HAROLD IGLESIAS MANRESA
La expectativa estaba creada de antemano, pocas veces se ve a un recordista mundial saltar tras varios años inactivo. Honrar la memoria de su mentor José Godoy fue la chispa que lo llevó a potenciar la idea de organizar un festival de saltos en su nombre. Proyecto materializado y que este sábado celebró su IV edición en el Estadio Panamericano.
Se imponía entonces acudir al Este, al encuentro de las alturas y de Javier Sotomayor (Limonar-Matanzas, 13 de octubre de 1967), especialmente por el hecho de que dos días antes, con tan solo tres pasos de carrera sobrevoló el listón con holgura a 1.85. Imagino que del otro lado del Atlántico, el italiano Marco Segatel, dueño del 2.04 metros que clasifica como plusmarca universal en la categoría de mayores de 45 años de seguro tembló no más escuchó la noticia. Incluso algunas miradas "desviaron" su atención de los brincos del ruso Ivan Ukhov, el catarí Mutaz Essa Barshim y compañía en la Arena Ergo polaca, sede de la XV edición mundialista bajo techo de atletismo.
Pero el destino se antojó cruel y el Soto en ese calentamiento y puesta a punto del jueves se resintió una añeja molestia en su hombro izquierdo y quedó en el plano de lo incierto otra posible hazaña. Tocaría entonces a la pequeña de 13 años Isis Kaila Guerra arrancarle los aplausos a todos. Soltura, concentración, palmas y buena técnica de ataque al listón le confirieron a la muchachita esos 1.70 insospechados para su edad. Incluso la talentosa atleta del municipio Plaza de la Revolución desafió los 1.73. Se hizo la pausa, silencio total, en definitiva tres intentos fallidos, pero entre cielo y tierra esta mañana de sábado se colocó Isis.
Sobre el memorial José Godoy, el resurgir de la altura en el entorno supremo y la situación actual de dicha modalidad en nuestro país accedió el "Rey de las alturas" a ofrecer sus impresiones a Granma:
¿A qué atribuyes el resurgir de la altura masculina?
Ciertamente hay tres saltadores con registros superiores a los 2.40, el ruso Ukhov incluso desde hace tres o cuatro temporadas ha venido registrando esas alturas, y en el caso del catarí Barshim y el ucraniano Bohdan Bondarenko exhiben una excelente combinación de físico, técnica depurada y talento.
¿Peligra el récord?
Eso es mucho más difícil de pronosticar. No pienso que el hecho de que uno o varios saltadores superen los 2.40 metros en la actualidad implique necesariamente la ruptura del récord. A mí me sucedió en 1994, año en el que superé en diez oportunidades los 2.40, y la plusmarca no cayó.
¿Causas del vacío cubano en el salto de altura?
Son varias, una de ellas el talento, no ha surgido ningún atleta con esas condiciones naturales y otros han quedado fuera de esa línea de desarrollo y consecutividad por causa de restricciones, siendo la escasa matrícula una de esas limitantes. Por ejemplo, en tres ediciones anteriores del Memorial solo hemos podido promover a un muchacho a las preselecciones nacionales. A eso súmale el hecho de que por lo general en las provincias, cuando transitan por la categoría infantil por lo general se inclinan por la velocidad, la longitud y el triple.
En lo particular considero que la altura y la pértiga son más técnicas y a su vez más restringidas y hasta de menor atractivo. De ahí que los exponentes de estos dos eventos no sean muy rápidos y no se desdoblen en otras pruebas.
Aún así soy optimista y pienso que en un futuro no muy lejano despertaremos del letargo.
¿Dos saltos de placer supremo?
Sobre pista cubierta los 2.43 del 4 de marzo de 1989 en Budapest. Por estos días celebré los 25 cumpleaños de ese tope universal, y al aire libre a pesar de no ser un salto de plusmarca mundial los 2.40 de Stuttgart 1993. Extraoficialmente creo que le saqué casi diez centímetros a la varilla. La considero mi mejor ejecución.
