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jueves, 7 de mayo de 2015

Autoridades del MES sobre exámen de matemática: “No pretendemos minimizar lo ocurrido”

Hubo un error humano en la elaboración del ejercicio. Autoridades del Ministerio de Educación Superior analizan las responsabilidades. Sostienen que la respuesta de la Comisión fue la más atinada, porque la afectación del estudiante es menor


Por Margarita Barrios

Durante meses o en algunos casos hasta por varios años, jóvenes de todo el país que tienen entre sus más preciados anhelos realizar estudios universitarios se preparan para vencer las pruebas de ingreso a la Educación Superior.

La familia, los amigos, profesores, instituciones… son muchos los que se involucran en el proceso, hasta que por fin llega el momento, con el primer examen y el más temido: Matemática. En esta ocasión unos 50 000 aspirantes asistieron a la primera convocatoria, pero a las habituales tensiones se agregó un error en los datos de la pregunta número cuatro —el problema—, que ha desatado las lógicas incomodidades entre los estudiantes, sus familiares y el resto de la sociedad.

En busca de respuestas Juventud Rebelde dialogó con quienes elaboraron el examen y con funcionarios del Ministerio de Educación Superior, luego de que una nota oficial abordó el problema:

«En la calificación de la pregunta cuatro se otorgarán todos los puntos siempre que se dé respuesta correcta al procedimiento de solución del inciso a, eliminándose el b. La medida permitirá que el estudiante que haya realizado el procedimiento al que está acostumbrado desde los niveles precedentes obtenga todos los puntos posibles».

Error humano

«Sabemos que hubo dificultades, estamos analizando lo sucedido y sus causas. Conocemos la afectación que esto provoca en los estudiantes y, sobre esa base, se tomaron las medidas a la hora de calificar», reconoció la máster Aylín Álvarez Estenoz, jefa del tribunal.

La Comisión de elaboración de las pruebas de ingreso está compuesta por ocho profesores de Matemática de reconocido prestigio, pertenecientes a la Enseñanza Media Superior y a la Superior, y procedentes de varias provincias del país. De ellos, cinco elaboran los temarios y tres son oponentes.

«Trabajamos tomando como base los programas de la asignatura Matemática de cada uno de los grados del preuniversitario. Elaboramos los ejercicios y al final confeccionamos ocho temarios, cada uno con cinco ejercicios», explicó.

«Es un trabajo complejo, pues los ejercicios deben medir realmente los conocimientos elementales que debe haber adquirido el estudiante para vencer ese nivel de enseñanza, y también elaboramos las normas para la calificación. La labor es muy seria, la realizamos durante varios meses, con rigor y esfuerzo».

Álvarez Estenoz, quien se desempeña como profesora en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (Cujae) y tiene 13 años de experiencia docente, explicó que cada uno de los temarios se analiza profundamente, se resuelve determinada cantidad de veces y, en dependencia de los análisis que se efectúen, se llega a la versión final.

—¿Cómo es posible que un ejercicio aparezca con un error pese a todo ese rigor?

—Hubo un error humano en la elaboración del ejercicio. Ante esa dificultad, explicaron los entrevistados, la Comisión consideró injusto anular la prueba.

«Cuando el estudiante se enfrenta a un problema —detalló Álvarez Estenoz— tiene que realizar una traducción del lenguaje del texto al matemático, y el problema que se presentó en la prueba permitía ese paso.

«El alumno podía plantear el modelo de solución por un sistema de tres variables o resolverlo a través de una ecuación lineal. Luego, según su interpretación, determinar las variables que intervenían, y el procedimiento para su solución también podía determinarlo.

«En la forma en que se presentó el problema los alumnos contaban con las herramientas necesarias y podían llevar a cabo cada uno de los pasos. Incluso, en el cuarto paso, el de evaluar la vía de solución, ante el caso de que obtenía una expresión decimal, podía analizar “esto no es posible” y plantear que el resultado —la cantidad de estudiantes que planteaba el problema— no debía expresarse de esa forma.

«Teniendo en cuenta todo ese análisis lógico que podía efectuar el estudiante, se realizó una modificación en la clave de calificación, porque el procedimiento hasta ahí forma parte de la metodología para resolver ese tipo de ejercicio matemático».

—Sin embargo, la respuesta da una cifra decimal, y esto no se corresponde con la lógica del texto del problema, que habla de personas. ¿No suponen que esta situación puso en tensión al estudiante y lo hizo revisar una y otra vez su resultado, en un examen marcado por altas presiones emocionales?

—Pensando precisamente en ese efecto sobre los alumnos, la Comisión determinó otorgar el máximo de los puntos a quien haya llegado al planteamiento de la solución del problema.

«Era un examen asequible. Adoptar otras decisiones como eliminar la pregunta y distribuir los puntos en las otras cuatro, o anular el examen y volverlo a repetir, nos parece más perjudicial».


