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jueves, 19 de marzo de 2015

La Fed deja de hacer promesas


La presidenta de la Fed Janet Yellen enfatizó en una conferencia de prensa que la eliminación del adjetivo “paciente” del comunicado “no quiere decir que seremos impacientes” antes de decidir la dirección de las tasas de interés. Reuters


La Reserva Federal de Estados Unidos ingresó el miércoles en territorio inexplorado y allanó el camino para un alza de las tasas de interés de corto plazo a mediados de año al eliminar del comunicado emitido después de su reunión de dos días la estipulación de que será “paciente” antes de empezar un ajuste monetario.

El banco central, no obstante, aclaró que no tiene prisa para elevar las tasas de interés y que sólo lo hará una vez que esté convencido de que la inflación se encamina a alcanzar la meta de 2% y el empleo continúe su mejora.

La inflación de EE.UU. ha estado por debajo de la meta del banco central durante 33 meses consecutivos, una señal tanto de la debilidad de la economía mundial como de otros escollos económicos que podrían hacer que la Fed lo piense dos veces antes de iniciar una etapa de ajuste de tasas.

Janet Yellen, la presidenta de la Fed, enfatizó en una conferencia de prensa que la eliminación del adjetivo “paciente” del comunicado “no quiere decir que seremos impacientes” antes de decidir la dirección de las tasas de interés.

Los mercados reaccionaron con júbilo. El Promedio Industrial Dow Jones cerró con un alza de 227,11 puntos, 1,27%, a 18.076,19 unidades. El rendimiento del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años, que se mueve en dirección opuesta a los precios, se situó por debajo de 2%. Al cierre de esta edición, el bono se cotizaba a 1,945%, su menor nivel desde el 6 de febrero.


La remoción de esa promesa también pone fin a la danza que la Fed ha tenido con los mercados financieros en torno del pensamiento de sus funcionarios sobre cuál sería la mejor oportunidad para comenzar a subir las tasas.

La Fed ha estado utilizando durante años ciertas palabras cuidadosamente seleccionadas para dar una idea del probable nivel y dirección de las tasas de interés como parte de su arsenal de política monetaria. El objetivo era que las promesas influyeran sobre los costos de financiamiento, como el nivel de las tasas de largo plazo utilizadas para determinar el precio de los créditos hipotecarios o automotrices.

La estrategia adquirió gran importancia a partir de diciembre de 2008, cuando el banco central redujo su tasa de referencia a cero en medio de la crisis financiera y empezó a prometer que no la subiría durante un lapso prolongado.

Ahora, el empleo en EE.UU. ha mejorado y se espera que la inflación regrese hacia la meta de 2% por lo que la Fed estima que es hora de dejar atrás la promesa de ser paciente. La decisión podría poner a prueba a los mercados. En teoría, un compromiso menos claro de la Fed respecto de la política monetaria podría conducir a una mayor volatilidad.

Por el momento, la oscilación del mercado bursátil ha sido moderada. Este año, el índice de volatilidad accionaria del Chicago Board of Option Exchange ha promediado 17, por encima del 14 del año pasado, pero inferior al promedio de 21 que imperó entre 2009 y 2014. Mientras mayor es el número del índice, conocido como VIX, mayor es la volatilidad.

Al mismo tiempo, los indicadores de movimientos de las tasas de interés de corto plazo y el tipo de cambio han repuntado, una señal de advertencia de posibles turbulencias financieras.

Torsten Slok, economista jefe internacional de Deutsche Bank Securities, dijo que la mayor volatilidad de las tasas puede augurar mayores turbulencias. “El riesgo es que el aumento de la volatilidad de las tasas de interés se propague a otras clases de activos”.

Yellen fue enfática durante la conferencia de prensa al indicar que el organismo no ha decidido cuándo aumentar las tasas.

La Reserva Federal también redujo sus predicciones acerca de la posible dimensión de las alzas de tasas. La mayoría de los economistas del banco central prevé que la tasa de fondos federales, principal referencia de la entidad, alcance 0,625% hacia fines de año, un nivel muy inferior a la estimación de diciembre. El organismo también moderó para finales de 2016 y 2017 a 1,875% y 3,125%, respectivamente.

El banco central estadounidense cree que hay una línea muy fina entre ser transparente y atarse de manos. Muchos creen que la Fed se equivocó al indicar en sus comunicados divulgados entre 2004 y 2006 que iba a aumentar las tasas “a un ritmo mesurado” al obligarlo a realizar cambios predecibles a pesar de la incertidumbre del entorno económico.

“No puedo ver ninguna razón para telegrafiar cada movimiento que necesitamos realizar”, dijo en febrero el vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer.

Donald Kohn, catedrático del centro de estudios Brookings Institution y ex vicepresidente de la Fed, asegura que los inversionistas seguirán recibiendo información abundante sobre la perspectiva del banco central. “No nos estamos pasando a un régimen completamente carente de pistas” sobre las intenciones de la Fed, insistió.

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