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viernes, 14 de marzo de 2014

Arturo López-Levy: “En la medida en que la reforma económica cubana abra los apetitos empresariales, el lobby pro embargo tiene que retroceder”

Milena Recio • 14 de marzo, 2014

Vino esta vez a La Habana invitado por la revista Espacio Laical, que organizó en los primeros días de marzo un encuentro de debate sobre el futuro de Cuba titulado “Fe religiosa, institucionalidad nacional y modelos sociales”.

Arturo López-Levy, politólogo formado en Cuba en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), profesor en la Universidad de Denver y Colorado y uno de los directivos de Cuban Americans for Engagement (CAFE), expuso su ponencia en un panel relacionado con el futuro del sistema político cubano al que le reconoció entre sus mayores retos el manejo político del cambio al pasar de una “economía de comando” a una mixta; el logro de la inserción de Cuba en un sistema global signado por el capitalismo, con la primacía de Estados Unidos como principal potencia y la terminación del tránsito intergeneracional en la dirección política del país.

Todo ello, en el contexto de la evolución que puedan llegar a tener las relaciones con Estados Unidos o, dicho de otra forma, sobre el cariz que adopte en el futuro mediato la política de ese país hacia la isla.

Entre debate y debate, al final de una de aquellas tardes en la sede del Centro Cultural “Félix Varela”, López-Levy accedió a reflexionar sobre las alternativas que podrían tener ambos países para relacionarse entre sí, en escenarios próximos.

Milena Recio: Desde Estados Unidos, en los últimos meses se ha desatado una nueva ola de proposiciones para el cambio en la política hacia Cuba. El propioObama en noviembre pasado habló de “actualizar” las políticas, y luego muchas otras voces han insistido en ese punto. Recientemente han sido muy impactantes las declaraciones de Alfy Fanjul, de Charlie Crist ¿Cómo evaluar estas señales lo más objetivamente posible? ¿Qué perspectivas habría de que el gobierno norteamericano, realmente, en el mediano plazo, tome medidas favorables a la normalización?

Arturo López-Levy: Yo creo que hay que tener una visión de cambios en la política hacia Cuba de largo plazo. Se trata de una batalla política paciente, cuesta arriba, pues durante años el lado pro embargo logró solidificar y convertir incluso en ley las políticas que le convienen. Es muy difícil en Estados Unidos modificar una política ya establecida. Es mucho más fácil instalarla o modificar sus términos en el momento en el que se está debatiendo que tratar de revertirla una vez que está instalada. Por lo cual es importante siempre mirar, desde una perspectiva dinámica, hacia dónde se mueve la tendencia, incluso cuando los pasos son pequeños. Todo este movimiento de ideas sobre la política hacia Cuba, de toma de posiciones, pueden parecer pequeños pasos, declaraciones retóricas, pero tienen importancia desde una perspectiva dinámica. ¿Por qué? Porque comienzan la discusión sobre Cuba en términos nuevos, de un país en transición, frente a una política que ha ubicado a Cuba en una esquina, como una potencial amenaza a los intereses de los Estados Unidos, como “país terrorista” en la lista del Departamento de Estado, que es una definición simbólicamente muy importante.

Frente a eso existe la decisión de actores significativos de la sociedad norteamericana, de la política norteamericana, empezando por el presidente Obama, y de la política cubanoamericana, como el empresario Fanjul, que apelan a una nueva narrativa sobre Cuba. Desde esa nueva narrativa de país en cambio, de país en transición, ya entonces comienza a edificarse una nueva propuesta de política alternativa, porque al variar el diagnóstico, varía la prescripción.

Pero no hay una variación estructural de otros definidores de la política hacia Cuba, en primer lugar, de la prioridad del tema, que sigue siendo baja, con algunos sectores que chapoletean acerca del mismo y le suben momentáneamente el perfil con una u otra actividad.

