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martes, 20 de agosto de 2013

Cuba, ¿Es el Código Laboral que necesitamos?

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Por Humberto Herrera Carlés
@hhcarles

El Anteproyecto de Ley de Código de Trabajo que se está consultando con los trabajadores cubanos  está ocasionando disimiles reacciones, incluso se está dando el caso paradójico y es muy curioso, que los que están en contra del Socialismo, se preocupan por el mismo, de que si se viola la Constitución, que si se legaliza la explotación del hombre por hombre característica del capitalismo descrito por Marx, que si tiene contradicciones entre los articulados, que si los días feriados, que si los sindicatos, etc., lo que me ha llevado a pensar, que lo que buscan es  que se apruebe así porque no va funcionar.
Todas las preocupaciones son válidas y estoy seguro que dentro del proceso de discusión del mismo con los trabajadores cubanos, tal como ocurrió con los Lineamientos aprobados en el VI Congreso del PCC, se realizaran los ajustes, las precisiones, las eliminaciones de todo aquello que no está claro o contradiga el objetivo final de la construcción del Socialismo.
Sin embargo, como ha ocurrido en otras ocasiones, muchas veces legalizamos lo que es evidente que existe y funciona en la práctica  como por ejemplo: la despenalización del dólar. Ahora se va a legalizar u ordenar desde el punto de vista jurídico lo que ocurre en la práctica con la contratación por parte de personas naturales y esto es lo más novedoso de esta ley como veremos.
Cuando se lee el Anteproyecto, se percibe que el verdadero cambio fundamental con el Código del Trabajo que está vigente, es aquel que está dirigido a legalizar prácticas privadas y no en donde se supone  que es el  eje de la construcción socialista: la empresa estatal. Esto en alguna medida es lógico si tenemos en cuenta que la conceptualización de nuestro modelo socialista todavía se está estudiando, aunque está avanzado. Otra interpretación puede ser que se está aceptando que no hay que realizar reformas laborales en lo fundamental en la empresa estatal, sino de otra índole y esto si es un error, y una tercera, es aquella en que pareciera que no se está pensando con visión de futuro, de renovación y modernización acorde a lo que exige la economía y en donde tenemos que cambiar y transformar todo lo que no ha dado los resultados esperados en todos estos años.

Necesidad de cambios en el ámbito laboral estatal.
La fuerza laboral cubana y la población en general, tiene un masivo nivel de calificación técnico profesional que se puede ubicar  en el nivel medio-alto y es capaz de asimilar la ciencia y la técnica más avanzada e incorporarla en el quehacer cotidiano del ámbito laboral. No  descubro nada si afirmamos que la productividad del trabajo, a pesar de los niveles alcanzados en educación, fruto de la obra revolucionaria, es baja, digo más, como se demostró en “Cuba, el trayecto a lo ignoto”, somos el país que de acuerdo a los niveles de educación presenta la más baja productividad entre todos los países de este mundo.
El sólido, masivo y gratuito sistema educacional que hoy tenemos en Cuba, es la meta de muchos países para alcanzar mayores niveles de desarrollo,  mayores niveles de productividad y con ello eliminar flagelos sociales como el hambre, la drogadicción, la prostitución, la inseguridad, entre otros  y alcanzar además  un desarrollo sustentable.
Por otra parte es la fuerza de trabajo el principal activo con que cuenta una sociedad para desarrollarse, esto es válido en todos los niveles del sistema económico de un país dado y en cualquier modo de producción de que se trate. Sobran ejemplos en el  sistema capitalista de empresas que se dedican a capacitar a sus trabajadores, no porque lo consideren un derecho humano esencial, sino para que en última instancia sean más productivos.
Los resultados de Cuba en el último Informe de Desarrollo Humano (IDH) 2012 del PNUD  lo ubica como país, en el lugar 59 entre 187 naciones, pero hay que llamarse a engaño, esto no es por  altos niveles de productividad y loables resultados económicos, sino por la vocación humanista que con pocos recursos se ha logrado situar al país en los lugares 32 y 36 en las áreas de Educación y Salud a nivel  mundial. Por su parte, en lo que es que el Ingreso Nacional Bruto por habitantes (INB /habit, el otro indicador que se mide en el IDH), es decir la cantidad de riqueza creada per cápita que corresponde a cada uno de los cubanos, ocupamos el lugar 104 entre los 187 países mencionados.
Si observamos el ranking en educación ninguno de los países que presentan altos resultados en educación presentan diferencias abismales, como Cuba, en los resultados económicos. Así por orden los 10 primeros lugares en Educación lo ocupan: Nueva Zelandia, Estados Unidos, Noruega, Australia, Irlanda, Alemania, Corea del Sur, Eslovenia, Países Bajos y Dinamarca esos países en INB/habit ocupan los lugares 32,9,5,17,26,15,27,34,12 y 19 respectivamente.
Como se aprecia aun cuando inciden más factores, hay una cierta correlación entre los niveles de Educación y los niveles de riquezas obtenidos, el promedio de diferencia entre un lugar y otro en esos 10 países es de 14 lugares, quiere decir que Cuba con el lugar 32 en Educación debería estar en el lugar 46 en el INB/per cápita y no en el 104, es decir debería tener resultados de 17 776 usd por habit y no 5 539 usd como tenemos. Esto significa el potencial existente y se debería tener como meta alcanzar un incremento del  ¡+ 320 %! en este índice.
La pregunta es entonces ¿ El Código del Trabajo propuesto facilita, crea las condiciones, el marco jurídico adecuado para ese incremento de la productividad de la fuerza de trabajo cubana que tenemos como potencial  y que ha sido el principal problema de la economía  en estos 54 años?.

