El 18,3 % de la población es mayor de 60 años, lo que sitúa al país entre los más envejecidos de América Latina. A este ritmo, para 2050 será uno de los más longevos del mundo
Por Daniel Urbino
Las cifras, por sí solas, no significan nada. ¿Qué es un seis? Apenas una pieza, una figura. Sin embargo, y ya lo decía el británico Thomas Carlyle, cuando se quiere demostrar algo, los números son la herramienta perfecta.
Tal es el caso del Censo Nacional de Población y Vivienda, realizado en Cuba el pasado año, considerado como fundamental y muy completo en el cual trabajaron más de 105 000 personas.
Si bien algunos pudieran considerar que no existe exactitud en una investigación social tan abarcadora como esta, lo cierto es que la ganancia de la pesquisa no reside en los datos, sino en las tendencias que estos revelan.
Los primeros resultados se hicieron públicos en días pasados y reafirmaron lo que todos conocen: la Isla envejece.
El 18,3 % de la población es mayor de 60 años, lo que sitúa al país entre los más envejecidos de América Latina. A este ritmo, para 2050 será uno de los más longevos del mundo.
Una década atrás, cuando se realizó el anterior registro, este segmento ocupaba 14,7 %.
Al momento censal -14 de septiembre de 2012 a las 12 de la noche- "los adultos mayores superaban los 2 041 000 personas, en una población total de 11 167 325 habitantes, la cual también decreció en más de 10 000 en comparación con 2002.
La edad media en la Mayor de las Antillas -donde la esperanza de vida es de 78,97 años- también ascendió a 38,8 años. Antes era de 35,1.
El director del censo, Juan Carlos Fraga, informó que la población disminuye en 97 de los 168 municipios que tiene el país, y en cinco provincias. La Habana, Villa Clara y Sancti Spíritus, son las más viejas del país, agregó.
Vivir más no es un problema, pero cuando la sociedad no encuentra como sustituir la mano de obra, sin duda la continuidad se ve amenazada.
Desde hace varios años el país intenta frenar este envejecimiento, acrecentado entre otras causas por la baja natalidad y la migración.
El censo también reveló que el 76,8 % "más de 8 575 189 personas" viven en áreas urbanas.
La proporción entre hombres y mujeres favoreció a estas últimas, en una relación de 995 por cada
1 000 féminas.
El imaginario popular cubano siempre "calculó" en cifras muy superiores a las damas. Curiosamente esta vez son mayoría pero en el censo anterior eran 1 003 varones por el millar de féminas.
Sobre la vivienda
Sobre la vivienda también se arrojó datos interesantes. A pesar de las afectaciones de los ciclones en los últimos años y de un deteriorado fondo habitacional, las unidades de alojamiento aumentaron.
Estas unidades abarcan a todo local estructuralmente separado e independiente, construido o adaptado de manera parcial o total para el alojamiento de personas.
En este momento hay alrededor de 3 885 900 lo que da un promedio de 2,87 personas por cada una. Diez años antes la cifra era de 3,16.
La mayoría de estas unidades de alojamiento son viviendas particulares (3 882 424), las que crecieron en unas 354 000.
Al respecto de este aumento, Juan Carlos Fraga explicó que no necesariamente significa que se hayan construido más viviendas. La disminución del número total de habitantes influye en este índice, entre otras razones.
Como novedad, en esta edición se encuestó por primera vez sobre la propiedad de la vivienda y 95,6 % declaró ser dueño de la suya.
La electricidad es la principal fuente de energía para cocinar en la Isla, la cual se utiliza en 70,5 % de las casas. Diez años antes solo se beneficiaban 7,3 %.
El gas manufacturado o licuado es el segundo medio que más se emplea para este fin.
El 98,6 % de las residencias tienen un local destinado únicamente como cocina y el agua llega en 74,4 % mediante el sistema de acueducto del país.
Otros curiosos indicadores salieron de la declaración de los electrodomésticos, donde el ventilador resultó ser el más popular en la calurosa Isla, con más de 6 418 989 (1,72 % por vivienda).
Le siguen más alejadas las ollas arroceras, los refrigeradores, las hornillas eléctricas y los televisores a color.
Además, aún queda una cifra bastante alta de televisores en blanco y negro, alrededor de 700 000. En 2013 la electricidad llega al 97,8 % de las casas, cuando en 2002 solo a 95,5.
Otras fuentes renovables como la energía solar o la hidroeléctrica aún no son significativas y demuestran que el país debe apostar con más fuerza por estas.
Ya lo dijo Fraga, los resultados del censo no pueden engavetarse, pues son una herramienta fundamental para la toma de decisiones.
Su riqueza informativa -agregó- no tiene límites. Este ratifica o rectifica cifras, además da a conocer otras que son completamente inéditas.
