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viernes, 20 de noviembre de 2015

La odisea por el “sueño americano”

La complicada situación de alrededor de 2 mil cubanos en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua necesita ser solucionada de manera urgente a través de la coordinación entre los gobiernos implicados



La situación de cerca de 2 000 cubanos varados en Costa Rica continúa preocupando a varias naciones de la región, que hacen coordinaciones para abordar de manera conjunta el problema.

Según la nota divulgada recientemente por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, La Habana se mantiene en contacto también con los gobiernos implicados en el asunto.

La Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciu­da­danía de Nicaragua, Rosario Murillo, llamó a enfrentar la situación de manera coordinada y reclamó que se incluyera el tema en la reunión de Jefes de Estado y Gobierno del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), que inició ayer.

De igual forma, Rosario detalló que su gobierno ha propuesto que en Centroamérica “asumamos con firmeza nuestra posición de reclamo a Estados Unidos, de reciprocidad”, es de­cir el mismo “trato humanitario a nuestros migrantes, a quienes se les sigue catalogando como ciudadanos de segunda y tercera categoría”.

En un documento divulgado por Managua se afirma que “el Gobierno de Nicaragua considera que tanto derecho tienen estos ciudadanos cubanos a un mal llamado corredor humanitario, como tendrían, y tienen, todos los ciudadanos centroamericanos, incluyendo niños, que corren todo tipo de peligros, que mueren incluso, en el afán de llegar a los Estados Unidos”.

Por su parte, el canciller costarricense, Manuel González, adelantó que el próximo lunes podría efectuarse una reunión de cancilleres en El Salvador para tratar el tema.

Ambas naciones centroamericanas se encuentran inmersas en un histórico conflicto limítrofe.

LOS CUBANOS EN EL OJO DEL HURACÁN

Un comunicado emitido por el Minrex el pasado 17 de noviembre explica que “en los últimos días, se ha creado una compleja situación, a raíz de que más de 1 000 ciudadanos cu­banos han estado arribando a Costa Rica desde otros países de la región con la intención de viajar hacia los Estados Unidos”.

Los cubanos en cuestión abandonaron la Isla de manera legal hacia diferentes países de América Latina, bajo el cumplimiento de los requisitos establecidos por las regulaciones mi­gratorias cubanas.

Sin embargo, en aras de cumplir el llamado “sueño americano” se convirtieron en víctimas de traficantes y bandas de delincuentes que lucran a partir de la travesía de estas personas por Sudamérica, Centroamérica y México.

El flujo fue cortado repentinamente la semana pasada cuando las autoridades costarricenses desmantelaron una ban­­da de trata de personas. Más de 1 000 cubanos quedaron va­rados en Paso Canoas, puesto fronterizo con Panamá al que cada día llegaban decenas de cubanos más.

Medios locales reportaron que tras varios días de presiones y protestas, el ejecutivo de Costa Rica decidió otorgar un salvoconducto de siete días a los cubanos para que prosiguieran su viaje hacia el norte a través de Nicaragua.

Las autoridades de Managua interpretaron la acción tica como una agresión y un intento de traspasar el problema a sus fronteras sin una coordinación previa, por lo que impidieron, usando la fuerza pública, el ingreso de los cubanos.

EMIGRACIÓN TRAS EL 17 DE DICIEMBRE

El número de cubanos que ingresan a los Estados Unidos comenzó a dispararse desde el 17 de diciembre pasado, cuando Washington y La Habana anunciaron su intención de restablecer relaciones bilaterales.

En este sentido influye el hecho de que muchas personas consideran que la Ley de Ajuste Cubano tiene los días contados a partir del nuevo contexto de deshielo y aspiran a alcanzar el territorio norteamericano antes de que se cierren las puertas del llamado “sueño americano”.

Las cifras oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense muestran que cerca de 27 000 cu­banos llegaron por vía de la frontera de ese país con México durante los primeros nueve meses del presente año, un 78 % más que en igual periodo del 2014.

Las entradas por vía marítima también se duplicaron (en relación con el año anterior) hasta alcanzar las 7 000.

A pesar de la apertura de un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, Estados Unidos mantiene en vigor la Ley de Ajuste Cubano de 1966, la política de pies secos-pies mojados, establecida por el gobierno de Bill Clinton en 1995 y el llamado “Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos”, que implantó desde el 2006 George W. Bush, tres muestras de la política agresiva de Washington durante el último medio siglo, que se complementa con el bloqueo económico, financiero y comercial.

La legislación actual garantiza residencia a todos los cubanos que alcancen territorio norteamericano, sea por vía legal, ilegal, marítima o terrestre; mientras que sus pares latinoamericanos son perseguidos y deportados por entrar y/o permanecer de manera ilícita en uno de los países más desarrollados del mundo.

A partir de la actualización de la política migratoria cubana a comienzos del 2013, un número cada vez mayor de nacionales ha salido legalmente de Cuba hacia algún país latinoamericano para seguir paso hacia el norte, en un complicado trayecto de miles de kilómetros y en el que hay que cruzar varias naciones.

Medios de prensa internacionales intentan politizar la situación humanitaria de los cubanos varados en Costa Rica, mientras desconocen las causas reales de ese fenómeno.

Cambiar de residencia es una decisión personal. Sin embargo, incentivar la migración ilegal con políticas selectivas, co­mo hace el gobierno norteamericano, no tiene justificación posible.

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