No se trata, como en otras ocasiones, de que el tema ha ganado en perfil a través de una crisis. En este caso se trata de que, con una encuesta del Atlantic Council se hace una noticia, con la declaración de Fanjul se hace otra noticia, con la declaración de Crist se hace una noticia y el tema de la política hacia Cuba aparece en la agenda, bombardea al muro que significa la Ley Helms-Burton. Eso yo creo que hay que mirarlo con interés y con perspectiva, pero sin teleología.

Es posible que esto lleve a nada, pero puede ser que, si sigue avanzando y se pueden producir efectos de cascada y de grupos que empiecen a hablar, Obama haga algo en específico. A mí me parece que, a ojos vista, está el tema de la Cumbre de las Américas en Panamá, donde hay un tema de política norteamericana de más envergadura, que es la relación con todo el hemisferio. La relación hemisférica se va a poner a prueba debido a la política de Estados Unidos hacia Cuba, por el problema de la exclusión de Cuba. Es posible que, en el contexto de esa dinámica o antes, empiecen a aparecer propuestas concretas, desde el Departamento de Estado, desde congresistas y senadores que pueden hacerlo con un ambiente de relativa impunidad con respecto a los castigos políticos que la derecha cubana impone a todos los que desafían el mantra con el cual ellos han vivido y que se produzca una derrota para ese lobby. Como te decía, en cosas concretas y que no cambian toda la dinámica de la relación pero le quitan fuerzas al estatus actual.
Atlantic Council Poll: Americans Want New Relations With Cuba

Por ejemplo, sacar a Cuba de la lista de países terroristas o una nueva ola de flexibilización de la política de viajes dentro de la Ley Helms-Burton. O la creación de un espacio para que el Presidente o que el Departamento de Estado encuentre una solución al caso del subcontratista Alan Gross en la cual la comunidad cubanoamericana de derecha no se sienta representada, pero que el Presidente, dado que exista el criterio de manera general y que cuente con el espacio para amortiguar los ataques que va a sufrir desde la derecha cubanoamericana, se decida a hacer algo.

MR: ¿Algo como qué?

ALL: Yo creo que puede poner sobre la mesa algún tipo de negociación sobre los propios programas de la USAID, que a lo mejor Cuba no acepta, pero que nada más por el hecho de que esas cosas se discutan pone la política intervencionista en peor situación; o, en el caso de los tres cubanos que quedan en las cárceles norteamericanas por motivo del juicio no justo que sufrieron en La Florida cuando fueron arrestados por estar envueltos en actividades de inteligencia.

MR: En La Florida, la emigración cubana, según la misma encuesta del Atlantic Council había modificado su percepción sobre Cuba. Se está hablando de un 63% de personas adultas en La Florida que estarían a favor de la normalización. Primero habría que preguntarse a qué le llaman normalización. O sea, cuáles son los contenidos reales de esa normalización para ellos en su lectura del tema. ¿Esa perspectiva es circunstancial, es irreversible? ¿Puede llegar a tener peso real sobre la política que adopte el gobierno norteamericano?

ALL: El término “normalización” no ayuda a entender la dinámica en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Si se entiende la normalización como que Cuba y Estados Unidos tengan relaciones, digamos, ajustadas al derecho internacional tendrían un nivel de complejidad y de cambios en ambos lados del Estrecho, que yo no lo veo venir. Ahora, si lo que se entiende es una relación de coexistencia con relaciones diplomáticas, de intercambios aprobados por ambos gobiernos, yo creo que es una posibilidad, en tanto se asuma que es una relación asimétrica en términos de poder y que, a ojos vista, Estados Unidos lo que va a cambiar es la forma de buscar el objetivo de restablecer una relación hegemónica con Cuba.

La política del embargo es una política imperial porque pretende imponer a través de la coerción el tipo de gobierno que a ellos les gustaría en Cuba, con las políticas que a ellos les gustarían desde Cuba. Es posible que esa política sea suplantada por una política de proyección hegemónica que lo que procura es persuadir al otro actor, a partir de dinámicas de información, dinámicas de incentivos, de que es mejor, para el actor más débil, adoptar cambios que lo hagan caber o entrar en un rompecabezas mayor donde predomina el liderazgo norteamericano.

