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martes, 26 de noviembre de 2013

Reincidencias… de cómo 25.00 MN dan lo mismo que 3.00 CUC

Por MARIANELA GONZÁLEZ

Acaban de ser lanzadas al ruedo del debate público cubano las Terceras reincidencias de Arturo Arango. No una, ni dos. Tres veces, Arturo ha sumergido el rostro en el mar con la isla sobre la nuca y su historia por los cuernos, y quienes hemos leído las primeras, de 1989, y las Segundas, de 2002, no podíamos más que correr a buscar el libro y engullirlo para compartirlo después con X o Y amigo que va a terminar quedándoselo.

“Que lo puedan disfrutar y utilizar los que lo necesitan en esta hora de Cuba, aquellos que cada día son más, y que pudieran ir condensándose y formando un bloque intergeneracional. Que ayude este libro de cultura política en los tanteos y la puesta en marcha, desde tantos lugares diferentes, de lo que mañana llegará a ser un nuevo bloque histórico”, desea Fernando Martínez Heredia, esta vez, presentador del volumen. Y “solo me queda pedir que Terceras reincidencias no se convierta en una lectura de élites”.

Leyendo esto, un amigo me sorprende. Buscando en la web referencias sobre la imagen de la cubierta, una hermosa ilustración de Tonel, Google le hizo dos devoluciones en primera página: primero, la presentación íntegra del volumen en un salón de la UNEAC, y pisándole los talones, la oferta en 3 CUC.

En Revolico, alguien ha hecho el marketing que no hizo librería alguna en La Habana: “¡acabadito de salir!” No lo sabré yo, que me llevé el único ejemplar que dejó vivo una tarde, en la de Obispo, un señor de maleta negra y pulóver oscuro. “Dicen que está bueno, calientico”, me dijo, y pagó cien pesos por los cuatro. Dice mi amigo X que luego surtieron, pasó y compró dos o tres: “Está calientico, sí…”.

En palabras de Fernando, Arango es “un intelectual que cuenta con madurez y una sólida obra literaria, reúne en un todo orgánico un conjunto de textos suyos en los que ejerce sus criterios sobre lo político no solo en sus relaciones con lo que suelen llamar cultura, sino también en algunos aspectos esenciales de lo político mismo, desde una perspectiva al mismo tiempo abarcadora y definida”.

Y las razones por las que un libro como este, sin valor de antigüedad, sin condición (expresa) de “libro raro”, termina siendo vendido desde el Craiglist cubano a un precio tres veces mayor del que exhibe en librerías, pueden ser tan simples como tan complejas: por un lado, Revolico es aquí el templo de la compra-venta sin mediaciones ni regulaciones del Ministerio de Finanzas y Precios (es mi libro y lo vendo, primero, porque quiero o porque me sobra, y segundo, porque me sirve lo que sea que me den por él), y por otro, quiero, ¿o no quiero?, creer que alguien ha visto en este libro un producto con inciertas posibilidades de circulación y ha decidido hacerse de un reservorio propio, listo para ocupar el mercado sumergido cuando el volumen caiga bajo extinción o “cuidado”.

Quiero y no quiero creerlo, porque sería asumir, al tiempo, dos posibilidades: primero, que la noción de pensamiento crítico, crítico de verdad, ha llegado a ese mercado por la libre que es la economía subterránea cubana, y con ello, a sus “usuarios”, y segundo, que la “esfera pública” cubana donde tiene lugar el “diálogo de sordos” que lamenta Arturo, no es tan esférica ni tan pública, y que no podría aguantar las resonancias de que un libro como este “no se convierta en lectura de élites” con consabidos (“protegidos” y “amparados”) nombres y apellidos. Dos condiciones para un big bang.

Se trata de un libro, dice el presentador, “promisorio porque adelanta por un camino que resulta básico para enfrentar con éxito la contienda cultural que está en curso en nuestro país: el de la alianza entre un poder político que mantenga sus fuerzas y esté dispuesto a someterse a un proyecto socialista participativo (…), y la cultura, que es una dimensión descollante de la vida nacional y al mismo tiempo constituye un potencial capaz de ponerse en acto…”.

Arango escribe esos ensayos con la misma naturalidad con que concibe un guión de cine -y no uno cualquiera, sino uno como el de Lista de espera, capaz de comulgar con todas las lecturas y todos los lectores. Con esa transparencia de lenguaje y estructura analítica habla de “Cuba, los intelectuales ante un futuro que ya es presente”, y desde esa perspectiva, pasa revista a una década de pensamiento en torno a la isla y sus (des)tiempos, sus dislocaciones, sus órdenes y desórdenes luego de la reestructuración capitalista en la antigua URSS.

Pone en blanco y negro un inventario de autores que podrían no “sonarle” a cualquiera fuera del “circuito”; pero difícilmente podría “cualquiera” no sintonizar con una escritura que pone nombre (“dilatada expectativa”) al estira-encoge del futuro de/en Cuba.

Con un esfuerzo -un poquito, solo-, los 25 MN o los 3 CUC (dan igual aquí porque alcanzan para el mismo libro o casi el mismo tubo de picadillo), habrán sido de una utilidad incalculable para todos los que vivimos en la “excepción”.

Quiero creer, entonces, que esta imagen que llega a mi buzón y comparto aquí es una buena noticia, una a celebrar.

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