Mi blog sobre Economía

domingo, 28 de junio de 2015

Un ejemplo de Televisión territorial



Este año, el 24 de octubre, se cumplen 65 años del nacimiento de la televisión cubana. Sus primeras emisiones salieron al aire por el Canal 4 (Unión Radio) de Gaspar Pumarejo. El 11 de marzo de 1951 inició sus servicios regulares CMQ Televisión (Canal 6) propiedad de los hermanos Mestre, este canal radicó en el edificio Radiocentro, actual sede del ICRT.

Y en 1952 mediante el kinescopio hubo televisión en Matanzas, Santa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba. Pero fue en 1959 cuando la televisión territorial cubana comenzó con una pequeña planta en Camagüey, que funcionó por poco tiempo.

1968 marca el nacimiento del primer canal provincial: Telerebelde en Santiago de Cuba y que enviaba su señal a todo el antiguo Oriente. En 1976 con la División Político administrativa –Oriente se multiplicó en cinco provincias- desde Holguín se empezó a tributar a la planta santiaguera. A principio de la década de los 80 del pasado siglo con ese mismo nombre (Telerebelde) el canal devino nacional. Fue y es transmitido por la frecuencia del canal 2, y durante dos horas diarias emite la señal de los provinciales.

La introducción del video tape (1976 -1980), una verdadera revolución tecnológica en la pequeña pantalla, permitió que por esos años se organizaran corresponsalías de TV en todas las provincias. Surgieron entonces los centros regionales de información en Camagüey, Villa Clara y Pinar de Río, hasta que en 1986 -con algunos ajustes- esos focos devinieron canales provinciales o telecentros como se les llama en Cuba: Teleturquino, (abarcaba Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma), Tele cristal, (Holguín y las Tunas), TV Camagüey, (Camagüey y Ciego de Ávila), Telecubanacán, (Sancti Spíritus, Villa Clara y Cienfuegos) y Tele pinar para la provincia de Pinar del Río.

Siguieron creciendo estas televisoras hasta llegar a 15, una por provincia y otra en el municipio especial de la Isla de la Juventud. A partir del 2004 se comenzó la creación de telecentros municipales. Con la organización de estas unidades el número de corresponsalías llegó a 70 que junto a las televisoras provinciales posibilitan que se pueda transmitir desde 101 puntos específicos del país.

La concepción de estos centros se basa en los principios de la televisión comunitaria: en cada provincia o municipio se deben reflejar los asuntos regionales para lograr que el televidente no sea un ente pasivo, sino todo lo contrario. Muchos de los espacios creados en esas dependencias, luego son retransmitidos por los canales nacionales debido a sus excelentes propuestas estéticas.


Recientemente tuve una agradable experiencia en Las Tunas. Participé en su festival provincial en calidad de jurado y comprobé lo que intuía desde que el pasado año, cuando entré en contacto con la obra audiovisual que se realiza en Las Tunas a partir de pertenecer al colectivo que juzgó las obras en la Convención de Radio y Televisión Cuba 2014. Y digo obra, no trabajo, con toda intención. Entonces resultaron premiados Fresco y sin cortar, de Eddy Crespo, Dibu dibujando, canta cantando, de Niúver Rodríguez y Una mujer, de Niuver y Dalgis Román, mientras Quiéreme entera, de Waldina Almaguer recibió mención, pero hubo otras piezas que llamaron mi atención y la del resto de los jurados.

EL HOY DE TUNASVISION TIENE UN AYER.

