Formó parte del espacio mensual, alternativo y gratuito, Café Irreverente, ideado por la actriz Eva González.
GÉNERO Redacción IPS Cuba 16 diciembre, 2015
Este espacio se reconoce como abierto, divertido pero también comprometido con la crítica y la convivencia en diversidad.
La Habana, 16 dic.- Una gran fiesta de amigas y amigos a favor de la emancipación de la mujer devino el primer Aquelarre feminista, donde los rituales y hechizos del pensamiento exorcizaron al público asistente del machismo y la cultura patriarcal.
La actividad aconteció en el barrio capitalino del Vedado, como parte de la propuesta mensual Café Irreverente, ideado por la actriz Eva González y con sede en su casa. Además de alternativo y gratuito, el espacio se reconoce como un ámbito “divertido, refrescante y activista donde comprometernos con la crítica, la tolerancia y la convivencia en diversidad”.
También contó con el auspicio del proyecto Nuestra América, que desde febrero de 2012, “intenta crear un espacio de voluntad compartida de jóvenes latinoamericanos para el rescate de la memoria histórica, mediante el diálogo, el intercambio de experiencias y culturas y construcción de sentidos liberadores”, afirmó a la Redacción IPS Cuba Paula Companioni, una de sus integrantes.
“Con este Aquelarre feminista no solo quisimos desmitificar ese tipo de fiestas consideradas solo un divertimento, sino también pensar en nosotras y en qué significa hoy día ser mujer u hombre”, argumentó, sobre la cita realizada este lunes 14 de diciembre.
Durante la velada se presentaron varios audiovisuales sobre las luchas emancipadoras, a los cuales se sumaron otras manifestaciones artísticas como la danza, el performance, la puesta en escena y la música.
A ello se sumó una exposición de la joven Dunia Cordero (1990), con fotografías donde se refleja la ruptura de los roles tradicionales asignados social e históricamente a las féminas.
Una representación escénica ilustró una cacería de brujas y quema en la hoguera, típicas de la época medieval, considerada por los presentes como una estrategia de la cultura patriarcal contra las sacerdotisas que simbolizaban la independencia y la libertad.
Muchas de las presentes que compartieron testimonios se reconocieron a sí mismas como “brujas”, por ser “eternas insumisas” y luchadoras contra cualquier forma de dominación.
La propia González, en un sketch humorístico, reflexionó sobre las sutiles formas en que se desconocen o rebajan los aportes femeninos a las ciencias y la cultura universal o la labor anónima de quienes en sus hogares, opinó, “son las que realmente hacen la historia”.
La crítica literaria Zaida Capote compartió su labor junto a un grupo de colegas en la difusión del pensamiento feminista y la creación de redes de apoyo entre mujeres.
Lamentó, no obstante, los infructuosos esfuerzos para adoptar en la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) una ley específica que tipifique y condene la violencia de género en sus más diversas manifestaciones.
Asimismo, la activista Yasmín S. Portales reconoció su “herejía” por hacer literatura con enfoque de género, y hablar y ejercer la sexualidad de manera libre, un tema considerado tabú.
En opinión de Wilfredo Pomares, integrante de Irreverencia Producciones, el Aquelarre así como otras actividades del grupo “buscan ser un espacio vivo de reivindicación, desde escenarios domésticos, que impacte en los imaginarios colectivos y dote de nuevos sentidos a la palabra socialismo, donde los individuos mediante la acción directa no solo tengan voz, sino también poder de decisión”.
Café Irreverente reúne una vez al mes, siempre los lunes, a personas de todas las edades, profesiones, procedencias e intereses culturales en la casa de González, una española residente en Cuba desde hace 20 años.
El café es parte del proyecto Irreverencia Producciones, que desde hace cinco años produce arte y defiende la idea de aupar la cultura y la educación de manera sostenible. (2015)
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