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Aunque enfrentó muchos avatares en los ámbitos económico, político, social y natural, la Villa llega a este aniversario con sus valores originales -tanto tangibles como intangibles-, y orgullosa de preservar sus costumbres, sus tradiciones y el acervo cultural
Trinidad es una artesanía en sí misma, una joya de orfebre. Leyenda viviente e historia. Un mito en el tiempo hecho realidad y cultivada para la humanidad, por lo cual desde un cuarto de siglo atrás, la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad.
Con esa responsabilidad conviven sus vecinos, conscientes del gran reto de preservar el entorno, máxime cuando tantos encantos atraen a una alta afluencia de visitantes. Así lo asumen también las autoridades administrativas.
Para Ramón Bernardino Naranjo León, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, la vida allí se rige por un principio básico: "el respeto patrimonial y arquitectónico, bajo la premisa de que nada, ni nadie, atente contra la imagen de la ciudad, ni la distorsione.
"En medio milenio han sido muchos los avatares enfrentados: económicos, políticos, sociales y de la propia naturaleza. Sin embargo -aseveró- llegamos a este aniversario con una ciudad lúcida, poseedora de sus valores originales tanto tangibles como intangibles. Con tales condiciones celebramos este gran acontecimiento.
"Segundo lugar por su peso en la economía de la provincia, el turismo lidera la gestión administrativa de Trinidad, seguido por la esfera agropecuaria, con énfasis en la producción cafetalera -en la que se prevé un fuerte crecimiento para el año 2016- al igual que en la pesca. Además del proceso inversionista vinculado al desarrollo de la hotelería, la producción de cigarros y papel; manufacturas artesanales como la cerámica, los tejidos con guano y labores manuales constituyen prácticas que marcan la identidad trinitaria.
"Sin duda, el turismo abre espacios para la fuerza laboral tanto en instalaciones estatales como del sector privado mediante hostales y restaurantes, mientras se avanza en nuevos proyectos con previsión para años venideros. Un ejemplo es cuanto se trabaja hoy en el aumento de la infraestructura hotelera dentro de la ciudad con la construcción de inmuebles bajo la marca Encanto como el Palacio Iznaga, el Pancea en el mirador natural de la Ermita de La Popa con colaboración francesa, a la vez que se amplía la Villa Ma Dolores."
Día a día productivo
Constituir un polo turístico en el cual se conjugan playas, montañas con un atrayente ecosistema y el centro histórico junto al Valle de los Ingenios -puntualizó Naranjo León- confiere gran interés para todos los visitantes e importancia para el desarrollo local como fuente de empleo, generador de nuevas obras y de ingresos al presupuesto, evidente en indicadores como la producción mercantil que sostenidamente crece y se sobrecumple.
Esos resultados del día a día productivo se revierten favorablemente en lo social; se destaca el cumplimiento del plan de circulación mercantil, progresa la educación, disminuye la tasa de mortalidad infantil (2,9 fallecidos por cada 1 000 nacidos) se recuperan los viales en las montañas y mejoran el transporte, así como las instalaciones de la salud, entre otras.
"La posibilidad de negocios en la zona para la inversión radica mayormente, por supuesto, en la llamada industria del ocio -acotó el dirigente- sin descartar otras fuentes potenciales en rubros como la producción de alimentos que sustituyan importaciones como tomate, frutales, leche y maíz.
"En cuanto al desarrollo social, el deporte muestra sus avances, expresado en los altos rendimientos nacionales e internacionales alcanzados por figuras del patio como Antonio Muñoz, Yoelvis Quesada e Ismel Jiménez, exponentes de quienes sitúan bien alto el pendón nacional, mientras otros muchos coterráneos integran equipos nacionales en diferentes categorías y especialidades.
"La identidad trinitaria se fundamenta en el amor que sentimos por nuestra ciudad, costumbres, tradiciones y acervo cultural. Nos enorgullece mantener nuestro patrimonio con sus calles de piedra, porque si algo conocemos aquí, es el valor de cada una."
