Mi blog sobre Economía

domingo, 25 de agosto de 2013

Cinco claves críticas sobre la teoría de la utilidad marginal

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La teoría de la utilidad marginal es una teoría microeconómica desarrollada históricamente frente a la teoría del valor-trabajo. Si bien se considera que es en 1871 cuando esta teoría se conforma tal y como la conocemos, no es cierto. El triunvirato Carl Menger - William Stanley Jevons - León Walrás, tomado como el conformador de la llamada "revolución marginalista" de aquel año, perfectamente podría ser sustituido por triunviratos anteriores como Jules Dupuit - Herman Heinrich Gossen - Richard Jennings, aún cuando el verdadero padre de la criatura fue el suizo de origen neerlandés Daniel Bernouilli, matemático y físico perteneciente a una importante familia de científicos y filósofos. La importancia de Bernouilli y su familia es esencial para entender el nacimiento y posterior desarrollo de la teoría de la utilidad marginal (TUM a partir de ahora). A continuación trataré, partiendo de estos datos histórico-genéticos, exponer cinco claves críticas acerca de esta teoría, desde las coordenadas de la teoría del cierre categorial, teoría de la ciencia del materialismo filosófico, de la manera más sencilla posible:

1) En el proceso de conformación de la Economía Política como disciplina, la dominancia en lo que a la teoría del valor (de los precios) se refiere ha oscilado históricamente entre la TUM y la teoría del valor-trabajo (TVT a partir de ahora). No es del todo cierto que fuese la TVT dominante desde el principio, si bien sí lo fue en la época de desarrollo del campo económico de la economía clásica, desde William Petty hasta John Stuart Mill, pasando por Adam Smith y David Ricardo, entre otros, y hasta Carlos Marx. Pero antes de Petty y su Quantulumcumque concerning money, uno de los primeros textos que exponen de manera sencilla cómo los precios comerciales oscilan "gravitatoriamente" alrededor de un coste de producción inicial, la teoría del valor que centra el origen del mismo en factores aparentemente ajenos al campo económico, como es la utilidad subjetiva, ya tiene en Bernouilli a su primer defensor, a la que llamó "teoría de la esperanza moral". Influido por su hermanoJohan, Bernouilli aplica el cálculo infinitesimal al grado último de esperanza moral que puede proporcionar un bien económico, determinando ya que el último bien igual a otros consumido da un menor grado de esperanza respecto a los primeros. La influencia en Bernouilli de la monadología de Leibniz y el utilitarismo de Bentham sienta las bases de lo que Joseph Alois Schumpeter, en Historia del análisis económico, denominó "benthamianos avant la lettre", los margiutilitaristas. La contracción margiutilitaristas describe muy bien tanto a microeconomistas neoclásicos como austriacos o keynesianos, en tanto se distinguiría de los utilitaristas clásicos (Bentham, Stuart Mill, una filosofía que huye del dolor en busca del placer para el mayor número de personas, relacionando las medidas que hacen aumentar la felicidad individual con el placer y, por tanto, con el bien), y de los marginalistas clásicos (los que aplicaban el cálculo infinitesimal al campo económico rechazando la idea de utilidad para hablar de los precios, como ocurría conAntoine Augustin Cournot, aún siendo considerado "precursor" de Menger, Jevons y Walras). El margiutilitarismo, debido a estos orígenes, y esto es algo que ya Max Weber señaló en Marginal utility theory and the fundamental law of psychophysics, sin negar tampoco la influencia de la naciente Psicología del siglo XIX (la teoría de Weber-Fechner) y de la frenología, no es solo una teoría económica, y sus defensores no son solo economistas. Son, ante todo, filósofos, pues la TUM, al igual que la TVT, es una teoría filosófica, pero en sentido diametralmente opuesto a la TVT, de signo materialista, pues la TUM es de signo idealista y subjetivista.