Esto es algo que Cuba no parece aceptar y eso ya es un conflicto de Cuba no solo con Estados Unidos sino con un sistema internacional donde la primacía norteamericana es una realidad. El actual sistema político cubano y la dirección cubana no se sienten cómodos con el mundo de esa manera y hacen todo lo posible por cambiarlo. ¿Es posible que Cuba modere esa manera de ser? Yo creo que sí. ¿Es posible que Estados Unidos asuma la búsqueda de sus mismos objetivos por un método más persuasivo y menos coercitivo? Yo creo que también.

MR: ¿Ese es el marco de una normalización?

ALL: Eso, para mí, es el marco de lo que se llama una normalización en los próximos diez, quince años.

MR: ¿Y los cubanos en La Florida cómo leen eso?

ALL: Los resultados de la encuesta yo creo que tienen que ver, de nuevo, con dinámicas a largo plazo, –tendencias que son reversibles. Podría ocurrir, en condiciones de un momento de crisis, una lectura de la realidad cubana en conflicto con los valores de esa comunidad, que es una comunidad muy anticomunista en línea general. Pero eso no tiene por qué pasar.

Yo diría que los cambios que están ocurriendo en Cuba, lejos de azuzar los comportamientos hostiles están estructuralmente más conectados con la promoción de posiciones persuasivas, de posiciones menos beligerantes. Menos beligerantes no significa más afines al gobierno cubano.

Ha ido apareciendo un grupo importante de personas en los Estados Unidos que se cuestionan la viabilidad y funcionalidad de la política de embargo hacia Cuba. No porque no deseen ver el gobierno de Cuba derrotado, lo siguen pensando, pero opinan que la manera dogmática en que se ha concebido ese objetivo ha dificultado su mínimo avance.

Ahora, esto tiene connotaciones que van más allá de la cuestión táctica frente a una estrategia. El ajuste de la táctica implica necesariamente un ajuste de la estrategia porque pensar en la posibilidad de participar de los cambios que están ocurriendo en Cuba, con la idea de esperar pacientemente que las dinámicas económicas a la larga lleven a cambios políticos, también implica aceptar que el objetivo final del camino va a ser una solución de compromiso…

MR: De convergencia…

ALL: De convergencia y de concesión donde una parte de la historia creada institucionalmente, socialmente, económicamente, por el período post revolucionario, va a ser parte inevitable del resultado final. Porque no estamos hablando de un derrocamiento del gobierno sino de una evolución. Del lado cubano se desmontan cosas como, digamos, el dominio total de la propiedad estatal sobre los medios de producción y se le abre un espacio a un potencial inversionista cubano, que puede venir como cubano o puede venir como norteamericano o como mexicano. Hay que tener en cuenta también a las comunidades cubanas fuera de Estados Unidos. Hay ocasiones en las cuales dinámicas de las relaciones entre Cuba y los emigrados en otros países pueden tener un efecto de carambola en la comunidad grande de Estados Unidos. Por ejemplo, es evidente que hoy los cubanoamericanos no pueden invertir en Cuba, al menos legal y abiertamente, pero si eso empieza a pasar con cubanos que viven en otros países, eso va a crear apetitos dentro de la comunidad cubanoamericana.

Segundo, hay procedimientos de repatriación que permiten a personas de diferentes signos regresar a Cuba. Si muchas personas, digamos, que han trabajado y han vivido en España o que han vivido en México, ya sea porque se retiran y quieren vivir aquí [en Cuba] y cobrar aquí su retiro; ya sea porque se plantean la posibilidad de pasar aquí parte del año y parte del año en otro país…


Diego y su amigo, viajan desde Toronto a La Habana.


MR: O mandar a los hijos a pasar las vacaciones en Cuba.

