Así fue proyectada la nueva sede de la Facultad de Comunicación en el 2008.
En el 2008 comenzaron las obras constructivas para la nueva sede de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana. Nueve meses debía tardar la reconstrucción del centenario taller gráfico de la Revista Bohemia, de acuerdo con los inversionistas. El plan prometía que las tres carreras de esta institución —Periodismo, Ciencias de la Información y Comunicación Social— estarían por fin reunidas bajo un mismo techo, pero, aunque ese propósito se ha logrado recientemente, el nuevo edificio no ve la hora de ser inaugurado en su totalidad, como lo soñaron profesores y alumnos.
Es que falta presupuesto, materiales y …
Un aula de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana en uno de los debates que promueve la FEU.
Sin otra opción debido a los graves problemas constructivos y el hacinamiento en la antigua Casa de 23 y G, donde se formaron varias generaciones de periodistas, comunicadores y cientistas de la información, en el 2011 comenzaron las clases en los viejos talleres de Bohemia, con la obra aún por concluir. “Ha faltado presupuesto y algunos componentes constructivos que se compran en el exterior –apunta Raúl Garcés, decano de la Facultad- pero lo que más preocupa son los problemas organizativos de los ejecutores, lo mismo la empresa constructora ECOA 24 que la cooperativa de clima ARQDECONS. Hemos pasado, por ejemplo, casi dos meses para inaugurar laboratorios de computación por falta de un interruptor”.
Por su parte, el director de inversiones de la Universidad de La Habana, Javier Cordero, también expone sus razones. “Desde 2008, se han ido teniendo dificultades recurrentes con los suministros y la fuerza de trabajo. El año de mayores avances fue el 2009, donde se logró terminar y disponer de toda la planta alta de la facultad, gracias, en parte, al apoyo que recibió la obra del Comité Central del Partido, pues ayudaron con los constructores y viabilizaron la obtención de materiales. Así una parte de los estudiantes pudo incorporarse desde el año 2010 a esta sede universitaria”, añade Cordero.
El hasta hace poco contratista, Adriano Hernández de la Cruz, refiere que las obras se han dilatado por “la falta de abastecimiento de algunos materiales, “que no han llegado a su destino por determinadas ‘cuestiones’ en la compra de materiales y su traslado”.
Al solicitarle explicarse en torno al significado de “determinadas cuestiones”, Hernández de la Cruz comenta que “ocurre con muchos materiales que, aunque uno hace el pedido bien, no llegan en el tiempo necesario. La mayoría de los componentes son de procedencias distintas, como Brasil e Italia, y la demora provoca que se detenga la obra o que termine siendo de mala calidad, una situación que trasciende a la voluntad del inversionista”.
Vida y otras cuestiones
“Vida y otras cuestiones/ acaso la ronda de nunca y de siempre”, canta Silvio Rodríguez en una canción cuyo eco parece apoderarse de las paredes de FCOM. Entre las “cuestiones” citadas por inversionistas y constructores figura un presupuesto “que está ahí, pero que no se puede ejecutar”. Cordero Orta reconoce que este año se cuenta con el financiamiento para terminar toda la planta baja, incluyendo los espacios exteriores (jardines y rampa de acceso), pero la divisa convertible no se ha desembolsado siempre a tiempo, debido a insuficiencias de CL (moneda con capacidad de compra en el extranjero).
Como las serpientes en la cabeza de las gorgonas, que se corta una y aparecen otras dos, cada día amanece la “sede de Bohemia” con nuevos problemas que no se advirtieron antes y terminaciones inconclusas, “hijas del desinterés y la desidia, de la falta de sentido de pertenencia con una obra”, comenta el Presidente de la FEU de la facultad, Armando Franco.
Para demostrarlo, observa que el patio trasero de la Facultad estuvo cubierto hasta hace pocas semanas de cemento y otras suciedades que la empresa ejecutora, antigua ECOA 24, actual Ñico López, dejó ahí por meses, lo que ha contribuido a obstruir el alcantarillado y las tuberías de desagüe. Apenas cae un aguacero en La Habana, sale el agua a borbotones de entre las losas del lobby trasero.
