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miércoles, 1 de abril de 2015

Respeto a diferencias, un escenario posible entre Cuba y EE.UU.

Por Waldo Mendiluza,

Washington, 1 abr (PL) Las primeras conversaciones entre Cuba y Estados Unidos en materia de derechos humanos permitieron exponer posiciones y sentar bases para eventuales reuniones futuras acerca del tema, pero sobre todo demostraron que es posible un diálogo respetuoso, pese a las profundas diferencias.

La víspera, las partes intercambiaron aquí criterios por poco más de dos horas en la sede del Departamento de Estado, donde abordaron sus preocupaciones y aspectos metodológicos dirigidos al avance del inédito debate, el cual fue propuesto por la isla.

El contexto del acercamiento sobre los derechos humanos resulta complejo, al tratarse de una de las cuestiones esgrimidas por Washington contra el país caribeño, que denuncia tal postura como un intento de justificar el bloqueo económico, comercial y financiero vigente por más de medio siglo y otras medidas hostiles.

"La reunión ratificó que existen profundas diferencias entre ambos gobiernos respecto a las concepciones y al ejercicio de los derechos humanos", advirtió el jefe de la delegación cubana, Pedro Luis Pedroso, en una rueda de prensa para ofrecer detalles de las pláticas.

De acuerdo con el subdirector general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la cancillería, también evidenció que pueden materializarse relaciones civilizadas, dentro del reconocimiento y respeto a esas divergencias.

En declaraciones a periodistas de la isla acreditados para cubrir las conversaciones, el investigador y analista norteamericano Philip Peters destacó la necesidad de unos buenos vínculos entre los gobiernos, en particular si son vecinos.

Pese a los diferentes sistemas políticos y visiones en materia de derechos humanos, Estados Unidos ha mantenido nexos con países desde Arabia Saudita hasta China, Rusia, Vietnam y México, pero ha hecho de Cuba la excepción, un enfoque errado, opinó.

Para el experto en asuntos económicos y autor de publicaciones acerca del escenario La Habana-Washington, las partes deberían sacar provecho del momento generado por la decisión de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama de dar pasos hacia la normalización de vínculos, anunciada el pasado 17 de diciembre.

El diálogo de hoy se enmarca en las discusiones de temas de interés común, que se desarrollan de forma paralela al proceso de restablecimiento de lazos diplomáticos y la apertura de embajadas, acordados por los mandatarios.

DISCREPANCIAS 

La embajadora de Cuba ante Naciones Unidas en Ginebra y miembro de la delegación que participó en las pláticas, Anayansi Rodríguez, dijo a reporteros que la reunión reiteró las discrepancias en la promoción y protección de los derechos humanos en los respectivos estados y su tratamiento a nivel internacional, en los foros multilaterales sobre el tema.

Nosotros vemos los derechos civiles y políticos, y los económicos, sociales y culturales de una manera indivisible, interconectada e integral, en la cual uno no tiene valor superior a los otros, subrayó.

Al respecto, Pedroso insistió en que la materialización de los derechos económicos, sociales y culturales constituye una base fundamental para el ejercicio efectivo de los civiles y políticos.

"No podemos pensar que un analfabeto pueda ejercer la libertad de expresión", ilustró.

Por su parte, el Departamento de Estado emitió una breve nota de prensa sobre el encuentro, al que calificó de profesional.

La parte anfitriona, que estuvo encabezada por el subsecretario adjunto para Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, Tom Malinowski, resaltó el intercambio en torno a la metodología, los temas y la estructura de nuevos contactos, "con la fecha y el lugar a definir por los canales diplomáticos".

Estados Unidos mencionó además que fueron presentadas preocupaciones de ambos gobiernos en materia de derechos humanos, sin entrar en detalles.

En ese sentido, Pedroso informó a la prensa que la isla manifestó inquietudes por los patrones de discriminación y racismo presentes en la sociedad norteamericana, la agudización de la brutalidad policial, las torturas y ejecuciones extrajudiciales durante la lucha antiterrorista y el limbo jurídico de los prisioneros en la cárcel de Guantánamo.

tgj/wmr

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