2) La idea de utilidad marginal no es sino un intento de aplicación del cálculo infinitesimal a la idea subjetiva de utilidad. Afirma que la última unidad total de utilidad (satisfacción, placer) que proporciona la última unidad consumida de un bien igual a otros de un stocktemporal de mercancías consumidas arrastra (de ahí lo de marginal, derivada) el precio comercial de todas las demás mercancías iguales anteriormente consumidas, por lo que el precio de la última determinará el precio de todas las demás, y cuanto más unidades de ese bien se consuman, menor será la derivada de la utilidad y menor será el precio, por lo que el placer que proporcionaría su consumo sería cada vez menor. De ahí la "necesidad" de consumo de bienes para su supuesto abaratamiento. La TUM pone, por tanto, todo el peso en la demanda antes que en la oferta, que la puede tener más o menos en cuenta pero no como determinante esencial de los precios, lo que supone una "asimetría ontológica" de la demanda sobre la oferta aún cuando haya una simetría gnoseológica entre los dibujos geométricos de las curvas de demanda y oferta en el eje de coordenadas y abscisas. El gran problema de esta idea de utilidad marginal es encontrar una unidad objetiva de medición. Jevons en su momento propuso los "útiles", pero fue Alfred Marshall quien, dándose cuenta de que el dinero era la única institución con capacidad de medición de esa supuesta utilidad marginal, permitió cardinalizar su medición en torno a la idea de lo que el consumidor "esté dispuesto a pagar" por un bien. Posteriores estudios en Medicina y neurociencia han permitido que la frenología pasase de ser vista como una pseudociencia (aún cuando sigue considerada como tal) a una protociencia, y por ello muchos neoclásicos han tratado de adaptar esos avances a la microeconomía dando lugar a la "psicoeconomía" y la "neuroeconomía" (una crítica sólida de la psicoeconomía la podemos encontrar en:http://labalsadepiedra.org/emociones-percepcion-y-conducta-economica-una-aproximacion-critico-filosofica-al-papel-de-la-psicologia-en-la-economia/), tratando de mostrar cómo los impulsos eléctricos del cerebro humano condicionan a la conformación de los precios comerciales. Sin embargo, lo que la psicoeconomía y la neuroeconomía no tienen en cuenta, al igual que los economistas margiutilitaristas, es que la idea de utilidad marginal es una idea filosófica que, como tal, impregna en sentido ortogramático (procesual, incluso político) el quehacer de muchas disciplinas influidas por ella, ya desde la idea misma de homo oeconomicus, inseparable de la idea de utilidad marginal, hasta la propia de la psicología o la neuroeconomía como estudios criptofrenológicos del "comportamiento económico". No obstante, es en la propia economía neoclásica donde la idea de "utilidad marginal cardinal" del dinero en Marshall hace posible que no sea necesaria en absoluto la idea de utilidad marginal en microeconomía, y que por tanto la función de la derivada de la utilidad no es en absoluto necesaria para conformar el dibujo geométrico de la curva de demanda. Basta con el efecto-precio, suma del efecto-sustitución (cambios en el precio de un bien, en su coste de producción y en sus precios de producción) y del efecto-renta (cambios en la capacidad de consumo monestario del consumidor), efecto que influye objetivamente en el comportamiento del consumidor en sentido alfa-operatorio, y sin necesidad de nombrar en ningún momento a la utilidad marginal, para poder dibujar una curva de demanda objetiva sin necesidad de hacer uso de la subjetividad.

3) Al mismo tiempo, el dibujo de las curvas de demanda y oferta será asimétrico en tanto que mientras la curva de demanda dependa de la función del efecto-precio, la de oferta dependerá a su vez de los precios mínimo (coste de producción) y máximo (el precio de producción más la ganancia media mayor), lo que provocará que el dibujo de la curva de oferta no sea infinítamente elástico y, a la vez, sea asimétrico respecto de la curva de demanda. Esto fue ya tratado por Isaac Ílich Rubin en sus Ensayos sobre la teoría marxista del valor. Lo que queremos decir con todo esto es que es posible una teoría de los precios y una teoría microeconómica sin teoría de la utilidad marginal austriaca o neoclásica.

4) La TUM ha permitido establecer modelos matemáticos muy complejos que, sin embargo, no han hecho sino tratar, en apariencia, de objetivizar una idea filosófica que, además, es irracional. El materialismo filosófico sostiene que irracional es toda construcción ideológica ajena a la estructura del Mundo, si bien las construcciones ideológicas irracionales parten de la dialéctica de instituciones e ideas racionales. Si el racismo partía de la evidencia de distintas pigmentaciones en la piel humana, además de rasgos faciales distintos o de disímiles desarrollos antropológico-políticos en pueblos de etnias distintas, la teoría de la utilidad marginal ha partido de ideas racionales ya antedichas arriba (el cálculo diferencial, el álgebra matricial, la ley estímulo-respuesta análoga del magnetismo, el cálculo infinitesimal, la evidencia de que es más barato en apariencia aquello que se consume más -no es verdad en sentido holístico, pues es más caro el mantenimiento y consumo público de agua como bien económico que el de un diamante, en tanto se toma a toda la sociedad política como agente económico "prosumidor" y no al individuo, pues no se puede dirimir el "dilema del agua y los diamantes" de Adam Smith desde el individualismo metodológico-), para construir una idea, una paraidea, en tanto contiene atributos incompatibles entre sí (utilidad subjetiva + derivada marginal de la misma asociada a los bienes consumidos) y que tratan de explicar los fenómenos del Mundo quedándose, realmente, fuera de él aún cuando surja de él, al igual que ocurre con la Astrología.

