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viernes, 13 de septiembre de 2013

Salud pública cubana busca mejorar y pagar sus cuentas

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    Varios hospitales y policlínicos ya fueron reparados. Jorge Luis Baños/IPS
Transformaciones palpables en el sistema cubano de salud.

Varios hospitales y policlínicos ya fueron reparados.
 (IPS) - Uno de los retos de mayor sensibilidad ciudadana asumidos por el gobierno cubano apunta a elevar la eficiencia y sostenibilidad de la salud pública, señalada constitucionalmente como un derecho que el Estado debe garantizar a toda la población.

La calidad de los servicios de salud fue blanco de críticas en los debates populares promovidos por el propio presidente Raúl Castro en 2007 a partir de un discurso que pronunció el 26 de julio de ese año.
También se concentraron diversas propuestas al respecto en las discusiones para diseñar los lineamientos de la política social y económica que encaminan el proceso de actualización del modelo de desarrollo del país.
El deterioro ostensible de los centros hospitalarios, la inadecuada atención profesional y el déficit de personal médico figuran entre las quejas más recurrentes de entonces.

“Desde principios de la década de 2000 había un grupo importante de insatisfacciones en la población”, reconoció en entrevista con IPS el jefe del Departamento de Atención Primaria de la Salud, Emilio Delgado.

El funcionario explicó que por esa época, ante la necesidad de cumplir con “compromisos” médicos internacionales, se hizo una reorganización del sistema sanitario que trajo como consecuencia la disminución de consultorios de médicos de familia, núcleo fundamental de la atención primaria de salud en este país.
Remediar esa situación formó parte del reordenamiento aplicado a partir de 2010 en el sector dentro de los cambios encargados para modernizar el modelo socioeconómico y construir lo que el gobierno define como un “socialismo próspero y sustentable”. El proceso, que aún continúa, incluyó la reducción de la plantilla total del sector de la salud.
En 2009 había 582.538 trabajadores, 69,1 por ciento de los cuales eran mujeres, mientras que en 2012 esa plantilla había bajado a 490.245, de los cuales 70 por ciento eran mujeres, según registros del Ministerio de Salud Pública.
Delgado dijo que la reducción ha continuado y en julio último había 486.000 plazas ocupadas. Según el funcionario, el reajuste incluyó la oferta de otras opciones laborales para el personal “disponible”.
El directivo explicó que, como resultado “muy importante” de las transformaciones, actualmente operan en todo el país 11.550 consultorios de médicos de la familia, “casi el doble” que antes de 2010. Este sistema acerca el galeno a la familia cubana y evita que las personas acudan al hospital innecesariamente, entre otras bondades.
También se aplicaron medidas para el empleo racional de los recursos, algunos de alta tecnología y se continuó adelante con el proceso de inversiones para reconstruir las edificaciones hospitalarias.
“Mi esposo fue operado de urgencia la semana pasada y no tengo quejas. Hasta la comida para los pacientes ha mejorado muchísimo”, dijo a IPS la profesora Consuelo Aguilar.

“Las transformaciones tuvieron tres objetivos principales: ser más eficientes y sostenibles, es decir, prestar igual servicio pero con más calidad y menos gastos, mantener nuestros indicadores de salud y lograr una mayor satisfacción de nuestra población”, indicó Delgado, quien estimó que desde 2010 se ha ahorrado más de dos millones de pesos al presupuesto de salud.
Según otras fuentes oficiales, el  sistema sanitario había crecido en los últimos años tanto en número de trabajadores como en la adquisición de equipamiento más costoso y con una mayor presencia en las unidades de la red, lo cual se tradujo en un aumento de las erogaciones, que pasaron de constituir 5,5 por ciento del producto interno bruto en 2004 a 9,6 en 2009.
Luego de la reorganización del conjunto de instalaciones sanitarias, Cuba cuenta con 152 hospitales para un total de 40.318 camas, un médico por cada 133 habitantes, un estomatólogo por cada 774 y una enfermera por cada 117. La esperanza de vida al nacer es de 77,9 años y la mortalidad infantil de 4,3 por cada 1.000 nacidos vivos.
De forma paralela, las autoridades del sector aspiran a generar sus propios ingresos mediante la comercialización de servicios médicos a extranjeros tanto dentro como fuera de Cuba, incluida la captación de recursos por docencia.
“Hay una gran cantidad de médicos de otros países que quieren y pueden autofinanciar su especialidad aquí”, señaló Delgado.

Junto al reto de la sustentabilidad, el sistema sanitario cubano debe también responder a desafíos que abarcan la baja natalidad, que se ubica hoy en 11,3 por 1.000, el envejecimiento de la población y temas asociados como el cáncer, la primera causa de muerte en este país. “Para todo esto nos estamos preparando y en algunos casos ya hemos tomado previsiones”, agregó.

El directivo de la salud indicó que se estudian medidas para estimular a la mujer a tener más hijos y a realizarse más controles ginecológicos. Asimismo, se impulsa ampliar el tratamiento de la infertilidad femenina y masculina, lo cual abrirá “posibilidades de embarazo en miles de parejas que tenemos con ese problema”.
Por otra parte, el cáncer es una enfermedad que demanda atenciones especializadas y medicamentos e impone otro grupo de retos, para lo cual Cuba se prepara con la introducción de nuevas tecnologías de diagnóstico y tratamiento. “Hay todo un proceso inversionista en este sentido”, aseguró Delgado.
En su opinión, el desafío mayor de los servicios de salud que se prestan sin costo para la ciudadanía cubana está en lograr una mayor satisfacción de la población. “Si la gente está insatisfecha, hay que seguir revisando por qué”, indicó el directivo, quien también señaló la higiene y la epidemiología como aspectos que requieren mayor atención.

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