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viernes, 31 de enero de 2014

Retos tras la II Cumbre de Celac

La cita de los 33 países de América Latina y el Caribe se celebró el 28 y 29 de enero en la capital cubana.

La Habana, 31 ene.- Disminuir las brechas de desigualdad presentes en cada uno de los 33 países del área fue identificado como el mayor desafío en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que concluyó este miércoles 29 de enero. 

Sin embargo, el mecanismo de concertación también afronta otros retos, sobre los que conversó la Redacción de IPS Cuba con el analista cubano Carlos Alzugaray: 

REDACCIÓN IPS CUBA: ¿Qué desafíos debe sortear Celac para no quedarse solo en el entusiasmo como otros esquemas de integración?

CARLOS ALZUGARAY: Hay que decir ante todo que la Celac no es un esquema de integración. Es un mecanismo de concertación y cooperación regional política al más alto nivel. Por ser eso, puede jugar un papel positivo en fomentar la integración que se materializa en otras instituciones que sí son integracionistas como el Mercosur o el ALBA. 

La integración es un proceso que marcha por dos carriles: el institucional y el ideacional o identitario. En América Latina y el Caribe hay en la actualidad una voluntad política sostenida de crear mecanismos de cooperación e integración autónomos, al margen de la OEA aunque no contradictoria con ésta. Poco a poco se va viendo una transformación favorable en ese sentido. La Celac tiene que consolidarse como régimen de concertación política que fomente la cooperación regional y la proyección de la región con una sola voz en aquellos temas de las relaciones internacionales en que ello es posible. Por tanto, debe evitarse todo aquello que pueda dividir a la región. 

Otro desafío es que otras agrupaciones regionales del mundo acepten y reconozcan a la Celac como el vocero legítimo y con autoridad para negociar en nombre de toda la región aquellos temas para lo cual sus estados miembros así lo decidan. Esto solo se logra con un trabajo sostenido, firme pero cauteloso. Al fin y al cabo la Celac es hija de dos procesos independientes pero relacionados entre sí: la vieja aspiración unitaria de los pueblos de la región, presente en el pensamiento y actuación de Simón Bolívar (1783-1830), José Martí (1853-1895) y otros próceres entre ellos Hugo Chávez (1954-2013) y Fidel Castro; y la tendencia global hacia la formación de agrupaciones regionales que conduzcan a fomentar el desarrollo económico y social y permitan a las sociedades y estados nacionales a maximizar los beneficios de la creciente globalización y minimizar sus efectos perjudiciales. 

IPS CUBA: ¿Hasta qué punto las diferencias políticas de la región limitan el crecimiento del comercio interregional en Latinoamérica y el Caribe?

CA: Los obstáculos que limitan el crecimiento del comercio interregional son muchos y muy variados. Algunos, los más importantes, son de índole estructural y de carácter económico. 

Muchas de las economías latinoamericanas y caribeñas son competitivas entre sí y no complementarias. Para crear condiciones propicias hace falta voluntad política que los distintos esquemas regionales de cooperación e integración favorecen. Tal es el caso de la Celac. Pero no son el factor esencial. 

Por otra parte, aunque la voluntad política puede favorecer el crecimiento del comercio, hay límites a lo que se puede hacer, determinados esencialmente por la conveniencia económica. 

IPS CUBA: ¿Qué otros factores habría que tener en cuenta?

CA: Es necesario identificar aquellos sectores económicos en que se puede impulsar con mayores posibilidades de éxito el comercio desde la política. Tales son los casos de Petrocaribe o el ALBA. Otras instituciones que pueden fomentar esto son la Cepal, el SELA y la Aladi, por ejemplo. 

Teniendo en cuenta el carácter de la mayor parte de las economías latinoamericanas, es importante una transformación de la forma de pensar de las élites económicas, quienes son las que en definitiva toman las decisiones claves. 

Los distintos esquemas regionales, incluidos el Mercosur, la Caricom y Unasur, favorecen la necesaria evolución de la manera de pensar de estas élites. Esto es un proceso de largo plazo que no puede ser resuelto en un día. Requiere de voluntad política sostenida, como parece indicar que está pasando a través de la Celac. (2014)

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