5) La crítica filosófica a la utilidad marginal es tan necesaria como la económica, teniendo como obligación la Filosofía tener en cuenta a la Economía Política en esta crítica y viceversa. Pues las líneas filosóficas de la TUM y la TVT son distintas y, por ello, el filósofo y el economista han de tomar partido por una de las dos. Y ello en tanto que la Filosofía es un saber de segundo grado respecto de la Economía Política (que lo es de primer grado), que bebe de esos saberes de primer grado (técnicos, tecnológicos, científicos, etc.), para poder desarrollarse. No en vano, y todo este artículo tiene que ver con la investigación doctoral que llevamos en curso, si la TUM tiene su propia tradición filosófica idealista y subjetivista antes señalada (que algunos remontan a Aristóteles y su idea de "valor intrínseco" de los bienes), sin embargo la TVT hunde sus raíces también en una tradición filosófica propia que parte, además, de Aristóteles y su "valor intrínseco" que no es otra cosa que el valor objetivo, concreto e histórico de los bienes, valor dado por la comunidad y no por el individuo, estableciendo así una línea teórica llamada del "justo-precio", asociado además al coste de producción, que nace con Aristóteles y luego sigue Santo Tomás de Aquino y toda la Escolástica (Luis de Molina, por ejemplo), hasta llegar al mercantilismo británico. Los factores esenciales en esta tradición materialista de la TVT son: comunidad, objetividad, producción y tiempo histórico.

Prestarán servicios en Brasil médicos cubanos

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 (AIN) Un contingente formado por profesionales de la salud cubanos comenzarán en breve a prestar servicios en Brasil como parte de un convenio de colaboración, al respecto reproducimos una nota del Ministerio de Salud Pública de Cuba, publicada hoy por el diario Granma.

El Ministerio de Salud Pública de Cuba, firmó un convenio de cooperación con la Organización Panamericana de la Salud /Organización Mundial de la Salud para la prestación de servicios en la atención básica de salud en la República Federativa de Brasil, enmarcado en los principios de cooperación Sur-Sur.

Mediante este convenio llegarán a dicho país este fin de semana 400 médicos, que forman parte de un contingente de cuatro mil profesionales que arribarán hasta el final del 2013.
El trabajo de los médicos cubanos en Brasil seguirá el modelo de cooperación internacional que el Ministerio de Salud Pública de Cuba mantiene con 58 países de diversos continentes. 

En todos ellos, el Ministerio de Salud Pública de Cuba organiza misiones colectivas de prestación de servicios médicos, cuyos profesionales mantienen su vínculo laboral, salarial y de seguridad social con el sistema de salud cubano.

La motivación del Ministerio de Salud Pública de Cuba y de los médicos que optan por ir a esa hermana nación está basada en el interés recíproco de ambos países, la solidaridad y amistad con el pueblo brasileño y la disposición de prestar servicios en los lugares donde más se les necesite, como se ha hecho durante estos más de 50 años de cooperación médica.

