios sociales más democráticos. Ello, implicará necesariamente un cambio cultural en las relaciones sociedad- poder. No basta solo con que los funcionarios tengan como objetivo central el mantener la estabilidad social, sino ante todo, la búsqueda de solución de los problemas de los ciudadanos recurriendo a un diálogo en pie de igualdad.

Sin embargo, el sucinto recuento de lo acaecido en China en el 2012, no puede dejar fuera de mención la repercusiones sociales que resultó de la defenestración de Bo Xilai, miembro del Buró Político y jefe del PCCh en la megalópolis de  Chongqing  (32 millones de  habitantes,  Municipio  Especial). Ocasión que sirvió para que el PCCh presentara el incidente como prueba de imparcialidad y firmeza  a la hora de luchar contra la corrupción y el abuso de poder. Juzgar a  Bo Xilai está por iniciarse.  Pero, las condenas de su esposa, Gu  Kailai,  acusada  de  la  muerte  de  un  súbdito  inglés  (pena  de  muerte, suspendida por dos años), y de su mano derecha, Wang Lijun, Jefe de la Policía en Chongqing (15 años de cárcel) ha precedido a su propio juicio.

No faltaron en el 2012, la continuidad de incidentes turbulentos en el Tíbet y la Región Uigur. En los dos últimos años, en el territorio tibetano ocurrieron más de 80 inmolaciones, 25 de  las cuales sucedieron en las semanas previas y posteriores al XVIII Congreso. Hechos a los que se unieron iguales sacrificios en las provincias de Qinghai y Sichuan; acompañadas  de manifestaciones y actos de  protestas fanáticas. Todo indica que potenciar el turismo (más de 10 millones en el 2012), el derrame inversionista millonario en infraestructura, o la construcción de gimnasios en los monasterios, no son suficientes para acallar los ecos que encuentra el Dalai Lama en el Reino Unidos, Mongolia o Japón. No faltan voces que  reclaman reabrir diálogos que pongan fin a la violencia actual.

En el caso de la Región de Xianjiang, parece que los excesos intensificados de la seguridad  pública también han primado en la gestión del problema uigur. Entre los incidentes violentos se contaron los intentos de secuestro de aviones (condenados a muerte sus autores), o los ataques a edificios oficiales ocurridos en Kashgar, saldados con una veintena de muertos. Todo indica que aún están presente las secuelas de los enfrentamientos (2009) entre las etnias Han y los Uigures.  El anuncio de más inversiones (114,980 millones de dólares), por  parte  de  las  empresas  estatales,  tampoco  es  considerada  la  solución factible a los diferendos arraigados históricamente.

Por  otra  parte,  las  cuestiones  que  atañen  al  medio  ambiente  tomaron  un inusitado  auge  en el 2012. El país conoció (2011) más de 542 accidentes ambientales.  De  un  lado,  actuaron  el  cambio  de  rumbo  en  el  modelo  de desarrollo de la economía, ahora  con énfasis en el consumo  interno, y el abandono  de  políticas  tendentes  a  potenciar  el  crecimiento  económico  a cualquier precio. De otro, arraigó en la población la reacción contra la visibilidad de los perjuicios que ocasionan los incidentes ambientales en la sociedad. Por las  afectaciones  al  medio  fueron  paralizados  proyectos  industriales  en  las provincias de  Sichuan, Jiangxi, Jiangsu, Hainan y Guangxi, en atención a la presión  de  una  ciudadanía  que,  cada  vez,  está  más  sensibilizada  con  la problemática ambiental.

Por último, no puede ignorarse que en el 2012, China, siguió desarrollando un ingente  esfuerzo en el aspecto cultural que, en esencia, busca proyectar la extensión del poder  blando e influencia en el plano internacional. El Premio Nobel  otorgado  a  Mo  Yan  resultó  un  excelente  evento  que  contribuye  a renovar la imagen del país. También, en la formación  de un nuevo perfil se inscriben los Institutos Confucio que, con más de 400 filiales y 500 aulas, diseminadas por la geografía planetaria aportan otras dimensiones a la esfera cultural. Tampoco hay que  olvidar que, desde Occidente, se despliega una guerra cultural encaminada a imponer patrones liberales y minar las raíces de las pautas sociales chinas.

