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martes, 24 de diciembre de 2013

Se va el CUC, pero no se sabe cuándo


Ya quedó aclarada la primera gran duda sobre la esperada unificación monetaria en Cuba: se va el CUC (moneda convertible), se queda el CUP, el peso de siempre. Así lo aseguró Marino Murillo, vicepresidente del Consejo de Ministros, ante el Parlamento cubano reunido en su última sesión plenaria de un 2013 que se despide con la promesa de que en el ámbito económico el 2014 vendrá igual de duro, o peor…

Murillo informó sobre el programa para la unificación monetaria y cambiaria, que permitirá al peso cubano establecerse en un plazo no fijado como la moneda oficial, y ofreció garantías para quienes disponen de fondos y cuentas bancarias en CUC, moneda que mantendrá su capacidad financiera hasta su total eliminación.

Aun así, siguen sin anunciarse plazos ni cronogramas para acabar con esta dualidad vigente en Cuba desde 1994 y que, entre otros problemas, ha impedido una visión más fidedigna sobre la realidad económica del país, sin mencionar que los salarios son en pesos cubanos y casi todo se compra en CUC, a un cambio oficial de 25 por uno.

La unificación se impone para avanzar en otros ámbitos de la economía nacional, cuyo paso es lento y casi imperceptible, al menos al ojo -o al bolsillo- del cubano medio. Adel Yzquierdo, ministro de Economía y Planificación, le achacó a ciertos incumplimientos en el ingreso de moneda libremente convertible el crecimiento del 2,7% en el Producto Interno Bruto (PIB) este año, inferior al 3,6% previsto inicialmente.

También incidieron las dificultades en los contratos, las deficiencias en los procesos de conciliación y planificación de la producción, y los atrasos en las exportaciones por bajas ejecuciones de las capacidades de crédito. Al menos todo sirvió para plantearse planes de crecimiento más modestos y realistas en 2014, año en que Cuba aspira a aumentar su PIB en 2,2%.

Ante ese panorama, el Parlamento aprobó para 2014 una ley de presupuesto que destina más de la mitad de los recursos, específicamente el 54%, a los servicios sociales, en particular la educación y la salud. El monto aprobado para los gastos corrientes de la actividad presupuestada es de 31 mil 836 millones de pesos.

Asimismo, para las transferencias corrientes a la actividad no presupuestada fueron aprobados 12 mil 138 millones de pesos, un incremento de dos mil 177 millones de pesos, con la mayor incidencia en el financiamiento a la exportación y la sustitución de importaciones.

Además aumentó el financiamiento de la canasta familiar a precios subsidiados, la famosa libreta de abastecimientos que contra viento y marea sobrevive, y que dispondrá de dos mil 437 millones de pesos, 314 millones más que lo estimado al cierre de 2013.

El presupuesto operará con un déficit fiscal de unos mil 899 millones de pesos, cifra superior al crecimiento proyectado del PIB, desequilibro económico que la ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, considera que será superado en 2015.

Por lo pronto, los indicadores de oferta monetaria y liquidez en manos de la población se comportan en un rango normal, lo que evidencia cierto equilibrio monetario interno.

Desde los estrados se invoca una vez más a ser más eficientes, controlar y ahorrar más pero, sobre todo, a apretarse el cinto en virtud de ese mandamiento de la economía doméstica, según el cual uno no debería gastar más de lo que ingresa.

Mientras, muchos cubanos de a pie apelan al tradicional choteo al preguntarse cómo se las van a arreglar para despedir otro año con la sospecha de que el próximo será tan o más duro.

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