La expectativa estaba creada de antemano, pocas veces se ve a un recordista mundial saltar tras varios años inactivo. Honrar la memoria de su mentor José Godoy fue la chispa que lo llevó a potenciar la idea de organizar un festival de saltos en su nombre. Proyecto materializado y que este sábado celebró su IV edición en el Estadio Panamericano.
Se imponía entonces acudir al Este, al encuentro de las alturas y de Javier Sotomayor (Limonar-Matanzas, 13 de octubre de 1967), especialmente por el hecho de que dos días antes, con tan solo tres pasos de carrera sobrevoló el listón con holgura a 1.85. Imagino que del otro lado del Atlántico, el italiano Marco Segatel, dueño del 2.04 metros que clasifica como plusmarca universal en la categoría de mayores de 45 años de seguro tembló no más escuchó la noticia. Incluso algunas miradas "desviaron" su atención de los brincos del ruso Ivan Ukhov, el catarí Mutaz Essa Barshim y compañía en la Arena Ergo polaca, sede de la XV edición mundialista bajo techo de atletismo.
Pero el destino se antojó cruel y el Soto en ese calentamiento y puesta a punto del jueves se resintió una añeja molestia en su hombro izquierdo y quedó en el plano de lo incierto otra posible hazaña. Tocaría entonces a la pequeña de 13 años Isis Kaila Guerra arrancarle los aplausos a todos. Soltura, concentración, palmas y buena técnica de ataque al listón le confirieron a la muchachita esos 1.70 insospechados para su edad. Incluso la talentosa atleta del municipio Plaza de la Revolución desafió los 1.73. Se hizo la pausa, silencio total, en definitiva tres intentos fallidos, pero entre cielo y tierra esta mañana de sábado se colocó Isis.
Sobre el memorial José Godoy, el resurgir de la altura en el entorno supremo y la situación actual de dicha modalidad en nuestro país accedió el "Rey de las alturas" a ofrecer sus impresiones a Granma:
¿A qué atribuyes el resurgir de la altura masculina?
Ciertamente hay tres saltadores con registros superiores a los 2.40, el ruso Ukhov incluso desde hace tres o cuatro temporadas ha venido registrando esas alturas, y en el caso del catarí Barshim y el ucraniano Bohdan Bondarenko exhiben una excelente combinación de físico, técnica depurada y talento.
¿Peligra el récord?
Eso es mucho más difícil de pronosticar. No pienso que el hecho de que uno o varios saltadores superen los 2.40 metros en la actualidad implique necesariamente la ruptura del récord. A mí me sucedió en 1994, año en el que superé en diez oportunidades los 2.40, y la plusmarca no cayó.
¿Causas del vacío cubano en el salto de altura?
Son varias, una de ellas el talento, no ha surgido ningún atleta con esas condiciones naturales y otros han quedado fuera de esa línea de desarrollo y consecutividad por causa de restricciones, siendo la escasa matrícula una de esas limitantes. Por ejemplo, en tres ediciones anteriores del Memorial solo hemos podido promover a un muchacho a las preselecciones nacionales. A eso súmale el hecho de que por lo general en las provincias, cuando transitan por la categoría infantil por lo general se inclinan por la velocidad, la longitud y el triple.
En lo particular considero que la altura y la pértiga son más técnicas y a su vez más restringidas y hasta de menor atractivo. De ahí que los exponentes de estos dos eventos no sean muy rápidos y no se desdoblen en otras pruebas.
Aún así soy optimista y pienso que en un futuro no muy lejano despertaremos del letargo.
¿Dos saltos de placer supremo?
Sobre pista cubierta los 2.43 del 4 de marzo de 1989 en Budapest. Por estos días celebré los 25 cumpleaños de ese tope universal, y al aire libre a pesar de no ser un salto de plusmarca mundial los 2.40 de Stuttgart 1993. Extraoficialmente creo que le saqué casi diez centímetros a la varilla. La considero mi mejor ejecución.
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