Relaciones Económicas y Política Exterior

El ámbito externo, en lo económico y político, significó para China en el 2012, en la misma medida que incrementaba su presencia en la arena internacional, nuevos desafíos de variados órdenes. Lugar destacado lo ocupó la aparición de un periodo de rivalidad en el Pacífico, en particular, los provocados por el incremento de las tensiones en los mares de  China.  Así, la vuelta de los Estados Unidos a Asia es vista como un intento de  contener  a China, de imponer reglas que permitan a Norteamérica beneficiarse del auge de la región y mantener la hegemonía planetaria. El mayor obstáculo para el desarrollo de la cooperación sino-norteamericana radica en la brecha de desconfianza entre ambas partes.

Sin embargo, en la relación bilateral; en el comercio China-Estados Unidos se elevó (8,5%), así como la apreciación del yuan en más de 7% frente al dólar (desde el 2010), limó las fricciones en el área monetaria. En (5/2012) tuvo lugar el Diálogo Económico y Estratégico  donde las dos partes procuran sostener una relación abierta al máximo nivel; a pesar de las 14 disputas iniciadas por los Estados Unidos en la Organización Mundial del Comercio  (OMC) contra China.
Igualmente, Norteamérica, al elevar la cooperación militar con países de Asia, con los cuales China mantiene disputas territoriales desmiente el aserto de que Estados Unidos “no toma partido”.

De otra parte, a lo largo de 2012, numerosos altos dirigentes chinos visitaron Europa con el propósito expreso de mostrar confianza en el desempeño de la UE y en el papel del euro. No caben dudas que, tanto la Europa del Sur como la del Este, han incrementado sus  expectativas respecto al peso que toma China en el contexto económico-político  internacional. También la República Alemana (RFA), con las visitas de altos dignatarios a China, elevó el nivel de interlocución, aprovechando el interés de Beijing en el potencial  tecnológico alemán. A su vez, China siguió a comprando bonos de la eurozona y  del Fondo  de  Estabilidad  Financiera.

En  el  pasado  año,  tampoco  estuvieron ausentes las fricciones comerciales llevando las relaciones a un punto “crítico”, según declaraciones de las autoridades chinas.

Al mismo tiempo, los vínculos sino-rusos parecen que entraron el pasado año en  un   camino   ascendente.  Rusia  se  afirmó  como  uno  de  sus  socios estratégicos más importantes. Tanto, Vladimir Putin como  Hu Jintao han apostado firmemente por el fortalecimiento de la colaboración económica multifacética  y la  militar, envolviendo también a la rama de los hidrocarburos, basadas en un aumento de las relaciones comerciales; los  intercambios del 2012, se aproximan a la meta fijada de los 100 mil millones de dólares, antes del 2015.

En  cambio,  las  relaciones  con  Japón  conocieron  un  año  especialmente convulso. Más de un suceso que, bien puede catalogarse de provocación, trajo agua al molino para exacerbar la confrontación interesada por la parte nipona. Aquí, entre otros, contaron la decisión de la “compra” por el Gobierno de las islas Diaoyu, las negaciones de la masacre de Nanjing, el menosprecio hacia las esclavas sexuales, la admisión como “taiwaneses” de  los residentes de Taiwán en la península, la visita del Dalai Lama, la celebración en Japón del Congreso Mundial Uigur en el exilio, seguido de más de un incidente marítimo alrededor  de las disputados islotes de  Diaoyu, fueron  telón de fondo para ensombrecer las relaciones entre los dos países.

