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jueves, 9 de enero de 2014

Granja familiar cubana promueve la cunicultura

La cría de conejos es identificada como una alternativa para el deprimido sector agropecuario de Cuba.

La Habana, 9 ene. IPS - A través de la cría de conejos, círculos de interés y una peña cultural, el proyecto familiar La Granjita Feliz cambia la vida de sus tres protagonistas y mueve a una comunidad habanera hacia la cunicultura, una fuente de alimentación sana y vía rápida para impulsar la insuficiente producción animal de Cuba.

"En el país no hay tradición de criar conejos. Casi nadie sabe que es dañino darles cualquier comida como a los pollos o cerdos, ni mucho menos que ganan peso muy rápido si son tratados adecuadamente", dice a la Redacción de IPS Cuba Elizabeth Frómeta, que participa en la iniciativa junto a su esposo Luis Darío Martos y su hijo Rafael Alejandro Canteli.

En los 25 metros cuadrados de la terraza hogareña, sita en la barriada popular de Guabanacoa, este colectivo tiene tres filas de jaulas con conejos, junto a aves y plantas ornamentales. No obstante, tiene un plan anual de una tonelada de conejo en pie y entrega 200 kilogramos de carne a entidades estatales.

El joven Canteli, que cursa veterinaria en el capitalino Instituto Politécnico Agropecuario Villena-Revolución, se ocupa tanto de la limpieza e higienización del conejar como del acopio, picado, triturado y secado de los alimentos. En sus manos recae también la revisión de las hembras para mantener el ciclo reproductivo.

Esta familia creó, junto con la Cooperativa de Créditos y Servicios "Daniel Hernández", también de Guanabacoa, el Nutricón, un pienso para conejos a base de alimentos obtenidos en la localidad. "El país puede producir un pienso económica y ecológicamente sostenible con aplicación de técnicas agroecológicas", opina Martos.


"Una vez perdimos 61 animales y meses de trabajo por malos manejos en la dieta", recuerda el cunicultor. "Enseguida las nuevas crías ganaron buen peso y recuperamos las pérdidas", asegura, sobre los inicios del proyecto que ostenta hoy la categoría de excelencia otorgada por el sector agrícola.

Gracias a esa y otras ventajas, productores como el equipo de La Granjita Feliz y especialistas aseguran que la cunicultura constituye una alternativa rápida para llevar más proteínas de origen animal a la desprovista mesa familiar cubana.

 Todo el colectivo junto a futuros cunicultores.

"Una coneja puede cada año reproducir hasta 20 veces su peso en carne, algo imposible para una vaca. Además se obtiene gran cantidad de kilogramos de carne en un lugar reducido", revela Alberto González, presidente de la filial de la Sociedad de Cunicultores y Cuycultores (SCC) en Artemisa, provincia colindante con La Habana.

Tanto es así que "más del 90 por ciento de la masa cunícula del país está en manos familiares y en traspatios", indica el experto, cuya entidad pertenece a la no gubernamental Asociación Cubana de Producción Animal.

"Con solo tres reproductoras, un campesino puede consumir un conejo semanal y le queda para contribuir a la economía familiar", ejemplifica Ela Pons, presidenta de la SCC, que reúne a 3.000 asociados en la nación caribeña. "Es una de las especies a valorar para garantizar la seguridad alimentaria en las condiciones de Cuba", propone.

Sin embargo, alerta que no todo es color de rosa en este tipo de emprendimiento.

La especie "necesita de cuidados como mantener la higiene adecuada, agua potable y una dieta compuesta por entre 16 y 18 por ciento de proteínas y 12 y 14 por ciento de fibras", recomienda.

Otras adversidades que enfrentan las y los productores están en la escasez de jaulas e irregularidades en el suministro de piensos, que por lo general son importados y solo pueden adquirirse a través de contratos con la estatal Empresa de Ganado Menor.

La Granjita Feliz comparte con otras personas los conocimientos que amasa sobre la cría exitosa de conejos. "Ninguna actividad económica puede estar aislada de la formación educacional y cultural de sus miembros y las nuevas generaciones", valora Frómeta, que antes trabajaba en el sector estatal.

Así, desarrollan círculos de interés en escuelas primarias y secundarias y talleres de cunicultura, plantas ornamentales y artes plásticas con niños y niñas del barrio. En octubre de 2013, iniciaron un guateque en la Casa de la Cultura "Rita Montaner", de frecuencia mensual, con repentistas, danzas típicas cubanas, humor y cuentos orales.

"Unimos la educación y la cultura con el fin de rescatar tradiciones del campesinado y promover la agricultura urbana, especialmente la cunicultura", enfatiza Martos. Según el colectivo, ya recogieron los primeros frutos de estas iniciativas con el visible incremento de la cunicultura en su localidad y del número de personas que asisten a sus actividades.

Según el documento "Programa Integral de Ganadería. Estrategia hasta 2015", del Ministerio de la Agricultura, la respuesta productiva en esta especie es mucho más dinámica que en el resto de las ramas pecuarias. De hecho, la producción de carne creció de 185 toneladas a 453,3 toneladas en la etapa 2005-2009.

Las entregas a sacrificio de enero a marzo de 2013 ascendieron a 132 toneladas en todo el país, una cifra que representó un crecimiento de 112 por ciento con respecto a igual período de 2012, de acuerdo con la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información.

Asimismo, el texto reconoce que "la producción cunícula presenta un potencial sin explotar y requiere de un programa de desarrollo integral" en Cuba.

"Hoy esta carne es cara. Si creciera la producción, aumentaría el acceso a este alimento de calidad y bajarían los precios", aporta Frómeta.

La baja producción, elevada demanda del turismo internacional, poca disponibilidad en los mercados agropecuarios y la inexistencia de una cultura generalizada de consumo, hacen que la carne de conejo siga siendo una rareza en la mesa local.

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