Ministerio de Salud Pública
23 de agosto del 2013

Experto analiza la crisis de civilidad en Cuba

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IPS

La indisciplina social se debe enfrentar con un amplio y comprometido debate público, consideró.
La apertura de un “diálogo constructivo”, que facilite “el debate en provecho mutuo” y donde se aborde “cualquier tema por delicado o crítico que pueda parecer”, figura entre las propuestas del científico cubano Jesús Guanche para enfrentar la crisis de civilidad en Cuba.
El último número de la revista Espacio Laical divulgó una conferencia del especialista, en la que analizó además las causas del deterioro moral y cívico de la nación caribeña, un asunto reconocido públicamente por las más altas instancias gubernamentales.
Entre otros aspectos, este problema fue provocado por “la eliminación temprana de los programas de moral y cívica del sistema de enseñanza”, que se sumó a otros factores causantes de “una profunda disfunción familiar que dura hasta el presente”, valoró Guanche en el texto “Cuba y los desafíos de la civilidad: alcances, contradicciones y paradojas”.
El antropólogo dictó esas palabras el pasado 18 de julio en el Centro Cultural Padre Félix Varela, en el municipio capitalino Habana Vieja, como parte del espacio de debate El diálogo, auspiciado por la publicación del Consejo Arquidiocesano de Laicos de La Habana.
Asimismo, el investigador recordó que Esteban Lazo, el presidente del parlamento cubano, insistió recientemente en la necesidad de enfrentar la indisciplina social, un fenómeno que abarca incluso malos comportamientos como la “vulgaridad” y “marginalidad”, que se han hecho cotidianos.
A juicio de Guanche, este problema también incluye “la indisciplina estatal; es decir, a las personas que por sus cargos y funciones representan al Estado (…) y participan de la indisciplina social, pero (sus actos tienen) una mayor trascendencia que (los del) simple ciudadano de a pie”.
“Por otra parte, diversas instituciones cubanas tratamos de tributar desde la academia a mejores niveles de civilidad hacia nuestro entorno social, pero el esfuerzo aún no es suficiente y los resultados han sido objeto de permanente valoración crítica”, afirmó el miembro del Consejo Directivo de la Academia de Ciencias de Cuba.
Según el experto, esta institución, junto a la Academia de la Historia de Cuba, el Polo de Ciencias Sociales, el Comité Cubano del Proyecto Unesco “La Ruta del Esclavo: resistencia, libertad y patrimonio”; la Comisión José Antonio Aponte, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y la Fundación Fernando Ortiz, han desarrollado acciones para promover los valores que integran la civilidad.
No obstante, acotó, el debate social de tales problemas se paraliza porque persisten “vacíos de información sobre temas de actualidad que no pueden satisfacer la prensa plana ni otros medios locales. También observamos el temor a discutir estos temas y cómo las voces se entrecortan o apagan (al abordarlos) como si se cometiera un pecado capital”.
Consideró también que la erradicación de la violencia y sus múltiples manifestaciones es uno de los desafíos de la civilidad en Cuba.
El presidente cubano, Raúl Castro, “ha puesto nuevamente el dedo en la llaga social, que entre todos debemos curar sin temor a buscarnos problemas y a denunciar a quienes prefieren las aguas mansas o pasar inadvertidos”, opinó el también activista por la no discriminación racial.
Durante el último período de sesiones del parlamento cubano, en julio pasado, Castro habló en su alocución de clausura sobre “el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos” durante los más de 20 años de crisis económica vividos por la población  de 11,2 millones de habitantes.
“Si las máximas autoridades del país nos convocan a debatir abiertamente como parte de nuestros derechos ciudadanos y de un mayor grado de civilidad alcanzable, tenemos el deber de emplear el foro social como espacio para la reflexión sincera”, recalcó el destacado etnólogo.

Esta era de burbujas

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Rusia se estrella. ¿Supone una amenaza importante para la economía mundial?