Los agravios mutuos dieron pie a manifestaciones de corte nacionalista en  uno y otro lado. Además, en el diferendo hizo acto de presencia un tercer factor. Los desacuerdos  sino-nipones sirvieron para   justificar y reforzar la alianza militar entre  Tokio  y  Washington.  Mientras,  en  signo  contrario  actúan las negociaciones  para  crear  una  ZLC  entre  China-Seúl-Tokio  que,  parece  la respuesta  china  al Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP; Trans Pacific Partnership). El proyecto TPP  propulsado por los Estados Unidos (excluye a China), muestra las claras intenciones norteamericanas de asumir una posición dominante  en  la  integración  de  las  economías   regionales,  ampliar  sus exportaciones a la Zona, así como reafirmarse como potencia imperial del orbe.

A su vez, China ha expresado con insistencia que la India es más un socio cooperativo que rival. Para Beijing, es plenamente claro que Nueva Delhi ocupa un lugar clave en la arquitectura geopolítica regional. Así, es comprensible que los Estados Unidos pretendan  elevar su perfil invitándola a  desempeñar un papel activo en  la  contención del gigante asiático, a través del fortalecimiento de la relación triangular con Japón. Tal vez, por ello, China intensifica el diálogo sobre  el  asunto  fronterizo  pendiente  y  retomado  el  programa  bilateral  de cooperación militar, impulsando otros tramos de  una normalización activa. Ambos países han abierto nuevos puestos fronterizos al comercio.

Con respecto al Continente Africano, los intercambios comerciales con China indican que,  desde el 2009, es el principal socio de África. Más de 2 mil entidades chinas operan en diferentes países africanos, donde se concentra el segundo contingente de cerca de un  millón de sus ciudadanos chinos que trabajan  en  el  exterior.  Además,  igual  lugar  ocupan  en  la  contratación  de proyectos, así como el cuarto destino de las inversiones en el extranjero. China ha invitado a los Estados Unidos a unirse en el desarrollo programas conjuntos en África.

Se reconoce que el crecimiento que se aprecia en el África Subsahariana tiene en  China   (5,4%  del  PIB;  2012)  su  principal  fuente  de  transformaciones económicas.  Mientras, prosiguen los dilatados tratos  sobre    las indemnizaciones  con  Libia para resarcir daños y perjuicios a las empresas chinas, derivadas de los trágicos  acontecimientos que dieron al traste con el gobierno del Gadafi. Igualmente, fortalece los  vínculos con Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, así como firmó una  asociación estratégica con  Abu  Dabi.  En  la  Zona  del  Medio  Oriente,  Beijing  es  el  primer  socio comercial de Irán; ha rechazado la campaña de sanciones que los países Occidentales buscan internacionalizar contra Irán.

En el orden multilateral, en (7/2012), con la presencia de Presidentes, Jefes de Gobierno y otros altos dignatarios de 50 países de África, tuvo lugar en Beijing, la V Conferencia del Foro  de Cooperación China-África (FCChA). Este Foro nació en el 2000 con el objetivo de estrechar los vínculos entre las dos partes. Uno de sus más inmediatos resultados se concretará en los préstamos que, por valor de 20 mil millones de dólares, durante los tres  próximos años, China concederá a distintos países africanos, para llevar a cabo numerosos proyectos de inversión e infraestructuras. No es ocioso recordar que en la última cumbre, celebrada  en  Egipto  (2009),  se  otorgaron  créditos  por  10  mil  millones  de dólares

Los vínculos de China-América Latina, sin duda, parecen encaminarse a un nuevo estadio. Constituye el tercer inversor en la Región, después de Estados Unidos  y la UE y, según  pronósticos, para el 2015 podría convertirse en su segundo socio comercial, superando los intercambios que mantiene la Zona con la UE.  Entre el 2005-2010, los Bancos chinos derramaron en la Región más de  75 mil millones de dólares. China tiene TLC con Chile,  Perú y  Costa Rica. Es el primer destino de las  exportaciones de Brasil, Chile y Perú, así como segundo de Cuba y Costa Rica.

