Mi blog sobre Economía

sábado, 23 de noviembre de 2013

Escuchar el grito del mar


La pesca furtiva de especies afecta no sólo la economía nacional sino la biodiversidad marina de Cuba. Protegerlas es una misión esencial de las Tropas Guardafronteras..
ANA MARÍA DOMÍNGUEZ CRUZ

La pesca de las especies que habitan en el ecosistema marino debe regirse por leyes y regulaciones (Foto: Cubahora)

Las principales leyes en Cuba que regulan la pesca son el Decreto Ley 164 del Reglamento de Pescay el Decreto Ley 194.

En este link puede encontrar información sobre la biodiversidad marina en Cuba.
 
Se puede incurrir en la pesca ilegal de diferentes maneras: uso de artes de pesca prohibidos, la pesca de especies en peligro de extinción, la pesca de peces con una talla menor a la permitida y la pesca de especies comerciales durante periodos de veda (épocas de cría en los que está prohibido pescar) o cuando se sigue pescando cuando se ha superado la cantidad máxima de pesca permitida.
 
Tortugas, cocodrilos, langostas, camarones, pargos y otros tipos de peces habitan en el ecosistema marino y son fuente de alimentación para los seres humanos. Su pesca o captura debe regirse por leyes, regulaciones y métodos establecidos, teniendo en cuenta que, por el ciclo normal de la vida, su existencia tiene fecha limitada y es precisamente la acción indiscriminada de la especie humana la que puede acelerar su extinción o desaparición.

Ese es el llamado de alerta de las Tropas Guardafronteras, órgano del Ministerio del Interior encargado, entre otras misiones, de salvaguardar la biodiversidad marina y enfrentar las ilegalidades que, con fines comerciales, se cometan en nuestras aguas y territorios.

Hasta el 31 de octubre del presente año se han reportado 2509 casos, 524 más que en el 2012 y mucho más que en el 2011, cuando se registraron 996 casos, informó la teniente coronel Imandra Oceguera Coll, de la Jefatura de Tropas Guardafronteras. “A pesar del constante enfrentamiento a las ilegalidades que desarrollan nuestras fuerzas, en coordinación con otras entidades e instituciones del país, este incremento en las ilegalidades se debe, en gran medida, a la alta demanda que tienen productos como la langosta y el camarón en el mercado informal, lo que atenta contra renglones fundamentales de nuestra economía y además, conlleva consecuencias nefastas en la ecología marina”.

En este período del 2013 se han decomisado 4883 embarcaciones, agrega la especialista, y se han incautado además, 251 901 metros de artes de pesca masiva, junto con 11 toneladas de langosta, 3330 kilogramos de camarón, 3740 kilogramos de quelonio y 18 026 de pescado, entre ellos, de pargo, cherna, jiguagua y algunas especies tóxicas como la picúa.

“Los pescadores furtivos confeccionan sus artes de pesca masivas, y las que encontramos con mayor frecuencia son los chinchorros, las nasas, las redes, las tarrayas y los jaulones. El fin de su actividad no es el consumo familiar, evidentemente, sino la comercialización a precios elevados de estos productos.

“No tiene la población percepción del daño a la economía y a la ecología marina que se provoca con estas acciones, pues las mismas personas que denuncian o informan el recalo de toneladas de droga, por ejemplo, no asumen con igual trascendencia lo concerniente a esta actividad”.

- ¿Cómo enfrentan las Tropas Guardafronteras este tipo de ilegalidades?

- Sistemáticamente y con el empleo de fuerzas navales, terrestres y con medios aéreos. Es un trabajo complejo, porque realizamos revisiones diarias de la costa y por disímiles vías detectamos las artes de pesca colocadas. Hacemos patrullaje con buzos para “peinar” las zonas y aunque en muchas ocasiones detectamos a las personas en el momento que van a calar sus mallas, otras veces debemos retirarlas cuando ya están puestas y es una labor muy engorrosa.

“Desarrollamos acciones combinadas con otras entidades pero sin dudas, la toma de conciencia y el apoyo de la población es vital para evitar la depredación de especies como las tortugas, a las que muchas veces no les dan tiempo ni a reproducirse, y la captura de aquellas que son rubros exportables de nuestro país y, por consiguiente, una fuente de ingreso de divisas”.

Los hombres son los más vinculados a este tipo de actividad, acota Oceguera Coll, aunque las mujeres también participan, sobre todo en la transportación y comercialización del producto.

“Con el afán de obtener ganancias a toda costa a través de estas ilegalidades se pone en riesgo también la salud de las personas, pues los vendedores pueden tocar la puerta de nuestras casas ofreciéndonos “pescado del bueno” y, sin el cuero y sin otras partes esenciales de la fisonomía de la especie, nadie puede identificar si se trata de una picúa o un aguají, especies que son portadoras de la ciguatera y que por tanto, está prohibida su pesca”.

En nuestro accionar también enfrentamos la extracción de arena y la tala indiscriminada, explica la especialista de la Jefatura de Tropas Guardafronteras, porque en la detección de campamentos de pescadores furtivos también actuamos contra esas ilegalidades.

“Existe un marco regulatorio bien explícito en lo concerniente a estas acciones en el decreto Ley 164 De la Pesca, que regula lo relacionado con la actividad pesquera y el decreto Ley 194, referido a las infracciones sobre la tenencia y operación de embarcaciones en el territorio nacional. Nos ampara la legalidad y con ella actuamos pero estamos convencidos de que cada vez la aplicaremos menos si las personas se percatan de las implicaciones de sus actos y dejan de lucrar con lo que, a pesar de ser riqueza de la naturaleza, puede un día agotarse. El mar está gritando y casi nadie lo escucha”, concluyó Oceguera Coll.

Sobre el autor ANA MARÍA DOMÍNGUEZ CRUZ

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".

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