24 noviembre 2015 | + |
Los cancilleres de los países que integran el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) cerraron sin un acuerdo conjunto su reunión extraordinaria celebrada en El Salvador, país que preside ese organismo, en la que abordaron la situación de los cubanos varados en Costa Rica.
Según informó el canciller salvadoreño Hugo Martínez al concluir el encuentro, cada país anunciará “unilateralmente” las medidas que tomarán en relación a los inmigrantes cubanos y reafirmó que los países del SICA -–Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana- acordaron respetar el “principio de autodeterminación” de esas naciones.
“Los escenarios de salida tendrán que ver con las decisiones soberanas que cada país tome, pero hemos expresado el deseo de resolver el problema específico que está teniendo Costa Rica en este momento”, dijo Martínez.
Desde las nueve de la mañana cancilleres de 12 países –participaron como invitados México, Colombia, Cuba y Ecuador, que se unieron al cónclave a partir del mediodía -, se encontraron en un hotel del costero municipio de San Luis Talpa, cercano al aeropuerto internacional monseñor Óscar Romero, 44 km al sureste de San Salvador.
Según Prensa Latina, por la parte cubana asistió el Canciller Bruno Rodríguez Parrilla,quien constató el respeto de los representantes a la posición de la Isla, que considera que estas personas son víctimas de la politización del tema migratorio por parte del gobierno de los Estados Unidos, de la Ley de Ajuste Cubano y, en particular, de la aplicación de la llamada política de pies secos-pies mojados.
El canciller de Costa Rica, Manuel González, admitió a los periodistas en uno de los recesos del encuentro que la estadounidense Ley de Ajuste Cubano es un “imán” que atrae a la migración de la isla caribeña hacia Estados Unidos -país que no participó en la reunión-, y dijo que la solución al problema migratorio actual está “más allá de la región”.
“Hemos coincidido también en la inconveniencia de la Ley de Ajuste Cubano que tiene los Estados Unidos desde 1966, que es precisamente lo que motiva ese tipo de migraciones, lo que convierte a Estados Unidos en un imán que atrae ese tipo de migraciones”, señaló en declaraciones a un canal televisivo desde San Salvador.
El canciller costarricense afirmó que “el problema debe atacarse desde la estructura”, es decir, la política estadounidense que estimula la emigración ilegal desde la isla.
Según los trascendidos, el debate en el encuentro fue más allá de la discusión de la situación de los cubanos en la zona fronteriza entre Costa Rica y Nicaragua, al abordar la problemática de la migración ilegal por Centroamérica, y los asistentes coincidieron en que la situación creada no es responsabilidad de Cuba.
El vicecanciller nicaragüense, Dennis Moncada recordó la responsabilidad de los Estados Unidos en el aliento de una migración insegura, indigna, desordenada e ilegal, que afecta a Cuba y que está afectando ya a la región centroamericana.
“El gobierno de Nicaragua ratifica su posición de no prestarse a legitimar políticas ilegales que causan daño, sufrimiento y pérdidas económicas a seres humanos, familias enteras, gobiernos y pueblos de Cuba y la región”, expresó el nicaragüense.
“Nuestra posición de país es invariable, como corresponde con nuestro compromiso de buen gobierno, que responde a nuestro pueblo, garantizando una Nicaragua segura, que contribuya, como ha venido contribuyendo, a la seguridad de la región centroamericana”, añadió.
Moncada achacó este problema migratorio a Estados Unidos y afirmó que el Istmo carece de recursos económicos para facilitar, por su territorio, el tránsito de los migrantes cubanos, varados en Peñas Blancas, frontera norte de Costa Rica.
“Nuestros países no cuentan con los recursos para enfrentar esta nueva amenaza a nuestra seguridad nacional, sobre todo, si tomamos en cuenta que el desorden migratorio incrementa los riesgos de presencia y acciones terroristas en nuestra región, considerando el creciente tránsito de migrantes ilegales de África y otros continentes”, dijo el vicecanciller.
Agregó: “Nuestros presupuestos nacionales, como sabemos, han tenido y tienen que asumir con escaso, irrisorio, apoyo internacional, la lucha contra el narcotráfico, y el cuido de la seguridad de los mismos Estados Unidos”.
La ministra de Movilidad Humana de Ecuador, María Landázuri, dijo a la AFP que según las políticas internacionales la creación de un corredor humanitario no aplica en esta situación porque solo es posible en situaciones de guerra o conflicto armado.
Ante esta realidad apeló a promover un “diálogo abierto y colaborativo” y tomar acciones para permitir el paso de los migrantes de manera que cada país aplique sus leyes en su territorio, pero al mismo tiempo garanticen la seguridad e integridad de los migrantes.
Ante una pregunta de Prensa Latina, el canciller salvadoreño Hugo Martínez criticó a Estados Unidos por establecer medidas que incentivan y “favorecen la emigración de cubanos” mientras los migrantes de otros países centroamericanos son deportados.
“Todos los países expresamos y coincidimos que el factor que detona esa emigración está afuera de los países que estuvimos en la reunión de ahora... Son medidas hasta cierto punto discriminatorias ante otros inmigrantes, no se aplican a los inmigrantes centroamericanos… No estamos de acuerdo con ninguna medida extraterritorial, se llame esta embargo comercial o medida de carácter migratorio”, dijo.
El experto cubano Jesús Arboleya, en declaraciones al diario digital Progreso Semanal,reconoció que las opciones para solucionar esta situación son extremadamente complejas y aseguró la dificultad para los gobiernos reunidos en El Salvador pudieran establecer un corredor humanitario para el traslado de emigrantes ilegales a lo largo de América hasta llegar a Estados Unidos, pues “según lo establece la política de pies secos / pies mojados, los cubanos también son ilegales hasta que pisan suelo norteamericano”.
Se trata de un canal ilegal, pero no solo para cubanos, sino para el resto de los migrantes, añadió. Por otro lado, es de suponer que Estados Unidos hará todo lo posible para que no se apruebe esa medida: sería un enorme grupo de migrantes cubanos que llegarían a su frontera con una gran visibilidad mediática a los cuales, según su ley, tendrían que dejar entrar de un golpe; llevan implícitamente una denuncia a la Ley de Ajuste Cubano frente al resto de Latinoamérica.
En palabras de Arboleya, la lógica indica que “se trate de evitar ese flujo migratorio, y para eso no hay otra alternativa que la concertación de los gobiernos reunidos, y Estados Unidos va a estar presionando en eso. Recordemos que este no es un problema exclusivo de los cubanos, sino de todos los emigrantes ilegales de América Latina, que se complica en el caso de los cubanos por el hecho de que son los únicos que son aceptados en caso de llegar a la frontera”.
Infografía: Progreso Semanal
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