Máster Aylín Álvarez Estenoz. Foto: Raúl Pupo / Juventud Rebelde


Sabemos del impacto

«Cuando ocurre en el proceso un error, cualquier solución es mala. No pretendemos con las explicaciones que damos satisfacer a todas las personas, ni minimizar lo ocurrido, sino dejar claro el procedimiento», expresó René Sánchez Díaz, director de Ingreso y Ubicación Laboral del Ministerio de Educación Superior (MES).

«La respuesta de la Comisión nos parece la más atinada o menos mala, porque la afectación del estudiante es la menor. Si anulamos el examen o repartimos los puntos en las otras preguntas, pueden ser más los afectados», argumentó.

«No obstante, el MES analiza las responsabilidades por este error, y la adopción de medidas para evitar que se repita».

—¿Los funcionarios del Ministerio de Educación Superior revisan estos temarios? ¿Cómo se selecciona entre los ocho posibles el que se va a poner?

—El MES no ve los exámenes; no es un problema administrativo sino académico, en el cual nosotros no intervenimos.

«Además, para evitar cualquier filtración, cuantas menos personas vean los temarios, mejor. Y la selección se hizo al azar: una persona eligió un número que determinó el temario a utilizar, y desgraciadamente tenía el error».

—La responsabilidad de entregar las carreras es del MES. ¿Ya tienen algún resultado de los exámenes?

—Todavía es muy prematuro, es un proceso largo para ordenar los resultados de muchísimos jóvenes, y en medio del proceso un error humano de este tipo es realmente complejo, con un alto grado de sensibilidad en la población.

«Todo se prevé con rigor y control, desde la selección de los profesores para confeccionar los exámenes hasta el otorgamiento de la última plaza; pero los seres humanos nos equivocamos, y el costo de un error en este proceso es alto».


René Sánchez Díaz. Foto: Raúl Pupo./ Juventud Rebelde


Exámenes imprescindibles

«Un proceso complicado, que prácticamente detiene la marcha de la Educación Superior en el momento cuando se realiza, pues involucra a muchas personas en todo el país». Así calificó el proceso de ingreso a la Universidad el Doctor José Ramón Saborido Loidi, viceministro primero del MES.

«Este año, como nunca antes, se tomaron medidas extremas de seguridad para evitar una filtración, y también por primera vez se involucró en el tribunal que elabora los exámenes a profesores que no fueran de la capital y de la Enseñanza Media Superior, ya que están más cercanos al nivel escolar de los alumnos que examinan».

Para hacer el proceso más seguro, al ocurrir el pasado año una filtración de las preguntas del examen, se redujo la cantidad de personas involucradas, destacó Saborido.

«Solo la Comisión que elaboró las pruebas tuvo la oportunidad de leerlas, considerando el criterio de que alguien pueda memorizar hasta dos preguntas. Es bueno añadir que el Ministerio de Educación Superior se enteró del error a partir de que sucedieron los hechos, con la prueba ya aplicada.

«Hemos venido analizando todos los criterios, que han sido diversos, y estamos convencidos de que matemáticamente la pregunta es válida, por ello consideramos injusto para los muchachos que realizaron el examen con éxito anular la prueba, y estamos de acuerdo con la decisión tomada por la Comisión».

—Este proceso es considerado por usted como muy complejo; no obstante, la Educación Superior sigue apostando por realizar exámenes de ingreso.

—Estamos convencidos de que las pruebas de ingreso permiten ordenar a los estudiantes de una manera más justa en el escalafón, a partir de sus conocimientos, lo cual no limita que revisemos el sistema de ingreso.

«La Educación Superior en su conjunto está en perfeccionamiento. Ello abarca también los planes y programas de estudio de las carreras, al tomar como base la idea de que el aprendizaje de un profesional es para toda la vida.

«Los especialistas plantean que hoy un ser humano tiene que estudiar la misma carrera cinco veces: la de adquirir el título y cuatro veces más, debido a la manera tan rápida en que se mueven los conocimientos. Quien no se supera de manera constante, se vuelve un profesional obsoleto. Ese el concepto de educación para toda la vida.

«La tendencia internacional es reducir los años de pregrado, añadir una preparación para el empleo y luego la superación profesional y científica a través del posgrado. Pero no se pueden dar bandazos, algunas experiencias foráneas han sido negativas.

«Todo esto se está analizando, tenemos varias propuestas, y en ellas también estará presente perfeccionar el sistema de ingreso».


René Sánchez Díaz, Viceministro Primero del MES. Foto: Raúl Pupo./ Juventud Rebelde


Problema matemático

En un centro preuniversitario la matrícula de duodécimo grado es de 360 alumnos. En el diagnóstico de intereses profesionales todos los alumnos se ubicaron en los tres grupos de carreras: Ciencias Médicas (CM), Ciencias Técnicas (CT) y Ciencias Pedagógicas (CP). Si la cantidad de alumnos que optaron por CM exceden 228 a la cantidad de alumnos que optaron por CT y estos a su vez representan el 20 por ciento de los que optaron por CP.

a) ¿Qué cantidad de alumnos se ubicó en cada grupo de carrera?

b) Si la escuela se comprometió a que 90 alumnos optaran por carreras pedagógicas ¿Qué por ciento de ese compromiso le falta por cumplir?

(Tomado de Juventud Rebelde)

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