Por otra parte, las declaraciones durante la visita (6/2012) de Wen Jiabao  a Uruguay, Argentina y Chile han sido interpretadas como  un punto de inflexión en  la  relaciones   sino-latinoamericanas.  Propuso,  en  Buenos  Aires,  una eventual “Zona de Libre  Comercio”  con MERCOSUR; lanzó en Santiago su anuncio estrella para la Región: una  línea de crédito de 10 mil millones de dólares para proyectos de infraestructura, además de 5 mil millones de dólares para cooperación. A lo que se agrega la regulación del diálogo Comunidad de Estados  Latinoamericanos  y Caribeños  (CELAC)-China  y la  invitación  para establecer una plataforma para desarrollar una cooperación global, plural e intensa.

En el ámbito global, China  tendió puentes para incentivar la cooperación con los países  BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) que, entre otras potencialidades,  concentran  el 18% del PIB mundial y más del 40% de las reservas monetarias. Aunque, sigue analizándose la propuesta para crear un Banco que        financie  obras  de  interés mutuo,  incluyendo a países subdesarrollados;  y  que  bien  pudiera  estar  llamado  a  ser  una  alternativa financiera al Banco Mundial (BM)) y al Fondo Monetario Internacional (FMI).

Asimismo,  en  el marco  de  la  Organización  de  Cooperación  de  Shanghái (OCS)  apoyó la admisión como país observador de Afganistán; y de Turquía como socio de  diálogo. Además, estableció una asociación estratégica con Kabul y firmó un acuerdo de  de  seguridad con ese país. A su vez, China redobló el activismo en Asia Central,  construyendo  gasoductos y lanzando grandes  proyectos  de  infraestructura,  así  como  expandiendo  su  presencia diplomática y cultural. Es destacable que el gigante asiático  reafirmara como línea política derivada de los acuerdos del XVIII Congreso de PCCH, el rechazo al uso de intervenciones militares como instrumento para resolver conflictos y abogue por una  diplomacia pública, tendente a mejorar la imagen exterior del país.

Por último, China aumentó del 3,2% al 5,1% la aportación al presupuesto de la Organización  de Naciones Unidas (ONU), convirtiéndose en el sexto mayor contribuyente  para  el   mantenimiento  de  la  Organización.  Igualmente,  el Ministerio de Relaciones Exteriores chino instituyó un departamento específico para promover la cooperación económica internacional, así como la seguridad económica  nacional.  Iniciativa  dirigida  a  influir  más   activamente  en  la superación de la brecha Norte-Sur en la legislación universal; reflejada en el ejemplo evidente de  muchas de las normas recogidas por la OMC.


Sin embargo, un lugar especial en las relaciones económicas y exteriores de China, lo ocupan el desarrollo de los vínculos con Taiwán. Es bueno recordar que en el 2012 se  cumplieron 20 años en que la “Asociación de Relaciones Entre Ambos Lados del Estrecho  de Taiwán” (ARATS, siglas en inglés) y la “Fundación  para  los  Intercambios  a  través  del  Estrecho”  (SEF,      siglas  en inglés), firmaron el llamado  "Consenso de 1992"; acuerdo por el que ambas se adhirieron al principio de “Una Sola China”. Estas entidades son organizaciones no gubernamentales que tienen la misión de la parte Continental y de Taiwán, respectivamente,  de  encargarse  de  los  asuntos  entre  los  dos  lados  del Estrecho.