Quizá lo que hoy son números, mañana se traduzca en bienestar social. Los datos del censo pueden ser el camino hacia esa meta. (PL)
Por Daniel Urbino
Las cifras, por sí solas, no significan nada. ¿Qué es un seis? Apenas una pieza, una figura. Sin embargo, y ya lo decía el británico Thomas Carlyle, cuando se quiere demostrar algo, los números son la herramienta perfecta.
Tal es el caso del Censo Nacional de Población y Vivienda, realizado en Cuba el pasado año, considerado como fundamental y muy completo en el cual trabajaron más de 105 000 personas.
Si bien algunos pudieran considerar que no existe exactitud en una investigación social tan abarcadora como esta, lo cierto es que la ganancia de la pesquisa no reside en los datos, sino en las tendencias que estos revelan.
Los primeros resultados se hicieron públicos en días pasados y reafirmaron lo que todos conocen: la Isla envejece.
El 18,3 % de la población es mayor de 60 años, lo que sitúa al país entre los más envejecidos de América Latina. A este ritmo, para 2050 será uno de los más longevos del mundo.
Una década atrás, cuando se realizó el anterior registro, este segmento ocupaba 14,7 %.
Al momento censal -14 de septiembre de 2012 a las 12 de la noche- "los adultos mayores superaban los 2 041 000 personas, en una población total de 11 167 325 habitantes, la cual también decreció en más de 10 000 en comparación con 2002.
La edad media en la Mayor de las Antillas -donde la esperanza de vida es de 78,97 años- también ascendió a 38,8 años. Antes era de 35,1.
El director del censo, Juan Carlos Fraga, informó que la población disminuye en 97 de los 168 municipios que tiene el país, y en cinco provincias. La Habana, Villa Clara y Sancti Spíritus, son las más viejas del país, agregó.
Vivir más no es un problema, pero cuando la sociedad no encuentra como sustituir la mano de obra, sin duda la continuidad se ve amenazada.
Desde hace varios años el país intenta frenar este envejecimiento, acrecentado entre otras causas por la baja natalidad y la migración.
El censo también reveló que el 76,8 % "más de 8 575 189 personas" viven en áreas urbanas.
La proporción entre hombres y mujeres favoreció a estas últimas, en una relación de 995 por cada
1 000 féminas.
El imaginario popular cubano siempre "calculó" en cifras muy superiores a las damas. Curiosamente esta vez son mayoría pero en el censo anterior eran 1 003 varones por el millar de féminas.
Sobre la vivienda
Sobre la vivienda también se arrojó datos interesantes. A pesar de las afectaciones de los ciclones en los últimos años y de un deteriorado fondo habitacional, las unidades de alojamiento aumentaron.
Estas unidades abarcan a todo local estructuralmente separado e independiente, construido o adaptado de manera parcial o total para el alojamiento de personas.
En este momento hay alrededor de 3 885 900 lo que da un promedio de 2,87 personas por cada una. Diez años antes la cifra era de 3,16.
La mayoría de estas unidades de alojamiento son viviendas particulares (3 882 424), las que crecieron en unas 354 000.
Al respecto de este aumento, Juan Carlos Fraga explicó que no necesariamente significa que se hayan construido más viviendas. La disminución del número total de habitantes influye en este índice, entre otras razones.
Como novedad, en esta edición se encuestó por primera vez sobre la propiedad de la vivienda y 95,6 % declaró ser dueño de la suya.
La electricidad es la principal fuente de energía para cocinar en la Isla, la cual se utiliza en 70,5 % de las casas. Diez años antes solo se beneficiaban 7,3 %.
El gas manufacturado o licuado es el segundo medio que más se emplea para este fin.
El 98,6 % de las residencias tienen un local destinado únicamente como cocina y el agua llega en 74,4 % mediante el sistema de acueducto del país.
Otros curiosos indicadores salieron de la declaración de los electrodomésticos, donde el ventilador resultó ser el más popular en la calurosa Isla, con más de 6 418 989 (1,72 % por vivienda).
Le siguen más alejadas las ollas arroceras, los refrigeradores, las hornillas eléctricas y los televisores a color.
Además, aún queda una cifra bastante alta de televisores en blanco y negro, alrededor de 700 000. En 2013 la electricidad llega al 97,8 % de las casas, cuando en 2002 solo a 95,5.
Otras fuentes renovables como la energía solar o la hidroeléctrica aún no son significativas y demuestran que el país debe apostar con más fuerza por estas.
Ya lo dijo Fraga, los resultados del censo no pueden engavetarse, pues son una herramienta fundamental para la toma de decisiones.
Su riqueza informativa -agregó- no tiene límites. Este ratifica o rectifica cifras, además da a conocer otras que son completamente inéditas.
Quizá lo que hoy son números, mañana se traduzca en bienestar social. Los datos del censo pueden ser el camino hacia esa meta. (PL)
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