Al respecto, Osmani Cedré, representante del Ministerio de la Construcción, considera que la humedad del manto freático del subsuelo de la zona también pudiera estar incidiendo negativamente sobre las filtraciones, o la rotura de algún tramo de los conductos hidráulicos por debajo del piso. “Habrá que levantarlo, aprovechando los meses de vacaciones”- añade. ¿Pudieron evitarse las pérdidas que implica repetir el trabajo? ¿Cuánto tiempo más se dilatará la entrega del objeto de obra? Son preguntas que pululan sobre FCOM sin respuestas precisas.
Tampoco se prevé con exactitud una fecha para terminar la instalación de once aires acondicionados de las oficinas administrativas de la planta baja. El contrato para ponerlos en marcha se firmó desde febrero con la cooperativa cuentapropista ARQDECONS, a la que se le asignó una parte del financiamiento como adelanto. A las alturas del mes de junio sólo se habían emplazado, completamente, tres equipos climatizadores, otros cinco quedaban pendientes de canaletas y material de fijación a la pared, y tres más esperaban, adicionalmente, por tuberías y gas.
Alfredo Regueira, uno de los directivos de la cooperativa, prometió avanzar en los próximos días y admitió que ARQDECONS había montado solo tres climatizadores a mediados de junio. “No contamos con el dinero suficiente para efectuar la compra de cables”- esgrimió. El resto de los equipos de climatización -dijo, quedan sin fecha fija para su establecimiento debido a la falta de materiales como refrigerante, tuberías, breakers y cables.
En cambio, el inversionista Cordero Orta aseguró que no solo se le había garantizado a la cooperativa el financiamiento necesario para la compra de materiales, sino que este se le otorgó con antelación a fin de agilizar el trabajo. “No podemos terminar de pagar un servicio hasta que no se concluya. La factura entregada por Regueira aseguraba que ya se habían colocado los once equipos y no es así en la práctica. Esperemos que se resuelva el problema, o tendremos que demandarlos”- sentenció.
La instalación del sistema de quiebrasoles —materiales que reducen la luz y el calor en el edificio— está también paralizada debido a la falta de material (láminas de Fibrocemento Plycem), pero hace dos meses se analizó la posibilidad de ir adelantando una parte de la fachada con estructuras metálicas y algunas de estas láminas disponibles. Finalmente no se hizo . “A pesar del chequeo que ocurre todos los miércoles, los implicados reaccionan con suma lentitud –comenta el Decano Garcés. Creo que uno de los mayores problemas de la construcción es que no se articulan todas las empresas que intervienen en un objeto de obra. Ahora mismo, por ejemplo, tenemos parado lo que será el salón multiusos por falta de falso techo. Cuando iba a ponerse una parte, nos dijeron que EPROMAP, la empresa encargada, tenía otra prioridad y le era imposible entregar lo pactado. No sabemos para cuándo lo tendremos y el curso empieza en septiembre”.
Para Garcés, es igualmente doloroso hablar de las afectaciones constructivas causadas a la revista Bohemia. “Se ha destruido el falso techo de tres locales a causa de las filtraciones asociadas a las lluvias. Según me ha comentado el propio director de la publicación, Josè Fernàndez, el hecho de que se levantara parte de la impermeabilización del techo ha permitido el paso del agua, que si llega a los servidores digitales paralizará el trabajo editorial”.
Mientras, la Facultad de Comunicación gradúa este año a casi 500 alumnos entre todas las modalidades que imparte, y la mayor cantidad de licenciados de periodismo de la historia más reciente: casi 120. Esa es y ha sido su vida en estos 6 años, chocando con “quienes levantan las piedras que luego son techos de historias disímiles”, como dice la canción de Silvio que da título a este epígrafe.
Se necesita para ayer…
Raúl Garcés hace una salvedad: esta Casa de Estudios “ha recibido también un sensible apoyo de parte de varias instituciones y existen planes mucho más ambiciosos para ella, pero de nada valen si no se acaba de entregar el centro con las condiciones que se previeron desde el inicio”.