Bajo  el  "Consenso  de  1992",  el  (6/2008)  la  ARATS  y  la  SEF  reanudaron conversaciones después de una suspensión de nueve años. Desde entonces han  firmado   18  convenios,  incluyendo  el  histórico  “Acuerdo  Marco  de Cooperación Económica”. Así, el acercamiento entre el Continental y Taiwán se ha intensificado. A la valoración positiva de los resultados logrados, se suma  la apertura  de  cada  vez  más  sectores  de  la  Isla  (infraestructuras,  servicios, manufacturas) a las inversiones de la parte Continental. Las inversiones totales de  China   en  Taiwán  se  fijaron  (2012) en  328 millones de dólares,  y  las realizadas el pasado año, en el 122 millones 170 mil dólares.

Mientras, el comercio entre el  Continente   y Taiwán llegó a los 168 mil 960 millones de dólares, convirtiendo a aquél en el primer socio comercial de la Isla. La inversión total de  Taiwán en China (2012) fue de 10 mil 900 millones de dólares; la llegada de visitantes  continentales totalizó los 2 millones 230 mil turistas.  Además, se firmó un acuerdo sobre la protección de las inversiones y otro sobre cooperación aduanera; se avanza en negociar el de cielos abiertos, cultura, liquidación de divisas, comercio de mercancías y servicios, etc. Hay más  de  600  vuelos  semanales  directos;  se  intercambiaron  dos  oficinas bancarias y comerciales y se prevé otras cuatro en el 2013.

Las políticas seguida por el Guomindang (KMT) desde la llegada al poder en la Isla, en el 2006, para  mejorar e incrementar los contactos entre las dos partes del Estrecho, ha tenido  como base los pronunciamientos del Presidente Ma Ying-jeou de los “tres noes”: no  independencia, no unificación, no uso de la fuerza, como base para dirigir la tarea de los  vínculos bilaterales. El ritmo tomado por los intercambios ha obligado al Partido Democrático Popular (PDP) a redefinir sus posturas de defensa acérrima de “pro independencia”. En ese plano inició un viraje que, parece no tener retorno, y estableció contactos no oficiales con el Continente y explora posibilidades de diálogo con el PCCh.

Así, el grado de complejidad que toman los vínculos continentales-isleños, ha dado lugar a que los dos principales partidos, el KMT y el PDP, planteen glosas alternas al “Consenso de  1992”. Los dirigentes del PDP han sugerido una “Constitución con diferentes interpretaciones”; mientras que por parte del KMT, hablan  de  “Un  país,  dos  áreas”  o  de   “Una  República,  dos  Regiones”. Pronunciamientos que el Continente rechaza, cuando  aluden a las posturas independentista  como  al  “Consenso  de  1992”.  Todo  indica  que  el  vigente “status quo”, con prioridad en los aspectos económicos, marcará la pauta para encaminar los vínculos entre las dos partes, en el corto o mediano plazo.

Finalmente, no puede ignorarse que el regreso a Asia de los Estados Unidos le imprime un nuevo impulso a la importancia estratégica de Taiwán y con ello, se convierte en otro peón manejable en la política de aislamiento contra China. No es un hecho banal que la  Administración Barack Obama haya vendido más armas a Taiwán que ninguna otro gobierno estadounidense, tanto en cantidad (cerca  de  20  mil  millones  de  dólares)  como  en  calidad,  incluyendo  la modernización de 145 aviones  de caza F-16A/B, fragatas o los helicópteros Black  Hawk.  Situación  que  arroja  sombras  para  extender  los  encuentros Continente-Isla a  un diálogo político que incluya en el  futuro las cuestiones de la unificación.

Por  último,  no  resulta  extraño  que  el  Presidente  Ma  Ying-jeou  trate  de compensar  la  dependencia  económica  y  comercial  del  Continente  con  el aumento de la relación política con los Estados Unidos; con el mismo fin saludó el reforzamiento de la alianza nipona-estadounidense en materia de seguridad. Todo, justificado por la supuesta amenaza que suscita el desarrollo militar de China. No en balde, en el informe (2012) del Pentágono  sobre la capacidad militar china, menciona que el crecimiento de ese potencial  armamentístico puede ser usado contra Taiwán.