ALL: Eso de las vacaciones de los niños en cierta medida empezó precisamente por cubanos que viven en otros países. Pero es algo que ya ha llegado a los Estados Unidos y empieza a jugar su papel. Entonces, yo creo que una de las cosas que hay que hacer en paralelo es abrirse a la emigración como un todo, reconocerla como parte de la nación. Siempre he dicho que el nombre de los eventos “La Nación y la emigración” fue un mal nombre porque existen diferentes partes de la nación. No es que exista la nación de un lado y la emigración del otro: la emigración es parte de la nación. Puede haber políticas concretas hacia la emigración como un todo, independientemente de donde esté, que contribuyan a cambiar la estructura política por la cual se discute allá, como te decía, en efectos tangibles a largo plazo. Por ejemplo, diseños de programas de turismo para los cubanoamericanos o para los cubanos que viven en el exterior, programas educacionales para jóvenes cubanoamericanos, que les permitan…

MR: Un reencuentro con su identidad…

ALL: Cosas de ese tipo. Digamos, que haya una universidad inglesa que tenga un campusaquí donde se impartan clases en inglés que cuenten para créditos en una universidad americana. Esas personas podrían venir aquí [a Cuba] y, recibir clases con profesores cubanos que formen parte y se den clases de Historia de Cuba, cosas de esas, pero que les permitan al cubano que vive fuera pasarse un año aquí; que le cuente para el college,por ejemplo, a un joven de origen cubano… De manera tal que la influencia para la comunidad cubanoamericana no empiece por el cubano que se va, se pasa cinco años allá, a los seis años se hace ciudadano, no hay elecciones en el año en que se hizo ciudadano y tiene que esperar dos años más. Entonces, cuando viene a ver, el tema Cuba es, en su nivel de prioridad, muy bajo. Ahora, si trae a un norteamericano o a un cubano, que nació en los Estados Unidos o que se fue para los Estados Unidos cuando tenía cinco años y viene y está aquí a inicios de su vida política cuando tiene veinte, veintitrés años, esa persona regresa a los Estados Unidos con una visión de Cuba que va a signar su vida, a marcarla. Entonces, hay cosas que se pueden hacer así.

MR: Eso en un escenario donde Cuba adopta una posición activa respecto a la forma en que modula sus relaciones con la emigración buscando además resultados políticos en Estados Unidos.

ALL: La vida demuestra que los países actúan influyendo los procesos de toma de decisión de políticas del país que es la potencia más importante del mundo; ellos lo hacen. No lo pueden hacer legalmente como un lobby interno, porque ellos son entes extranjeros. Ahora, pensar que no lo hacen es un error. Canadá mueve sus intereses dentro de la política norteamericana, por ponerte un ejemplo, pero hay muchos ejemplos…

MR: El caso israelí…

ALL: Sí, claro. China. Hay Cámaras de Comercio binacionales, por ejemplo. Imagínate la Cámara de Comercio India en Estados Unidos. ¿Qué hacen esos grupos? Una compañía norteamericana que va a India a invertir sin ser miembro de la Cámara de Comercio Indio Norteamericana, tiene muchas más dificultades. Para la persona que quiere invertir en India, incorporarse a la institución que se llama Cámara de Comercio Indio Norteamericana, cuyo objetivo es promover buenas relaciones de comercio, de inversión, entre Estados Unidos e India, hay una canalización de dinero, de recursos y todo, a una agenda política concreta. Imagínate que ahora Fanjul quiere invertir en Cuba y se hace miembro, digamos, de la Cámara de Comercio Cuba-Estados Unidos. Cuando él deje su dinero allí ya va a haber un lobbysta que tiene un vínculo específico, que va al Congreso.

MR: ¿Especialmente qué temas podrían, en el caso de las relaciones Cuba-Estados Unidos, movilizar un cambio de política?

ALL: Muy pocos. Cuando empezó a hablarse de lo del Scarabeo 9, yo pensé que si se descubría petróleo podía cambiarlo, pero no fue así. Por esa razón, en el contexto actual tienen mucha importancia las dinámicas de la comunidad cubanoamericana y ahora la dinámica de los sectores empresariales. En la misma medida en que la reforma económica cubana abra los apetitos empresariales, yo creo que también el lobby pro embargo tiene que retroceder, como pasó con el caso de los agricultores en el año 2000, que el congresista George Nethercutt, del Estado de Washington y el senador John Ashcroft, de Missouri, que lograron impulsar una agenda asociada a los agricultores.