Juan Morales Agüero cuenta “Aunque el telecentro Tunasvisión se fundó el 30 de diciembre de 1999, en un edificio del reparto Buena Vista, como un referente en los anales de la pantalla chica tunera, la historia de la televisión territorial debutó 30 almanaques antes, es decir, en 1969, cuando el periodista Ángel Luis Beltrán Calunga y el camarógrafo José Lobón Palau (Pepe), residentes a la sazón en la ciudad de Puerto Padre, enviaron, en su flamante investidura de corresponsales acreditados en la comarca, su primer material reporteril para el canal Tele Rebelde, pionero de los telecentros del país, inaugurado en Santiago de Cuba el 22 de julio de 1968. Cuando Beltrán Calunga -hoy reportero del semanario santiaguero Sierra Maestra- pasó a desempeñar el cargo diplomático de Agregado de Prensa en la Embajada de Cuba en Jamaica, lo sustituyó en su puesto Alfonso Naranjo Rosabal, quien años después haría época como presentador de noticieros en la emisora provincial Radio Victoria. Por entonces ya Las Tunas tributaba sus informaciones para la holguinera Tele Cristal. En 1983, el reportero Joel Lachataignerais Popa (Lacha) -hombre formado en la radio- se sumó al team como corresponsal jefe. Luego se incorporaron Isidro Rodríguez (luminotécnico y chofer) y Ramón Acosta (editor), quienes se mantienen en las mismas labores. Formaron también parte de la plantilla, en diferentes momentos, los periodista Ubiquel Arévalo Morales (fallecido luego en un accidente de tránsito) y Rafaela Balanza (actualmente directora en La Habana del Canal Educativo 2), así como los camarógrafos Valentín Barrueta y Reymundo Betancourt. Durante un tiempo carecieron de local, hasta que el primero de septiembre de 1984 se inauguró la Corresponsalía de Televisión de Las Tunas, en el inmueble que hoy ocupa la sede territorial de la Unión de Historiadores de Cuba, próximo a la Plaza Cultural, en el corazón de la ciudad. En esta foto de 1989 aparecen de izquierda a derecha, junto al auto Niva que les fue asignado para su trabajo, Valentín Barrueta, Ramón Acosta, Naranjo Rosabal, Isidro Rodríguez y el popular Pepe Lobón.”

Esta historia la tomé de un buen blog, pero en vivo y con mucha emoción la madre de Tunasvisión, la periodista Rafaela Balanza me contó “Yo fui el instrumento que sirvió para realizar el sueño de los tuneros. Entonces no había canales en todo el país. La mayoría de lo que salía por Telecristal era de Holguín. Como corresponsal tenía que ir a aquella ciudad. Imagínate, a veces con una semana de anticipación.”

Rafaela me narra que un día el entonces Primer Secretario del partido en la provincia, Misael Enamorado, le dijo “busca dónde vamos a hacer telecentro, me moví, encontré una construcción abandonada. Busqué un arquitecto amigo que me hizo el proyecto gratis. Se hizo con la voluntad de mucha gente que ayudaran. De hecho fui la inversionista. Cuando la construcción estaba terminada, editábamos en Las Tunas y hacia el 2000 ya funcionaban todos los telecentros, con equipos de punta. Hubo que preparar personal con rapidez. Montar la acústica. Se convocó a jóvenes con nivel escolar y aptitudes, desde un principio. Aprendí la televisión a golpes. Fue bastante intuitivo, escogimos el personal que pudieran hacer de todo. El que hizo cámara, hizo edición. Se especializaron y fueron repartidas las plazas.”

Agrega que “Salvador Hechevarría es padre de Tunas visión, Salvi era mi seguridad en Holguín y luego ayudó en Las Tunas. Yo tenía que trabajar para hacer de mi corresponsalía un telecentro. En el 2000, cuatro meses después de iniciar nuestras transmisiones, fue el festival de telecentros y ya obtuvimos premios. Ha sido una cantera de buenos profesionales. Mi lucha era no trabajar por el festival. Sostengo que el hecho cultural más importante en ese tiempo en las Tunas fue Tunasvisión porque ayudó a transformar, a enriquecer a los tuneros”.

CONTRA SUPOSICIONES PRESTABLECIDAS

No ha sido una sola la persona que ha querido quitar mi entusiasmo por Tunasvisión, un colectivo de 120 trabajadores, distribuidos en tres departamentos, con nivel universitario en informativo y programación, y preuniversitario en económico y administrativo.

Veintiún programas forman su parrilla de programación destinada a reflejar la vida económica, política y social de los ocho municipios, en los que habitan 534 645 tuneros. Tiene un canal territorial municipal de Puerto Padre Canal Azul y las corresponsalías de los municipios de Colombia y Amancio.

Funciona con consejo de dirección, líneas temáticas, dolores de cabeza con el transporte… todo lo común a los emporios televisivos del país, pero allí se respira un sentido de pertenencia, de orgullo por formar parte del grupo de profesionales que cada día emite señales visibles en toda la provincia y, según han comprobado, en Guáimaro, Camagüey, San Pablo de Yao, Granma y Baire, Santiago de Cuba.