El Anteproyecto de Ley.
Se dice que el mismo tiene como fundamento la Constitución de la Republica, los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido, las disposiciones jurídicas, los 76  convenios ratificados por Cuba de la OIT y el estudio comparado de legislaciones de 16 países, informándose a continuación los 12 cambios fundamentales que se proponen.
A modo de resumen son: Posibilidad de contratos por tiempo determinado e indeterminado; entrega al trabajador de su expediente laboral para traslados; definición que se debe estudiar en tiempo libre y utilizar hasta 15 de sus vacaciones; concluir la relación laboral por iniciativa del trabajador según la modalidad y categoría entre 15 días y 4 meses para hacerlo efectivo; los graduados que deben cumplir el servicio social en la entidad donde son asignados;  regula las relaciones de trabajo entre trabajadores y personas naturales para actuar como empleadores; flexibiliza la jornada laboral entre 40 y 44 horas semanales pero ratifica la jornada de 8 horas que puede llegar a 9; que el trabajador y el empleador pueden acordar simultanear el cobro de vacaciones y el salario del trabajo, garantizando siete días de descanso efectivo mínimo al año; licencias no retribuidas a trabajadores con responsabilidades familiares; se adiciona como violación de la disciplina modificar y adulterar el expediente laboral; eliminación de medidas disciplinarias de ser elegidos, cobros, escalafón hasta un año y se establecen diferentes mecanismos y niveles de apelación del trabajador incluyendo a los que se emplean a personas naturales.
Si observamos lo que significan los cambios fundamentales, excepto los de la contratación de fuerza de trabajo por personas naturales, todas las demás propuestas son para hacer algo menos burocráticos los procesos laborales, pero nada más. Es decir los cambios propuestos no implican un cambio sustancial de fondo para la empresa estatal que facilite un incremento de la productividad del trabajo.
 Si se quiere alcanzar los niveles adecuados y necesarios de productividad en la economía cubana, para con ello elevar el nivel de vida de la población, hay que agregarles otras figuras al Código Laboral para hacerlo más moderno, flexible y renovador, sobre todo en la empresa estatal que debe ser el centro de la economía.  Si se hacen las cosas relativamente iguales como hasta el presente, se obtendrán iguales resultados y no se podrá dar el salto cualitativo.
Para que se tenga una idea de lo que estamos hablando, el ritmo promedio anual de incremento de la productividad del trabajo de 1959 -2011 fue solo del 1.55 % y el salario real en el 2012 es el 25.1 % del nivel de 1989. Esto es relevante porque de ello depende el éxito  de la actualización del actual modelo económico cubano, que se desarrolla en medio de un bloqueo económico por parte del gobierno de Estados Unidos en los últimos tiempos con énfasis en el área financiera, y en medio de la última crisis mundial  (2008 a la fecha) ajena al Socialismo cubano, pero que impacta inexorablemente.

Ideas a tener en cuenta (no las únicas) en el Código Laboral para la empresa estatal.

1-               - Es un hecho que en muchos países hay una reducción de la semana laboral de menos de 40 horas semanales, es decir es el método intensivo y no el extensivo lo que hace y puede hacer más productiva una economía. La reducción de la jornada laboral creando las condiciones adecuadas para tener mayor productividad tiene beneficios tangibles para la sociedad y los individuos. El objetivo es adaptar la economía a las necesidades de la sociedad y el medio ambiente. Si hay una empresa que puntualmente se necesite y pueda trabajarse más, pues se aplicaría el pago de horas extras por ej.: al 125 %. Reducir el tiempo laboral con una productividad dada y progresiva con la flexibilidad requerida, es la mejor de las posibilidades que se pueda tener, esta, entre otras:

a  -   Permite gastar menos recursos financieros al laborarse menos horas protegiendo al medio ambiente con menos gastos de recursos naturales.
b    - Permite incrementar el tiempo libre de los individuos permitiendo socializar más, crecer la economía vital, superarse como ser humano y como consecuencia ser más productivo.
c   -    Permite a distribuir el trabajo remunerado de forma más homogénea entre los ciudadanos, propiciando más empleo y más equidad y la posibilidad de alcanzar un salario justo por lo que produce y trabaja, incluso estudios demuestran que las personas están dispuestas a trabajar más intensamente y hasta con menos salario con tal de tener más tiempo libre.