Los agricultores lograron revertir la posición pro embargo a nivel de un compromiso. No fue que echaron abajo toda la política para el comercio agrícola, es que lograron vender productos bajo ciertas condiciones. Y eso es lo que yo creo que es posible en el caso de Cuba. ¿Cómo se ha logrado? Mira, yo creo que los sectores cubanoamericanos partidarios de los viajes a Cuba y de que por lo menos los viajes familiares no fueran intervenidos políticamente, lograron en cierta medida revertir las políticas de Bush. Si nadie hubiera protestado todavía estuviéramos viniendo a Cuba una vez cada tres años. Y eso se logró a través de sectores de derecha, de centro derecha, en la comunidad cubanoamericana, de sectores de izquierda, de sectores de centro que trabajaron en común, por una agenda común que se llama “La agenda de los viajes familiares”, punto. Llegaron hasta ahí y algunos se convencieron de que podían hacer otras cosas, otros ahí llegaron y dijeron: “Ya, ya está. Esto es suficiente, no hay más cambio.”



MR: Ahora, hay una parte de la comunidad cubana en Estados Unidos que probablemente interprete como posible participar en el futuro de Cuba, en el futuro cercano, de manera directa. ¿Crees tú que habría sectores dispuestos a participar constructivamente en una evolución de Cuba, en un proyecto de desarrollo que mantuviera el carácter socialista, por ejemplo?

ALL: Yo creo que sí aunque no creo que sea mayoritario. Yo creo que habría primero personas dispuestas a participar incluso con ese nombre. Una vez que esas personas empiecen a participar, en la medida en que ellos puedan lograr un espacio de tratamiento con respeto, otras personas, que puede que no sean socialistas o que no concuerden con los objetivos del sistema socialista, puedan decir, como dicen empresarios en muchos lugares del mundo: “Yo puedo participar, esto me conviene, yo no tengo que estar de acuerdo con completamente, pero me siento cómodo con lo que estoy haciendo, siento que tiene sentido y voy a obtener ahí mis ganancias, incluso voy a contribuir al desarrollo del país en concreto”.

MR: Eso implicaría, de todas formas, un marco de relación entre los dos países de otro carácter porque tendrían que ser igualmente tolerantes, tolerantes de la diferencia en las dos vías.

ALL: Ganaríamos todos si ambos gobiernos se ubican en que hay que tener respeto hacia las decisiones de otros actores. Si hay empresarios norteamericanos, cubanoamericanos que quieren invertir en Cuba, o mexicanos… Por eso es que te digo que siempre hay que empezar por donde es posible. Aquí no hay más inversión de cubanos que viven en México por el embargo; y al mismo tiempo aquí no hay más inversión de cubanos que viven en México porque la implementación, ya ni siquiera a veces es el diseño de política sino la implementación de la Ley de Inversión Extranjera del 95, que permite la inversión de cubanos residentes fuera, ha llevado a que haya un número pequeño…

MR: Por un uso discrecional de la Ley.

ALL: El uso discrecional de la Ley es el responsable en parte de eso. Ahora, a mí no me caben dudas de que cuando esas acciones comiencen a ocurrir no va a haber un estatus petrificado, la propia relación crea dinámicas y crea comunidad de intereses. Puede ser que un cubano que vive fuera pueda venir [a Cuba] y estudiar aquí y que pueda acceder a la universidad como el caso de una cubanoamericana que estudió en la Escuela Latinoamericana de Medicina. Que esos cubanoamericanos que vengan de esa manera, digamos, que eso se empiece a ver como una opción en la cual ellos digan: “Bueno, ese era mi país, a lo mejor fue confiscado el negocio de mi padre o de mi abuelo, pero a mí me dan ciertas ventajas”. De manera que hay que repensar la relación porque esas dinámicas cambian actitudes. Los roles cambian intereses y hay círculos viciosos o virtuosos, en dependencia de hacia dónde va la relación. Creo que ahí hay cosas que es posible mirar con interés.


Fotos de ALL: Cortesía de Espacio Laical

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