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domingo, 25 de agosto de 2013

Experto analiza la crisis de civilidad en Cuba

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IPS

La indisciplina social se debe enfrentar con un amplio y comprometido debate público, consideró.
La apertura de un “diálogo constructivo”, que facilite “el debate en provecho mutuo” y donde se aborde “cualquier tema por delicado o crítico que pueda parecer”, figura entre las propuestas del científico cubano Jesús Guanche para enfrentar la crisis de civilidad en Cuba.
El último número de la revista Espacio Laical divulgó una conferencia del especialista, en la que analizó además las causas del deterioro moral y cívico de la nación caribeña, un asunto reconocido públicamente por las más altas instancias gubernamentales.
Entre otros aspectos, este problema fue provocado por “la eliminación temprana de los programas de moral y cívica del sistema de enseñanza”, que se sumó a otros factores causantes de “una profunda disfunción familiar que dura hasta el presente”, valoró Guanche en el texto “Cuba y los desafíos de la civilidad: alcances, contradicciones y paradojas”.
El antropólogo dictó esas palabras el pasado 18 de julio en el Centro Cultural Padre Félix Varela, en el municipio capitalino Habana Vieja, como parte del espacio de debate El diálogo, auspiciado por la publicación del Consejo Arquidiocesano de Laicos de La Habana.
Asimismo, el investigador recordó que Esteban Lazo, el presidente del parlamento cubano, insistió recientemente en la necesidad de enfrentar la indisciplina social, un fenómeno que abarca incluso malos comportamientos como la “vulgaridad” y “marginalidad”, que se han hecho cotidianos.
A juicio de Guanche, este problema también incluye “la indisciplina estatal; es decir, a las personas que por sus cargos y funciones representan al Estado (…) y participan de la indisciplina social, pero (sus actos tienen) una mayor trascendencia que (los del) simple ciudadano de a pie”.
“Por otra parte, diversas instituciones cubanas tratamos de tributar desde la academia a mejores niveles de civilidad hacia nuestro entorno social, pero el esfuerzo aún no es suficiente y los resultados han sido objeto de permanente valoración crítica”, afirmó el miembro del Consejo Directivo de la Academia de Ciencias de Cuba.
Según el experto, esta institución, junto a la Academia de la Historia de Cuba, el Polo de Ciencias Sociales, el Comité Cubano del Proyecto Unesco “La Ruta del Esclavo: resistencia, libertad y patrimonio”; la Comisión José Antonio Aponte, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y la Fundación Fernando Ortiz, han desarrollado acciones para promover los valores que integran la civilidad.
No obstante, acotó, el debate social de tales problemas se paraliza porque persisten “vacíos de información sobre temas de actualidad que no pueden satisfacer la prensa plana ni otros medios locales. También observamos el temor a discutir estos temas y cómo las voces se entrecortan o apagan (al abordarlos) como si se cometiera un pecado capital”.
Consideró también que la erradicación de la violencia y sus múltiples manifestaciones es uno de los desafíos de la civilidad en Cuba.
El presidente cubano, Raúl Castro, “ha puesto nuevamente el dedo en la llaga social, que entre todos debemos curar sin temor a buscarnos problemas y a denunciar a quienes prefieren las aguas mansas o pasar inadvertidos”, opinó el también activista por la no discriminación racial.
Durante el último período de sesiones del parlamento cubano, en julio pasado, Castro habló en su alocución de clausura sobre “el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos” durante los más de 20 años de crisis económica vividos por la población  de 11,2 millones de habitantes.
“Si las máximas autoridades del país nos convocan a debatir abiertamente como parte de nuestros derechos ciudadanos y de un mayor grado de civilidad alcanzable, tenemos el deber de emplear el foro social como espacio para la reflexión sincera”, recalcó el destacado etnólogo.

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