Para los escritores Norge Espinosa y Víctor Fowler, deben garantizarse plenos derechos en el futuro para lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer en Cuba.
La Habana, IPS- En sus análisis sobre el tema “El papel de la diversidad en la cultura”, los poetas Norge Espinosa y Víctor Fowler alertaron sobre la necesidad de construir desde el presente “un futuro mejor”, donde se respeten los derechos sociales, políticos y culturales de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer (LGBTIQ) en Cuba.
Según los especialistas, protagonistas el pasado día 10 del espacio cultural Jueves en la Embajada, realizado en la sede habanera de la representación diplomática de España, resulta esencial estudiar, desde diversas perspectivas, los hechos relacionados con la cuestión homoerótica en el país.
Durante el encuentro, los escritores valoraron los aportes del curso de literatura cubana LGBT, recientemente impartido por ellos en esta capital, no obstante insistieron en que desde diferentes manifestaciones del arte debe profundizarse en el análisis de las múltiples aristas de la diversidad sexual.
A juicio de Norge Espinosa, la celebración desde hace siete años de la Jornada Cubana contra la Homofobia y el desarrollo de una campaña contra el VIH-Sida, pueden y deben ser una parte del mapa, pero no “del mapa único y formal” desde el cual se lanzan otras consideraciones acerca de los derechos y deberes que siguen siendo postergados.
El dramaturgo y asesor teatral consideró que en el diálogo del movimiento LGTBIQ con las autoridades gubernamentales del país, deben atenderse “demandas que provienen de cardinales distintos, de otros modos de discursar y vivir que tienen que ser mucho más amplios”.
“Fuera de ese marco aparentemente político, la nación se rompe en otras connotaciones, en sus playas y noches”, destacó Espinosa, quien además instó a construir “una verdadera nación queer”.
Por su parte, el ensayista, crítico y narrador Víctor Fowler subrayó que “el derecho es una construcción social. Eso significa que todos tenemos que actuar para que el derecho amplifique sus límites. De eso se trata nuestro activismo social. Por eso resulta importante estudiar para saber qué ha pasado, por qué y cómo podemos hacer un futuro mejor”.
Fowler se refirió a la crisis del machismo tradicional, a su juicio más visible en el arte cubano desde la década del 90. Esta, aseguró, encuentra expresión “en las reflexiones sobre la violencia doméstica, en la multiplicación de la escritura femenina, porque hay una posición masculina que está siendo lentamente erosionada en nuestro país”.
También estimó que hoy dicha crisis está presente “en el hecho de que entre los jóvenes se ha convertido en un modelo de vida y en un modelo de existencia del cuerpo en el espacio público, eso que denominamos metrosexualidad”.
“Están cambiando en la sociedad los modos de asumir la masculinidad”, afirmó.
De acuerdo con el especialista, “Cuba no puede dejar de ser un país occidental, sujeto de las oleadas de la cultura de la otredad en la que se vive”.
Asimismo reflexionó en torno a las maneras en que desde el presente se construye el porvenir, en tal sentido, pidió “abrir camino para un futuro mejor para la humanidad”.
Al respecto expresó su esperanza en que las generaciones venideras “tengan una vida menos compulsiva y con menos obligaciones, sin continuamente demostrar, como en un performance inagotable, que no termina nunca, su masculinidad; que no se vean obligados a eso y puedan vivir sus felicidades en las opciones mejores que prefieran elegir”.
Además, manifestó el anhelo de que los hombres posean “los mismos derechos sociales que cualquiera, sin ser presionados con la más horrible de las presiones, que no es la del Estado, sino la de la familia”, a lo cual sumó el sufrimiento del acoso en la comunidad, la escuela y en otros espacios público (2014).
La Habana, IPS- En sus análisis sobre el tema “El papel de la diversidad en la cultura”, los poetas Norge Espinosa y Víctor Fowler alertaron sobre la necesidad de construir desde el presente “un futuro mejor”, donde se respeten los derechos sociales, políticos y culturales de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer (LGBTIQ) en Cuba.
Según los especialistas, protagonistas el pasado día 10 del espacio cultural Jueves en la Embajada, realizado en la sede habanera de la representación diplomática de España, resulta esencial estudiar, desde diversas perspectivas, los hechos relacionados con la cuestión homoerótica en el país.
Durante el encuentro, los escritores valoraron los aportes del curso de literatura cubana LGBT, recientemente impartido por ellos en esta capital, no obstante insistieron en que desde diferentes manifestaciones del arte debe profundizarse en el análisis de las múltiples aristas de la diversidad sexual.
A juicio de Norge Espinosa, la celebración desde hace siete años de la Jornada Cubana contra la Homofobia y el desarrollo de una campaña contra el VIH-Sida, pueden y deben ser una parte del mapa, pero no “del mapa único y formal” desde el cual se lanzan otras consideraciones acerca de los derechos y deberes que siguen siendo postergados.
El dramaturgo y asesor teatral consideró que en el diálogo del movimiento LGTBIQ con las autoridades gubernamentales del país, deben atenderse “demandas que provienen de cardinales distintos, de otros modos de discursar y vivir que tienen que ser mucho más amplios”.
“Fuera de ese marco aparentemente político, la nación se rompe en otras connotaciones, en sus playas y noches”, destacó Espinosa, quien además instó a construir “una verdadera nación queer”.
Por su parte, el ensayista, crítico y narrador Víctor Fowler subrayó que “el derecho es una construcción social. Eso significa que todos tenemos que actuar para que el derecho amplifique sus límites. De eso se trata nuestro activismo social. Por eso resulta importante estudiar para saber qué ha pasado, por qué y cómo podemos hacer un futuro mejor”.
Fowler se refirió a la crisis del machismo tradicional, a su juicio más visible en el arte cubano desde la década del 90. Esta, aseguró, encuentra expresión “en las reflexiones sobre la violencia doméstica, en la multiplicación de la escritura femenina, porque hay una posición masculina que está siendo lentamente erosionada en nuestro país”.
También estimó que hoy dicha crisis está presente “en el hecho de que entre los jóvenes se ha convertido en un modelo de vida y en un modelo de existencia del cuerpo en el espacio público, eso que denominamos metrosexualidad”.
“Están cambiando en la sociedad los modos de asumir la masculinidad”, afirmó.
De acuerdo con el especialista, “Cuba no puede dejar de ser un país occidental, sujeto de las oleadas de la cultura de la otredad en la que se vive”.
Asimismo reflexionó en torno a las maneras en que desde el presente se construye el porvenir, en tal sentido, pidió “abrir camino para un futuro mejor para la humanidad”.
Al respecto expresó su esperanza en que las generaciones venideras “tengan una vida menos compulsiva y con menos obligaciones, sin continuamente demostrar, como en un performance inagotable, que no termina nunca, su masculinidad; que no se vean obligados a eso y puedan vivir sus felicidades en las opciones mejores que prefieran elegir”.
Además, manifestó el anhelo de que los hombres posean “los mismos derechos sociales que cualquiera, sin ser presionados con la más horrible de las presiones, que no es la del Estado, sino la de la familia”, a lo cual sumó el sufrimiento del acoso en la comunidad, la escuela y en otros espacios público (2014).
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