Añade que “recibimos casi 80 computadoras —20 entregadas por la propia Universidad y unas 60 como parte de la inversión— mobililario para la biblioteca, para el salón multiusos, el comedor, el aula de postgrado, un salón de reuniones. Tendremos tres laboratorios de computación y uno, en el futuro, para laptops. Hay, además, un proyecto para aumentar el ancho de banda de la Facultad y conectarnos a través de fibra óptica, del cual se encargará CUBATEL como parte de una inversión central de la UH. Los niveles de conectividad de los estudiantes van a multiplicarse considerablemente”.
Según el Decano, falta un empujón constructivo final, pero para concretarlo, “todos —desde los proyectistas, hasta la cooperativa de climatización, o la empresa ASTOC, que no ha empezado a ejecutar aún los laboratorios de radio y televisión— tendrían que participar en el chequeo de obra. Y no ocurre así”.
En un sondeo realizado para este reportaje, lo que más lamentan profesores y estudiantes es la separación de las sedes de las tres carreras, que ha influido negativamente en el proceso docente y el funcionamiento de la Facultad. “Hemos perdido progresivamente nuestras zonas de desarrollo próximo: cada carrera debería estar mirando a la otra, aprendiendo de sus competencias, observando qué son capaces de hacer entre todos y buscando espacios de integración. Máxime, cuando la información y la comunicación tienden a ocupar un lugar tan central en el país” —afirma el profesor Daniel Salas.
Pronto comenzará un nuevo curso escolar y, tal vez, la cercanía de septiembre sea un incentivo para que las empresas ejecutoras apuren el paso. De hecho, en el momento de publicar este reportaje, la ECOA 24 agilizaba la terminación de algunos de sus compromisos pendientes. Desde las aulas, mientras tanto, estudiantes y docentes empiezan a reconstruir la identidad fracturada de un lugar que dividió sus últimos 6 años entre dos espacios físicos y que cobra vida a medida que se inauguran nuevas áreas, como la biblioteca.
No obstante, la denuncia parece trascender los problemas de FCOM. No es la primera vez que la falta de exigencia en la ejecución de obras atrae el escrutinio público. Los atrasos, la desorganización que sirve como caldo de cultivo al desvío de recursos, las violaciones de contratos y los incumplimientos de cronogramas forman parte de una odisea que, a los ojos de muchos, aparenta no tener fin. Y habrá que encontrarlo, llamando a las cosas por su nombre y pidiendo cuentas a los responsables, si no se quiere ser cómplice de lo que el dúo Buena Fe critica, con sabia ironía, en una de sus canciones más populares: “la culpa, la maldita culpa, no la tiene nadie”.
Osmani Cedré (I), representante del MICONS y Javier Cordero (D), director de inversiones de la Universidad de La Habana comentan sobre el problema de la tupición del alcantarillado. FOTO: Alejandra García.
La instalación del sistema de quiebrasoles —materiales que reducen la luz y el calor en el edificio— está también paralizada debido a la falta de material (láminas de Fibrocemento Plycem), pero hace dos meses se analizó la posibilidad de ir adelantando una parte de la fachada con estructuras metálicas y algunas de estas láminas disponibles. Foto: Alejandra García
La suciedad del patio trasero de la sede Bohemia es la causa principal de la tupición del alcantarillado. FOTO: Alejandra García.
Debido a la tupición del alcantarillado, cada vez que llueve el agua brota de entre las losas del lobby trasero. FOTO: Alejandra García.
La pared recién pintada ya muestra los signos de la humedad. Cada día amanece la “sede de Bohemia” con nuevos problemas que no se advirtieron antes y terminaciones inconclusas, “hijas del desinterés y la desidia, de la falta de sentido de pertenencia con una obra”. Foto: Alejandra García
Colocación a medias del aire acondicionado en la Facultad por parte de la cooperativa cuentapropista ARQDECONS Foto: Alejandra García
(Realizaron entrevistas para este reportaje los estudiantes de tercer año de Periodismo, Aynel Martínez e Ivyliet Ventura)
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