Planificar bien y controlar mejor

AIN. Cuantas veces en la vida escuchamos que se deben planificar bien las cosas para tener buenos resultados y, sin embargo, a diario se incumple esa premisa.

Ante ella se debe tener una actitud responsable por parte de las personas que asumen un compromiso, ya sea personal o colectivo, pues puede afectar el desempeño, la calidad, los rendimientos y las metas propuestas.

Si en verdad se quiere conseguir lo esperado, entonces se debe controlar sistemáticamente la ejecución del cronograma previsto para apreciar dónde están las oportunidades o amenazas.

Con frecuencia escuchamos, o leemos en la prensa, que determinada obra, inversión, deporte o rama de la economía no cumplen lo estipulado por los especialistas.

En muchos casos, la llegada tardía de insumos, suministros y útiles, retrasa los ciclos de fabricación y producción establecidos, y causan irremediables pérdidas en los rendimientos y atrasos en los proyectos de desarrollo social.

Es imprescindible, entonces, contar con herramientas de control eficaces y soluciones alternativas para evitar males mayores.

Resulta lamentable que eso suceda y la economía deba desembolsar miles de pesos en la adquisición de determinado producto en el mercado internacional, porque no fuimos lo suficientemente capaces de obtenerlo, con los recursos disponibles, en el territorio nacional.

El priorizado sector de la producción agrícola, cuyo desarrollo es determinante en la seguridad alimentaria del país, puede servirnos de ejemplo.

Para el campesino dedicado al bregar desde muy tempranas horas de la madrugada, es necesario que su ciclo no se altere: de lo contrario, el esfuerzo será en vano.

Cada aplicación de fertilizante, herbicida, rotación de las tierras, labores mecanizadas o manuales -para antes o después de las cosechas- tienen un tiempo optimo, de alterarse, entonces los resultados serán inferiores.

Integrantes de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, de conjunto con otros organismos, desde hace años trabajan en la capacitación de todos los productores para elevar los conocimientos y aprovechar mejor los recursos disponibles.

Eso sí, es imprescindible que las asignaciones estatales estén a tiempo en sus manos para ser eficientes, de lo contrario, la agricultura y el producto interno bruto, no podrán jamás crecer.