 Otro BRIC que se estrella. La verdad es que nunca me ha gustado demasiado el concepto BRIC (Brasil, Rusia, India y China): Rusia, que esencialmente tiene una economía basada en el petróleo, no pertenece a este grupo en absoluto, y existen grandes diferencias entre los otros tres. Así y todo, resulta difícil negar que India, Brasil y varios países más experimentan ahora problemas similares. Y esos problemas compartidos definen la crisis económica del día.
¿Qué está sucediendo? Es una variante de la misma historia de siempre: a los inversores les encantaban esas economías —no sabiamente, pero sí demasiado— y ahora han dado la espalda a los objetos de su anterior afecto. Hace un par de años, los inversores occidentales —desanimados por los bajos rendimientos tanto en Estados Unidos como en las naciones de Europa no en crisis— empezaron a verter grandes cantidades de dinero en los mercados emergentes. Ahora han cambiado de rumbo. Como consecuencia de ello, la rupia de India y el real de Brasil están cayendo en picado, junto con la rupia de Indonesia y el rand de Sudáfrica, la lira turca y otras más.
¿Supone este cambio de fortuna una amenaza importante para la economía mundial? No lo creo (dice con los dedos cruzados ocultando la mano detrás de la espalda). Es cierto que la pérdida de confianza de los inversores y las consiguientes caídas en el valor de las divisas provocaron graves crisis económicas en gran parte de Asia en los años 1997 y 1998. Pero el punto esencial en aquel entonces era que en los países en crisis, muchas empresas tenían grandes deudas en dólares, de modo que la devaluación de las divisas hizo que su deuda se disparara, creando una inquietud financiera generalizada. No es que ese problema esté del todo ausente en esta ocasión, pero parece mucho menos grave.
De hecho, inclúyanme entre aquellos que creen que la mayor amenaza en estos momentos es que la política en los mercados emergentes reaccionará exageradamente, que sus bancos centrales elevarán fuertemente los tipos de interés para tratar de apuntalar su divisa, que no es lo que ellos o el resto del mundo necesitan ahora mismo.
Cuando al sector financiero se le da rienda suelta para dedicarse a lo suyo, sale de una crisis para entrar en otra
Así y todo, aunque las noticias que nos llegan de India y otros lugares no son apocalípticas, no es el tipo de cosa que queremos oír cuando las economías más sanas del mundo, aunque su situación sea un poco mejor que la de hace unos meses, siguen estando profundamente deprimidas y luchando por recuperarse. Y esta última tormenta financiera plantea un interrogante más general: ¿por qué hemos estado teniendo tantas burbujas?
Y es que ahora está claro que la abundante inversión de dinero en los mercados emergentes —que durante un breve periodo impulsó al alza la divisa de Brasil en casi un 40%, un alza que ahora se ha invertido del todo— fue una más en la larga lista de burbujas financieras a lo largo de la última generación. Tuvimos, cómo no, la burbuja inmobiliaria. Pero antes de esa estuvo la burbuja de las puntocom; y antes de esa, la burbuja asiática de mediados de la década de 1990; y antes de esa, la burbuja de los inmuebles comerciales de la década de los ochenta. Esta última burbuja, por cierto, tuvo un coste enorme para los contribuyentes, que tuvieron que rescatar a las cajas de ahorros en quiebra.
La cosa es que no siempre ha sido así. Los años cincuenta, los sesenta, e incluso los accidentados setenta, no eran ni mucho menos tan propensos a las burbujas. Entonces, ¿qué ha cambiado?
Una respuesta popular es echarle la culpa a la Reserva Federal, a las políticas de relajación monetaria de Ben Bernanke y de su predecesor Alan Greenspan. Y, desde luego, es cierto que en los últimos años la Reserva Federal se ha esforzado por bajar los tipos de interés, tanto a través de políticas convencionales como a través de otras no tan convencionales, como comprar bonos a largo plazo. Las consiguientes bajadas de los tipos sin duda contribuyeron a animar a los inversores a buscar otros lugares en los que invertir su dinero, incluidos los mercados emergentes.
Pero la Reserva Federal solo estaba haciendo su trabajo. Se supone que tiene que bajar los tipos de interés cuando la economía está deprimida y la inflación es baja. ¿Y qué hay de la serie de burbujas anteriores, que a estas alturas se remontan a una generación?
Sé que hay algunos que creen que la Reserva Federal ha mantenido los tipos de interés demasiado bajos y ha imprimido demasiado dinero. Pero el hecho es que los tipos de interés en las décadas de 1980 y 1990 eran elevados si nos regimos por criterios históricos, e incluso durante la burbuja inmobiliaria estaban dentro de las pautas históricas. Además, ¿no se supone que una de las señales de una impresión de dinero excesiva es el aumento de la inflación? Hemos tenido toda una generación de burbujas sucesivas, y la inflación es más baja que al principio.
Vale, el otro culpable evidente es la liberalización financiera, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, lo cual incluye la eliminación de la mayoría de los controles al movimiento internacional de capital. El descontrol de los bancos fue el origen de la burbuja de los inmuebles comerciales de la década de 1980 y de la burbuja inmobiliaria que estalló en 2007. Los movimientos transfronterizos de dinero caliente fueron el origen de la crisis asiática de 1997 y 1998 y de la crisis que ahora estalla en los mercados emergentes, y también fueron un factor primordial en la actual crisis en Europa.
En resumen, la principal lección de esta era de burbujas —una lección que India, Brasil y otros están aprendiendo una vez más— es que cuando al sector financiero se le da rienda suelta para dedicarse a lo suyo, sale de una crisis para entrar en otra.
Paul Krugman, premio Nobel de Economía en 2008, es profesor de la Universidad de Princeton.
© New York Times Service 2013.
Traducción de News Clips.