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lunes, 12 de agosto de 2013

Mariel envía señal con recepción de buque gigante

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IPS CUBA


La más ambiciosa inversión de infraestructura industrial emprendida actualmente por el gobierno cubano, la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, recibió en julio pasado cuatro gigantescas grúas chinas para el megapuerto en construcción en esa bahía.
Fabricadas en Shanghai para la Terminal de Contenedores que integrará ese nuevo polo de desarrollo del occidente cubano, estas primeras grúas de pórtico llegaron en el buque chino Zhen Hua 10, del tipo Postpanamax: 244 metros de eslora y 39 metros de manga. La televisión nacional reportó el complejo procedimiento de entrada de la embarcación, primera de ese tipo que llega al Mariel, puerto ubicado poco más de 45 kilómetros al oeste de la capital cubana.
El enorme tamaño de las grúas y las dimensiones del buque confirman el alcance soñado para la inversión, que cuenta con un financiamiento próximo a 900 millones de dólares, la mayor parte a cargo de Brasil. Las obras son construidas por una empresa mixta formada por la Compañía de Obras e Infraestructura (COI), subsidiaria de la corporación brasileña Odebebrecht, y Quality Cuba S. A.
Las grúas, montadas sobre carriles, se ocuparán de la carga y descarga de los contenedores, sistema que absorbe cada vez más el tráfico internacional de mercancías. De acuerdo con un convenio pactado en 2011, esa base será administrada por la firma PSA International, de Singapur, una de las compañías de más capital y experiencia en operaciones portuarias en el mundo. 



 El dragado de la bahía habilitó ese punto de la geografía para desplegar un ambicioso proyecto que incluye, además de un megapuerto, una Zona Especial de Desarrollo para inversiones industriales.

A inicios del actual año, el presidente brasileño de la AEI Quality-COI, Mauro Huber, confirmó la buena marcha de las obras de dragado de la bahía y de la construcción de infraestructura vial –carreteras y ferrocarril-, así como conductoras de agua, red eléctrica, comunicaciones y otros soportes del área. Además de la Terminal de Contenedores, ese polo incluirá otros importantes objetivos, como una Zona Especial de Desarrollo para inversiones industriales y una Base Logística del Petróleo.
Huber anunció también que antes de culminar el año comenzará a funcionar los primeros 700 metros del muelle para la manipulación de contenedores. En visitas posteriores, otras fuentes del gobierno cubano han confirmado la buena marcha del cronograma. En esa primera etapa, la base dispondrá de un área cercana a 55 hectáreas, con capacidad para manejar más de 800.000 contenedores anuales (de acuerdo con la unidad de medida básica de los contenedores en el mundo: TEU). Pero los inversionistas planifican ampliar en años posteriores el frente de muelle hasta 2.400 metros, con un área total de 128 hectáreas, para operar hasta 3 millones TEU/año.

De esta manera, quedarán creadas las condiciones para trasladar hacia el Mariel la recepción de mercancías, que desde hace siglos había centralizado el Puerto de La Habana. Más de un argumento justifica ese paso.
La evolución de la navegación y del comercio mundial ha estimulado el empleo creciente de contenedores y el desarrollo de buques capaces de cargar cada vez mayor cantidad de tales recipientes, a fin de reducir los fletes y ganar en eficiencia. El comercio desde Asia ha disparado los barcos de la generación Postpanamax: capaces de trasladar hasta 8 mil contenedores, tienen un calado mayor de 13 metros. Esa dimensión no les permite entrar en la rada habanera, que solo admite hasta 11,43 metros de calado.
Ante esa realidad, la estrategia es dedicar el puerto de la capital cubana a misiones turísticas, más a tono con el atractivo histórico que ofrece La Habana Vieja y el resto de esa ciudad.
Visitas sucesivas al Mariel de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, del expresidente Lula y de otros altos funcionarios de ese país, confirman el fuerte interés del gigante sudamericano por ampliar sus nexos económicos con Cuba.La inversión del Mariel se alza, entonces, como alternativa oportuna para recibir incluso barcos de la generación Ultra Postpanamax (eslora de 366 metros, manga de 51 metros y calado superior a 15 metros, con capacidad para 12.000 contenedores).  Muchos expertos esperan que aumente la construcción de tales buques a partir del 2014, por la ampliación a partir de ese año del Canal de Panamá.

Cuando crezca la socorrida vía de enlace entre el Pacífico y Atlántico, tendrán una posición de ventaja los países que previsoramente hayan creado condiciones para recibir a los nuevos gigantes de la navegación. El Mariel apuesta a ser foco regional, como puerto concentrador de cargas, ante un escenario futuro que promete ser mucho más intenso para el comercio marítimo a través de la cuenca del Caribe.
Una interrogante, sin embargo, permanece latente. ¿Cómo reaccionará el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba? A pesar del permanente nubarrón, no deja de ser significativo el entusiasmo con que han asumido inversiones y responsabilidades partes tan disímiles en esta historia como los cubanos, los brasileños y la propia operadora portuaria de Singapur.

 

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