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sábado, 24 de agosto de 2013

La Habana ordena su arbolado

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Esta ciudad, hoy con 12,97 por ciento de su superficie cubierta por árboles, prevé alcanzar en 2015 un índice de boscosidad de 14,60 por ciento.
La Habana, 24 ago.- Un  proyecto para el ordenamiento del arbolado de La Habana comenzará con un censo de la cantidad, especies y enfermedades que padecen los árboles del entramado urbano, para luego reponer los ejemplares deteriorados por razones como la edad.
“Este proceso, que se iniciará en septiembre, permitirá tener una fotografía precisa del estado de las plantas existentes y comenzará por los municipios de Plaza (de la Revolución) y Playa, donde los árboles tienen una mayor presencia”, explicó Alexander Zorilla Torreblanca, jefe del Servicio Estatal Forestal capitalino.
En la iniciativa, considerada la más integral y de mayor perspectiva futura entre las emprendidas hasta el momento, participarán seis ordenadores procedentes de diferentes provincias del país junto a 30 estudiantes de arquitectura.
“Es conocido que buena parte de los árboles existentes tienen muchos años. Algunos están enfermos o huecos, por lo que deben ser repuestos. Otros provocan roturas en las aceras o, ante fuertes vientos, dañan las líneas eléctricas o telefónicas”, ejemplificó Zorilla.
A su juicio, este programa mostrará “con mayor certeza el estado actual del arbolado y las especies con que cuenta, para proyectar la reposición a corto y mediano plazo”.
Esta experiencia involucra a actores estatales relacionados con las plantas, entre ellos, la Empresa Eléctrica, la de Comunicaciones de Cuba (Etecsa) y de Áreas Verdes, explicó el directivo.
“Quien está en relación cada día con los árboles, vela por ellos o los daña es la población”, consideró. “Por ello, este proyecto incluye la educación ambiental para llegar a la comprensión de porqué es necesario reponer, podar y sustituir”, amplió.
Asimismo, sostuvo que, “en algunos territorios del país, se han reportado casos de ramas de árboles enfermos que han caído y provocado accidentes fatales. Esto hace necesario llegar a los consejos populares y explicarles a los vecinos tanto la necesidad de  reemplazarlos como de protegerlos por los beneficios para el entorno, la calidad del aire y el fresco”.
El proceso tiene como antecedente un experimento realizado en La Rampa, que determinó al detalle las podas, talas y reposiciones necesarias en esa arteria.
De acuerdo con Isabel Russo, jefa del Servicio Estatal Forestal del país, La Habana tiene un arbolado maduro, de ahí la importancia de sustituir aquellos en mal estado o que provocan afectaciones y sembrar el árbol adecuado a las condiciones de cada lugar.
“Necesitamos el apoyo de todos para conservar nuestra ciudad verde. Es preciso que aprendamos a manejar el frutal que tenemos en el patio y el árbol ubicado frente a la casa, siempre buscando la especie más correcta”, dijo la experta.
“Durante mucho tiempo, el árbol del parterre no se manejó correctamente y eso todavía es un problema. Hay debilidades en las podas, con cortes muy severos, pues no se trabajó de acuerdo a los requerimientos técnicos durante su crecimiento. Esta práctica daña la copa, que es lo que necesita la ciudad para mejorar su calidad de vida”, indicó la ingeniera forestal.
Según Zorilla, por primera vez la ciudad cuenta con un manual que recoge las especies idóneas para poblar los parterres, porque sus raíces y ramas no afectan las redes hidráulicas ni eléctricas. “Puede escogerse entre vomitel rojo, framboyán enano, uva caleta, copal, ocuje y palo de María. Estos dos últimos se recomiendan solo si se les dará una poda rigurosa”, apuntó.
Justo la poda ha sido una de las principales tareas desarrolladas en este año por la entidad estatal. Hasta el momento, se han desmochado más de 69.600 árboles con el fin de reducir los daños a las redes eléctricas.
“En la primera poda, los árboles no quedan bonitos, pero en la segunda, sí. Debe buscarse la forma de la copa, siempre un metro por debajo de los tendidos eléctricos y telefónicos. Para mayor comprensión de esta labor, hemos establecido la explicación a los vecinos, a través de las autoridades del barrio y el consejo popular”, precisó el experto.
Para los diferentes programas relacionados con la reforestación, la ciudad produjo en 2013 más de 976.000 posturas de unas 27 especies y sembró 35,5 hectáreas con 39.500 árboles. Además, se ejecutaron medidas de protección contra incendios en más de 1.350 kilómetros.
En la actualidad, La Habana cuenta con un índice de boscosidad de 12, 97 por ciento, un indicador que debe seguir creciendo gracias a la reforestación de espacios donde todavía hoy el verde es insuficiente, como la cuenca hidrográfica Almendares-Vento.
La capital cuenta con unos 150.000 árboles, pero su distribución no es uniforme.
El municipio de Playa tiene una media de 22 metros verdes por habitante, mientras que Habana Vieja solo dispone de 0,02. Diez de Octubre es otro de los territorios con menos árboles, que purifican el aire y mejoran la calidad de vida.
Hoy existen 13 metros de áreas verdes por habitante en los municipios más metropolitanos y, en las zonas periurbanas, ese indicador se eleva a 32 metros, debido a los grandes parques y las 160 fincas forestales, que potencian el fomento y la protección de los árboles.
El programa forestal de la capital se propone alcanzar en 2015 un índice de boscosidad de 14,60 por ciento.  Hasta 2020, indicó Zorilla, se prevé elevar el valor económico de los bosques de la ciudad con la siembra de especies preciosas, entre ellas, cedro, caoba, majagua y teca.

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