A mi juicio lo más importante es que Tunasvisión se parece a Las Tunas. Es una televisión verdaderamente territorial, por lo que los habitantes de esa región se reconocen en lo que se transmite.

Durante toda la época en la que se celebraron los festivales de los telecentros, el de esa provincia alcanzó importantes premios. Tienen también varios caracoles, los lauros anuales de la UNEAC, y este año aspiran, desde luego, a marcar en la próxima convención.

En mi visita vi documentales, reportajes, musicales que ojalá fueran lo habitual de los canales nacionales. Y espero que en algún momento todos esos buenos espacios formen parte de su parrilla o de otros telecentros, porque entre unos y otros pueden intercambiarse las mejores propuestas.

Me impresionó no sólo Tunasvisión, sino la ciudad oriental que no había visitado por lo menos en veinte años. Es una tasa de limpieza, existe un amplio espíritu constructivo, proliferan centros de recreación, y como en otros lugares de Cuba (y del mundo) hay personas que sueñan con emigrar, otras se quejan de escasez de instituciones… lo común entre los homo sapiens, que si se hubieran conformado con lo que tenían hoy viviríamos aún en cuevas.

Eddy Crespo me dijo “En entrevista realizada a la actriz Adria Santana, en la emisora provincial Radio Victoria, a propósito de una visita a Las Tunas, nos dijo “Los premios no son la verdad de la vida.” Desde entonces me hizo ver más allá del regocijo que entrañan. Confieso que me dan miedo, me asustan, porque constituyen un reto, tienes y quieres ser mejor. No trabajo para obtenerlos, qué bueno que llegan y constituyen el reconocimiento de todo un colectivo de trabajo que acompaña mis locuras. Como diría Silvio, que no deja de ser Rodríguez “hay locuras de un raro lugar…”

Y Niuver Rodríguez “Me gustaría que la televisión se pareciera más a su pueblo y a su gente, a sus problemas, a su música, a sus tradiciones y cultura…a sus realidades con todos sus matices. Algo se ha logrado en este sentido; pero aún tenemos una televisión encartonada, a mi juicio demasiado formal, rígida, estereotipada y con patrones que excluyen a nuestra multiplicidad de razas. ¡Cuánto agradecería Fernado Ortiz una representación cubana y criolla en la pantalla cubana! La sociedad se ha movido, junto a ella deben dialogar nuestras cámaras, micrófonos y discursos.”

A Dalgis Román Aguilera pertenecen estas palabras “Soy una comunicadora. Conducir programas de radio, era de niña, mi juego favorito. Podía pasarme horas presentando musicales, saludando a los amigos y compartiendo mis opiniones con los ¨oyentes¨. Luego aprendí a querer a Consuelito, a disfrutar sus diálogos cubanísimos con Cepero o Pinelli… sentía como hacían felices a la gente, la proximidad era tan auténtica que lograba una atmósfera de complicidad con los televidentes. Mi generación tuvo muy buenos referentes en los dos medios. Nunca tuve dudas de mi orientación vocacional, creo en el poder de la palabra. Trabajo sintiendo ese placer que nos reporta jugar.”


No grabé las opiniones de Iliana Toirac, la directora actual de Tunasvisión. No hubo tiempo. Tampoco a Artemio González Fuentes, fundador y actual jefe del Departamento de Producción y Técnica, pero conocí de su afabilidad y eficiencia. Ariana Urquiza Cordero y su esposo Manuel, fueron mis ángeles guardianes, con Margare Balanza sigo hablando casi todos los días, es productora de televisión y de alegría, por eso Julio Castellanos la sigue. Ana Margarita García es la asesora capaz y puntillosa, con Fausto Delgado Riffat apenas hablé pero lo vi como locutor y conocí su buen trabajo en Visión diversa; Gianni López es una buena promesa y con mi amigo Carlos Tellez, apenas crucé saludos pero aprecié sus excelentes piezas.

En fin, me traje de Las Tunas una maleta de afectos y la certeza de que se puede hacer una mejor televisión si esta difícil tarea se emprende como una acción colectiva en la que todos pueden aportar. Esa es la esencia de la televisión territorial.

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