A Modo de Conclusiones

Sin temor a equivocaciones, el concluido 2012 reafirmó de un lado que, el principal desafío de la modernización de la economía y sociedad en China, lo constituyen la  complejidad de las situaciones que la propia dinámica de las reformas han creado  en el orden interno. De otro, tampoco pueden desatenderse las tensiones que los diferendos entorno a las islas y el transito marítimo por el Mar de China suscitan; los giros que han tomado las relaciones sino-niponas, seguido de las declaraciones, más los pasos emprendidos por los Estados Unidos de sentar reales en Asia, son algunas de las dificultades que hoy laten en el universo de China.

Tales desafíos entran de lleno en la agenda de la nueva dirigencia política elegida en el XVIII Congreso, con Xi Jinping de nuevo Secretario General del PCCh.  Ahora,  se  trata  de  implementar  con  nueva  energía  y  eficacia  al desempeño  económico,  como  extender   las   reformas  al  campo  político, entrando  de  lleno  en  la,  por  un  largo  tiempo  pospuesta,  llamada  “quinta modernización”. En la economía, será necesario lograr pasar  con  éxito a los cambios estructurales que impulsen un “modelo desarrollo con énfasis en el consumo  interno”,  sin  perder  de  vista  que  el  crecimiento  económico  se acompañe de una mayor justicia social.

Por otro lado, hay que destacar que los órganos dirigentes del PCCh, elegidos en el XVII Congreso, por primera vez en su historia, corresponden enteramente a una generación que  no  se vio acompañada de la sabiduría o sombra del papel que en otros momentos tuvieron  los fundadores. Tendrán que encarar como superar antiguos escollos, la herencia de la  decadencia del siglo XIX, como los nuevos retos generados por el resurgir modernizador que la “Reforma y  Apertura”  destapó.  Equilibrar  las  desigualdades  en  los  ingresos  entre  el campo y la ciudad con redistribución de la riqueza creada más equitativa; diferenciaciones  sociales lacerantes; agresiones al medioambiente; universalización de la enseñanza y la salud; además, combatir  sin tregua la rampante corrupción a todos los niveles.

No se puede olvidar que, por primera vez en su milenaria historia, la población urbana ha superado a la rural. Surge una clase media que no tiene parangón en el planeta, unida a la mayor concentración de la clase obrera conocida hasta el momento. Actores generales que,  junto a la difusión de redes nacionales alternativas  de  información  están  llamadas  a  ser  animadores  de  cambios sociales que, solo pueden concretarse, con aperturas de  participación más democráticas. La  necesaria democratización  reclamará que el imperio de la Ley se materialice en una sólida “Sociedad de Derecho”. Coronar en el 2020 la duplicación   del  PIB,  con  relación  al  2010;  y  lograr  un  estadio social modestamente acomodado exigirán que la tasa de crecimiento anual, oscile entre el 7-8% anual.

Finalmente, alcanzar esos objetivos, si bien representan metas ambiciosas  y necesarias,  no  por ello, son totalmente suficientes. La “Reforma y Apertura” encabezada por Deng Xiaoping, en 1978, ha arribado a una etapa que requiere el despliegue de creatividad, audacia  y férrea determinación, que pondrá en juego  el  consenso,  compromisos  y  estabilidad   logrados  por  parte  de  la dirigencia que llega al poder en el XVIII Congreso del PCCh.  Economía y democratización serán  derroteros que el tiempo apremia, poniendo en China a la política en el centro del quehacer económico-social.


Bibliografía:

Sitios web  del  Observatorio  de  la  Política  China,  del  Instituto  Gallego  de
Análisis y Documentación Internacional (IGADI) Spanish.China.Org.CnZai-China.Org
China Files.Com
Centro Asia-Pacífico, de Colombia
Iberchina.Org Iberglobal.Org Casa Asia.Org
Agencia de Prensa Xinhua
Publicaciones del Buró de Estadísticas de China
 

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