Trinidad es una artesanía en sí misma, una joya de orfebre. Leyenda viviente e historia. Un mito en el tiempo hecho realidad y cultivada para la humanidad, por lo cual desde un cuarto de siglo atrás, la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad.
Con esa responsabilidad conviven sus vecinos, conscientes del gran reto de preservar el entorno, máxime cuando tantos encantos atraen a una alta afluencia de visitantes. Así lo asumen también las autoridades administrativas.
Para Ramón Bernardino Naranjo León, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, la vida allí se rige por un principio básico: "el respeto patrimonial y arquitectónico, bajo la premisa de que nada, ni nadie, atente contra la imagen de la ciudad, ni la distorsione.
"En medio milenio han sido muchos los avatares enfrentados: económicos, políticos, sociales y de la propia naturaleza. Sin embargo -aseveró- llegamos a este aniversario con una ciudad lúcida, poseedora de sus valores originales tanto tangibles como intangibles. Con tales condiciones celebramos este gran acontecimiento.
"Segundo lugar por su peso en la economía de la provincia, el turismo lidera la gestión administrativa de Trinidad, seguido por la esfera agropecuaria, con énfasis en la producción cafetalera -en la que se prevé un fuerte crecimiento para el año 2016- al igual que en la pesca. Además del proceso inversionista vinculado al desarrollo de la hotelería, la producción de cigarros y papel; manufacturas artesanales como la cerámica, los tejidos con guano y labores manuales constituyen prácticas que marcan la identidad trinitaria.
"Sin duda, el turismo abre espacios para la fuerza laboral tanto en instalaciones estatales como del sector privado mediante hostales y restaurantes, mientras se avanza en nuevos proyectos con previsión para años venideros. Un ejemplo es cuanto se trabaja hoy en el aumento de la infraestructura hotelera dentro de la ciudad con la construcción de inmuebles bajo la marca Encanto como el Palacio Iznaga, el Pancea en el mirador natural de la Ermita de La Popa con colaboración francesa, a la vez que se amplía la Villa Ma Dolores."
Día a día productivo
Constituir un polo turístico en el cual se conjugan playas, montañas con un atrayente ecosistema y el centro histórico junto al Valle de los Ingenios -puntualizó Naranjo León- confiere gran interés para todos los visitantes e importancia para el desarrollo local como fuente de empleo, generador de nuevas obras y de ingresos al presupuesto, evidente en indicadores como la producción mercantil que sostenidamente crece y se sobrecumple.
Esos resultados del día a día productivo se revierten favorablemente en lo social; se destaca el cumplimiento del plan de circulación mercantil, progresa la educación, disminuye la tasa de mortalidad infantil (2,9 fallecidos por cada 1 000 nacidos) se recuperan los viales en las montañas y mejoran el transporte, así como las instalaciones de la salud, entre otras.
"La posibilidad de negocios en la zona para la inversión radica mayormente, por supuesto, en la llamada industria del ocio -acotó el dirigente- sin descartar otras fuentes potenciales en rubros como la producción de alimentos que sustituyan importaciones como tomate, frutales, leche y maíz.
"En cuanto al desarrollo social, el deporte muestra sus avances, expresado en los altos rendimientos nacionales e internacionales alcanzados por figuras del patio como Antonio Muñoz, Yoelvis Quesada e Ismel Jiménez, exponentes de quienes sitúan bien alto el pendón nacional, mientras otros muchos coterráneos integran equipos nacionales en diferentes categorías y especialidades.
"La identidad trinitaria se fundamenta en el amor que sentimos por nuestra ciudad, costumbres, tradiciones y acervo cultural. Nos enorgullece mantener nuestro patrimonio con sus calles de piedra, porque si algo conocemos aquí, es el valor de cada una."
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