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miércoles, 2 de julio de 2014

Cuba cooperó con EEUU para localizar a desaparecidos en misiones de la Guerra Fría

Por Miguel Fernández Díaz Café Fuerte

El gobierno cubano cooperó con Estados Unidos y facilitó información de inteligencia a partir de 1998 para rastrear el paradero de ciudadanos estadounidenses desparecidos en diversos escenarios internacionales durante los años de la Guerra Fría, reveló un ex oficial de la CIA.

Chip Beck, retirado de la CIA y ex funcionario del Departamento de Estado, relató que entre 1998 y 2001 viajó legalmente a Cuba en cinco ocasiones para buscar información sobre estadounidenses que desaparecieron en misiones en Indochina, África y Centroamerica en la época de confrontación entre Occidente y el bloque comunista, con la Unión Soviética a la cabeza.

En una sesión de preguntas y respuestas con seguidores en las redes sociales de Wikistrat, un reconocido portal de consultoría sobre geopolítica y estrategias de inteligencia, el doctor Beck relató que en sus viajes a la isla tuvo contactos con representantes de la Dirección de Inteligencia (DI) del Ministerio del Interior, y revisó amplia documentación relacionada con sus intereses de investigación.

Comportamiento correcto

Según Beck, la DI cubana conocía que él había sido Comandante de la Marina y oficial de la CIA, pero consideraba que se había portado correctamente con los soldados y agentes cubanos durante sus misiones en la península indochina, y en países africanos y centroamericanos.

Beck dejó claro que no tenía intención alguna de espiar ni de desertar, sino de acceder a información clasificada para esclarecer, sin lesionar intereses de Cuba, la situación de ciudadanos americanos desaparecidos en otras partes del mundo como consecuencia de la Guerra Fría.

La DI le preguntó entonces qué saldría ganando Cuba con esta colaboración y Beck repuso que tan solo la mención, en los artículos periodísticos correspondientes, de haber cooperado en la búsqueda.

Beck confiesa que recibió más ayuda de la que esperaba, pues pudo leer informes en original y hasta se entrevistó con agentes operativos de la DI que accedieron a ser grabados en audio y video.

También conversó con funcionarios del gobierno e inevitablemente se abordaron las relaciones Cuba-Estados Unidos.

Una reliquia innecesaria

El tema del diferendo entre Washington y La Habana salió a relucir en la sesión de Wikistrat y Beck tomó partido por la normalización de las relaciones entre ambos países: “El status quo no funciona para ninguna de las partes [y] es una reliquia innecesaria de la Guerra Fría”.

El argumento cardinal de Beck es que el diferendo actual con La Habana no tiene sentido, ya que Washington mantiene relaciones diplomáticas con Moscú, Pekín y Hanói.

“Washington quedaría extasiado si Pyongyang tuviera la misma disposición a negociar que me sugirieron en La Habana hace una década”, comentó Beck, quien considera desacertado el enfoque de esperar a que Fidel y Raúl Castro mueran para impulsar una nueva era en las relaciones bilaterales.

“Es como decirle a alguien que no puedes ser su amigo hasta que mueran sus padres. El momento para mejorar las relaciones es ahora, no un mal definido después”, afirmó el analista, que se retiró de la CIa en 1993.

En el Malecón habanero

Beck remachó su punto de vista con par de anécdotas.

Mientras contemplaban la bahía de La Habana, un funcionario de la Marina cubana le dijo: “¿Qué esperan ustedes? Seamos amigos y regresen”. Y una graduada universitaria le soltó en el muro del Malecón: “Si le dices a los cubanos lo que tienen que hacer, harán lo contrario tan solo para escupirte, pero si los americanos dejan de decirles qué hacer, las cosas aquí serían al cabo exactamente como ellos desean”.

Después de desempeñarse por cinco años en el Departamento de Estado como coordinador del Programa de Asistencia para Operaciones de Contingencia en Africa (ACOTA), Beck se retiró de su actividad gubernamental en el 2010.

Es considerado un experto de primer nivel en temas de contrainsurgencia, terrorismo internacional, enfrentamiento al narcotráfico, contrainteligencia y seguridad nacional. Además Beck tiene una reconocida labor como editor, escritor y fotógrafo. Habla con fluidez español, francés y portugués, y tiene dominio apreciable de swahili, árabe, laosiano, tailandés, ruso y japonés.

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