La Habana, 21 dic (PL) Con fragmentos de obras clásicas como El lago de los cisnes, Gisselle y Carmen, el Ballet Nacional de Cuba reverenció aquí a su maitre y directora Alicia Alonso, quien hoy cumple 95 años de vida.
Bajo la dirección del coreógrafo Alberto Méndez, la compañía dio vida a piezas imprescindibles en la carrera de Alonso, considerada la bailarina cubana más reconocida en el mundo.
De acuerdo con Méndez, la puesta en escena no pretendió ser una reconstrucción biográfica, sino la evocación de algunos momentos significativos de la gran ballerina, una de las figuras más importantes en la historia de la danza a nivel internacional.
Sin duda alguna, uno de los momentos más emocionantes del espectáculo fue cuando la primera bailarina Anette Delgado sustituyó la candidez de Gisselle por la furia de Odile para estremecer el escenario con su brillante interpretación del cisne negro.
También el primer bailarín Dani Hernández y la bailarina principal Estheysis Menéndez sedujeron al público asistente a la gala mediante su sensibilidad y elegancia en el adagio de El lago de los cisnes.
Otras piezas importantes en la carrera de Alonso como La bella durmiente del bosque, Coppélia y La fille mal gardée también cobraron vida en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, espacio que resultó pequeño para acoger a los admiradores de la danza clásica cubana.
Los miembros de la prestigiosa compañía homenajearon a su maestra, quien al concluir la función agradeció desde el escenario con las reverencias y gestos que la han caracterizado a lo largo de su trayectoria profesional.
A sus 95 años, Alonso todavía vive por la danza, como dijera en cierta ocasión: "Para mí el baile es lo más importante que ha ocurrido en mi vida. Salir a escena es como empezar a vivir en otra realidad maravillosa".
La artista cubana fundó en 1948 junto a los hermanos Fernando y Alberto Alonso, la primera compañía profesional de ballet en Cuba y posteriormente empleó gran parte de su tiempo en formar nuevas generaciones de bailarines.
Nunca dejó de bailar y sus impecables interpretaciones y destreza en el escenario la condujeron a la fama internacional, condición que nunca inquietó su desempeño como maestra.
Con el nombre Alicia Alonso, maestra de generaciones, el Ballet Nacional de Cuba honró a su directora a través de una función de lujo con música en vivo interpretada por la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana, bajo la dirección de Giovanni Duarte.
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