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viernes, 17 de abril de 2015

China en aterrizaje forzoso: caen importaciones, exportaciones, PIB y precios




China creció a su ritmo más lento en seis años en el primer trimestre de 2015 y la debilidad en los sectores clave indica que la segunda mayor economía del planeta sigue perdiendo impulso. Sus exportaciones cayeron fuertemente en marzo al igual que sus importaciones, confirmando que el gigante asiático ha sido fuertemente golpeado por la debilidad de la economía mundial, como apuntábamos en marzo. Las exportaciones chinas se deslizaron 15% respecto a los últimos 12 meses, mientras que las importaciones cayeron un 12,7 por ciento, producto de la debilidad del comercio mundial, que está marcando el fin del modelo basado en las exportaciones.

La demanda interna de China sigue siendo débil, y la situación de las exportaciones amenaza con debilitarla aún más. La caída de marzo desafió las expectativas de aquellos que pronosticaron que las exportaciones se recuperarían a partir de febrero. Pero los datos de febrero mostraron que las exportaciones se redujeron un 48,3% respecto al año anterior, mientras que las importaciones bajaron un 20,5%. Las ventas minoristas aumentaron un 10,2 por ciento pero este dato es el más débil desde el año 2006, mientras la inversión en activo fijo aumentó 13,5 por ciento, el dato más bajo desde el año 2000.

 
Gran parte del desplome chino está relacionado con su burbuja inmobiliaria. Esta gráfica muestra la caída del sector inmobiliario de China (en 12 meses) en comparación con el desplome de la burbuja inmobiliaria de Estados Unidos. De este tema dimos un certero anticipo en marzo del año pasado (La burbuja inmobiliaria china ha estallado y se encuentra en pleno desarrollo), mientras se informaba de la plena recuperación de la economía mundial. Esta gráfica ilustra el serio descenso de los precios inmobiliarios.


Las exportaciones ya no son el gran motor de crecimiento de la economía china y la ausencia de crecimiento en esta área crea un lastre adicional a la desaceleración que sufre el gigante asiático. El país creció 7,3% el año pasado y este fue su ritmo más lento en 24 años. Para este año, el gobierno chino ha establecido una meta aún más baja de crecimiento, en torno al 7%, dato que sería el más bajo de las últimas tres décadas. Pekín ha utilizado una serie de medidas concretas para impulsar la economía, desde el aumento del gasto en infraestructura y la reducción de las tarifas eléctricas, junto a dos cortes consecutivos en las tasas de interés para reducir el costo de los préstamos y estimular la inversión de las empresas. Sin embargo, la caída de las ventas minoristas ha sido mayor a todo lo esperado. Esta gráfica ilustra el nivel del transporte ferroviario de mercancías.


El crecimiento del PIB durante el primer trimestre de 2015 fue de 7 por ciento, inferior al crecimiento de 7.3 por ciento el cuarto trimestre de 2014. Los descensos también se manifestaron en la producción, el consumo y la inversión. Debemos recordar que desde los años 80, China creció a tasas de 14 y 15 por ciento anual. Estas cifras ya no volverán, y su descenso se suma al que sufren Europa y Estados Unidos. Esto indica que las cifras de consumo experimentadas desde "los felices años 90" (amparadas por las burbujas especulativas) no volverán a repetirse y que el estancamiento secular y la deflación serán la nueva realidad.

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