El equipo de trabajo detectó que problemas externos y la desinformación sobre este tipo de iniciativa colectiva atentan contra su desarrollo.
La Habana, 18 ago.- Una investigación realizada por la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC) y el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) llama a crear “un organismo que asesore, apoye y escuche las necesidades” de las cooperativas no agropecuarias.
Este tipo de iniciativas fueron permitidas desde 2012 y funcionan todavía de manera experimental.
El estudio “Un acercamiento a las Cooperativas No Agropecuarias de dos municipios de La Habana”, cuya autora principal es Dayrelis Ojeda, especialista del CEEC, detectó que “problemas externos” afectan el buen funcionamiento de ese tipo de organizaciones establecidas en Centro Habana y La Habana Vieja.
El texto, divulgado este año, señaló entre las dificultades afrontadas que los locales arrendados por el Estado “no tienen las condiciones óptimas para un buen funcionamiento de la cooperativa, y en ocasiones, los costos de reparación sobrepasan las posibilidades de las mismas”.
Asimismo, advirtió que existe “desinformación de los que vienen a controlar cómo marcha el funcionamiento de la cooperativa y de los que dirigen el proyecto”.
Por otra parte, observó un “divorcio total” entre los ministerios que atienden a las cooperativas no agropecuarias y otras entidades estatales.
“Las entidades estatales, dígase banco, ministerios y empresas, no están preparadas para que las cooperativas funcionen, no conocen cómo comercializar con ellas y en muchos casos no se molestan en averiguar, simplemente, no lo hacen”, planteó el documento.
Resaltó “la dificultad a la hora de comprar abastecimientos a las empresas estatales, entre otras cosas porque no entran dentro del plan de las mismas o porque están desabastecidas”. Urge también que las cooperativas puedan rentar o comprar la maquinaria y el transporte imprescindible para ciertos trabajos, según el texto.
A juicio del equipo de investigación, tratar a las cooperativas como empresas estatales “frena” su desempeño.
Exhortó a “crear una legislación que facilite su progreso e interrelación con el resto de la economía y la sociedad, logrando así un ambiente agradable para los socios y un mejor servicio y satisfacción de las necesidades de la población y de los miembros de la cooperativa”.
En los municipios Centro Habana y La Habana Vieja funcionan actualmente 17 cooperativas. De ellas, cuatro están subordinadas al Ministerio de la Construcción; dos, a la Oficina del Historiador de la Ciudad; 10, al Poder Popular de La Habana, y una no depende de ningún organismo.
Durante el estudio, especialistas del CEEC, adscrito a la Universidad de La Habana, y la ANEC visitaron seis organizaciones de esos territorios: el mercado agropecuario Cayo Hueso, el bar “El Guayabal”, la Cooperativa Ornitológica de Cuba, dos dedicadas a la construcción (Atlántico y Artcons) y una creada para el montaje de estructuras (JM Galardi).
De ellas, tres son inducidas por el Estado y tres tuvieron un origen privado y voluntario.
El texto explicó que “a los actuales socios se les dio la opción de convertirse en cooperativistas o quedarse interruptos (sin empleo). Algunos (de ellos) plantearon que si no aceptaban se quedaban sin trabajo y entonces qué iban a hacer”.
En tal sentido, Dayrelis Ojeda observó que “uno de los principios fundamentales del cooperativismo es la voluntariedad, es decir que los socios se incorporen de manera libre y voluntaria, lo cual no se está cumpliendo del todo en estas cooperativas inducidas”.
También refirió la investigadora que en las cooperativas visitadas las mujeres conforman menos del 20 por ciento de los socios.
“Habría que estudiar si esto se repite en todas las cooperativas de nueva creación”, propuso. (2014)
La Habana, 18 ago.- Una investigación realizada por la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC) y el Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) llama a crear “un organismo que asesore, apoye y escuche las necesidades” de las cooperativas no agropecuarias.
Este tipo de iniciativas fueron permitidas desde 2012 y funcionan todavía de manera experimental.
El estudio “Un acercamiento a las Cooperativas No Agropecuarias de dos municipios de La Habana”, cuya autora principal es Dayrelis Ojeda, especialista del CEEC, detectó que “problemas externos” afectan el buen funcionamiento de ese tipo de organizaciones establecidas en Centro Habana y La Habana Vieja.
El texto, divulgado este año, señaló entre las dificultades afrontadas que los locales arrendados por el Estado “no tienen las condiciones óptimas para un buen funcionamiento de la cooperativa, y en ocasiones, los costos de reparación sobrepasan las posibilidades de las mismas”.
Asimismo, advirtió que existe “desinformación de los que vienen a controlar cómo marcha el funcionamiento de la cooperativa y de los que dirigen el proyecto”.
Por otra parte, observó un “divorcio total” entre los ministerios que atienden a las cooperativas no agropecuarias y otras entidades estatales.
“Las entidades estatales, dígase banco, ministerios y empresas, no están preparadas para que las cooperativas funcionen, no conocen cómo comercializar con ellas y en muchos casos no se molestan en averiguar, simplemente, no lo hacen”, planteó el documento.
Resaltó “la dificultad a la hora de comprar abastecimientos a las empresas estatales, entre otras cosas porque no entran dentro del plan de las mismas o porque están desabastecidas”. Urge también que las cooperativas puedan rentar o comprar la maquinaria y el transporte imprescindible para ciertos trabajos, según el texto.
A juicio del equipo de investigación, tratar a las cooperativas como empresas estatales “frena” su desempeño.
Exhortó a “crear una legislación que facilite su progreso e interrelación con el resto de la economía y la sociedad, logrando así un ambiente agradable para los socios y un mejor servicio y satisfacción de las necesidades de la población y de los miembros de la cooperativa”.
En los municipios Centro Habana y La Habana Vieja funcionan actualmente 17 cooperativas. De ellas, cuatro están subordinadas al Ministerio de la Construcción; dos, a la Oficina del Historiador de la Ciudad; 10, al Poder Popular de La Habana, y una no depende de ningún organismo.
Durante el estudio, especialistas del CEEC, adscrito a la Universidad de La Habana, y la ANEC visitaron seis organizaciones de esos territorios: el mercado agropecuario Cayo Hueso, el bar “El Guayabal”, la Cooperativa Ornitológica de Cuba, dos dedicadas a la construcción (Atlántico y Artcons) y una creada para el montaje de estructuras (JM Galardi).
De ellas, tres son inducidas por el Estado y tres tuvieron un origen privado y voluntario.
El texto explicó que “a los actuales socios se les dio la opción de convertirse en cooperativistas o quedarse interruptos (sin empleo). Algunos (de ellos) plantearon que si no aceptaban se quedaban sin trabajo y entonces qué iban a hacer”.
En tal sentido, Dayrelis Ojeda observó que “uno de los principios fundamentales del cooperativismo es la voluntariedad, es decir que los socios se incorporen de manera libre y voluntaria, lo cual no se está cumpliendo del todo en estas cooperativas inducidas”.
También refirió la investigadora que en las cooperativas visitadas las mujeres conforman menos del 20 por ciento de los socios.
“Habría que estudiar si esto se repite en todas las cooperativas de nueva creación”, propuso. (2014)
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