2-                  - El menor tiempo que se dedique a la obtención de una determinada producción y brindar  un servicio con la calidad requerida, es lo que debe ser determinante, la regla de oro en todas las ramas de la economía y debería estimularse permanentemente. Se debe  propiciar la introducción constante de nuevas tecnologías como un derecho del trabajador en las empresas estatales.

3-            -    En relación al punto anterior la sociedad debe tener acceso masivo y amplio al Internet con vistas a propiciar, entre muchos otros, la modalidad del teletrabajo siempre que sea posible, pero debe priorizarse y contemplarse en la empresa estatal como prioridad ¿Cuánto nos ahorraríamos en transporte, en tiempo, en ahorro de rentas, etc. en obtener los resultados deseados?. Otro ejemplo, si todas las gestiones bancarias estuvieran automatizadas y se pudieran hacer pagos electrónicos entre todos los actores que intervienen en la economía, no habría que hacer colas ni trasladarse a los bancos ni para cobros ni pagos además de la inmediatez. Todo esto es productividad.

4-                  - El derecho a invertir los trabajadores cubanos en sus empresas y recibir porcientos de las utilidades es una propuesta renovadora  que debe implementarse, constitucionalmente. La única fuerza de trabajo e inversionista a largo plazo con que cuenta Cuba son los cubanos, no es posible crear una sociedad socialista donde no se compartan riesgos y beneficios con los trabajadores, así estos puedan invertir un solo peso.

5-               -   La seguridad social al acumularse por cada trabajador acorde al tiempo trabajado y salario devengado, debe también recalcularse permanentemente acorde al porciento de inflación anual.

6-              -   Debemos  aprender de otras experiencias, hay que estudiar la flexiseguridad del mercado de trabajo aplicada en Dinamarca basada en tres pilares y ver en qué medida es aplicable a Cuba en la empresa estatal:
  • Flexibilidad construida con base en pactos contractuales adaptables y fiables
  • Alta protección social para los desempleados.
  • Política de formación y reinserción laboral muy activa mediante estrategias integradas de aprendizaje a lo largo de la vida laboral que aseguren la adaptabilidad continúa de los trabajadores.
Esto les ha permitido obtener bajas tasas de desempleo y nadie “ha quedado desamparado” y el estado no tiene altas cargas sociales.
7-                -   El salario mínimo, se dice que estará establecido por el gobierno, pero debe tenerse en cuenta el Índice de Precios al Consumidor o Inflación. Lo relevante es que hay que propiciar el pago del salario cada vez más por los resultados en el trabajo[1], acorde a la ley de distribución socialista.

8-            -      Establecer como obligatorio los estímulos salariales constantes y permanentes en todas las empresas productivas estatales por ej.: que crezcan en relación al año precedente, en cada mes de forma acumulada, en los indicadores de: productividad del trabajo (físico y valor) a la calidad esperada  y utilidad antes de impuestos, estos estímulos salariales en los porcientos que se establezcan no deben tener límites, deduciendo los estímulos salariales pagados en cada mes.

9-               Los colectivos laborales debieran tener derecho a cuestionar decisiones administrativas  que impliquen afectación salarial tanto el básico como los estímulos, con los fundamentos correspondientes, y de no llegar a un acuerdo, eventualmente podrán irse a los tribunales competentes.

10-            -    Los trabajadores, léase las empresas estatales en la base, deben tener cada vez más, atribuciones en que ellas mismas puedan autogestionarse, esto permitiría socializar la propiedad estatal, principal problema del mal llamado socialismo real (en rigor IRREAL). Es necesario más que nunca un Estado regulador, no seguir teniendo un Estado administrador.

Es menester no perder la oportunidad de dar un salto cualitativo con este Código del Trabajo como necesita el país, lo contrario como dice el poeta es seguir “arando el porvenir con viejos bueyes”.

hhcarles@gmail.com





[1] He visto en San Miguel del Padrón, la Habana, Cuba una librería de apenas unos 25 m2, donde trabajan 3 mujeres y un administrador y siempre que voy, las tres empleadas están conversando entre ellas, los libros llenos de polvo y ni te preguntan nada, ni hacen por venderte un libro. En las librerías Gandhi en México, entras y te preguntan 10 veces que buscaba, te consultan la computadora para ver si no tienen el libro en otra dependencia y te piden el teléfono o correo por si logran obtenerlo. Es la diferencia de trabajar para que te paguen por horas de trabajo y otra por resultados en el trabajo.

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