En el contexto de la Feria Internacional del Libro, el Sistema de Naciones Unidas organizó un panel sobre Agricultura Familiar que reunió a varios expertos en el tema.
La Habana, 14 feb.- Representantes de organismos internacionales y agroecólogos cubanos resaltaron la importancia de incentivar y revalorizar la agricultura familiar en Cuba como una prometedora forma de producir alimentos sobre bases sostenibles y sin daño para el medioambiente.
Durante un panel organizado este jueves 13 por el Sistema de Naciones Unidas, Laura Melo, representante del Programa Mundial de Alimentos en La Habana, consideró que en Cuba se evidencia gran voluntad institucional de producir alimentos e insistió en el valor de la agricultura familiar para erradicar el hambre en el mundo.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) define a ese sistema como una forma de organizar la producción agrícola y silvícola, así como la pesca, el pastoreo y la acuicultura, que es gestionada y dirigida por una familia y que en su mayor parte depende de mano de obra familiar, tanto de mujeres como de hombres.
De ese modo, la familia y la explotación agropecuaria están vinculadas, evolucionan de manera conjunta y combinan funciones económicas, ambientales, reproductivas, sociales y culturales.
Al exponer la visión de la FAO para enfrentar los retos agrícolas, su representante en Cuba, Theodor Friedich, consideró que la productividad de la agricultura familiar puede ser superior, aunque informó que en Cuba el 70 por ciento de la tierra está en manos de las formas no estatales que producen más del 80 por ciento del total de alimentos en el país.
En su opinión, "considerando los retos de erradicar el hambre, combatir la pobreza rural, manejar los recursos naturales de forma sostenible y enfrentar el cambio climático", la agricultura familiar parece la forma productiva "más prometedora y el aliado más estratégico" para ese fin.
Ello ha sido reconocido por la ONU al declarar este como el Año Internacional de la Agricultura Familiar.
A su vez, Adolfo Rodríguez Nodal, Jefe del Programa Nacional de Agricultura Urbana y Suburbana en Cuba, consideró que "existe gran riqueza y potencial de desarrollo constante de la agricultura familiar en las Cooperativas de Créditos y Servicios, porque en ellas "ocurre la unión de familias".
Igualmente, estimó que en las condiciones del país, lo que más se acerca a ese manejo agropecuario es el proyecto dirigido por él, dentro del cual "se ha dado mucha fuerza a los microhuertos, donde trabaja la familia y tienen una importante participación los niños".
Al comentar los resultados de esta experiencia, Rodríguez Nodal destacó que el 70 por ciento de los vegetales en Cuba provienen de dicho programa y el grueso de las producciones se hace sobre bases agroecológicas.
La agricultura familiar nos puede ayudar a cuidar más el suelo, principalmente ante los peligros de la desertización, la compactación, la salinización y otros problemas, afirmó.
Por su parte, Fernando R. Funes Monzote, vicepresidente de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (Socla), también devenido agricultor suburbano, comentó que campesinos como él están produciendo más alimentos de los necesarios. A juicio del experto, "más del 50 por ciento de lo producido en nuestro país se está perdiendo".
De acuerdo con Funes, "todavía la agricultura familiar en Cuba necesita una contextualización y el valor que merece el campesino".
Para este agroecólogo, esa forma de producción es un contexto muy favorable para fortalecer las cadenas alimentarias cortas a partir de relaciones estrechas entre productores y consumidores.
"Puede ser el eje fundamental para reducir las relaciones inequitativas entre ciudad y campo, creando un contexto de valorización de la agricultura familiar campesina a través de mecanismos de promoción y reconocimiento de las disímiles funciones que esta realiza más allá de la producción de alimentos", señaló.
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