Mi blog sobre Economía

viernes, 4 de marzo de 2016

El plan del equipo de Clinton para derrotar a Trump

Por AMY CHOZICK y PATRICK HEALY . New York Times


Hillary Clinton, a la derecha, entre bambalinas, antes de dar un discurso en la universidad de Arkansas.CreditDoug Mills/The New York Times



En los días que siguieron a la victoria de Donald J. Trump sobre sus adversarios republicanos en Carolina del Sur y Nevada, algunos demócratas que respaldan a Hillary Clinton sostuvieron una serie de reuniones para responder una pregunta que muchos quizá nunca pensaron que se harían: ¿Cómo vencer a Trump en las elecciones?

Varios argumentaron que si Clinton llega a ser la nominada de su partido podría vencer a Trump sin problemas. Estaban seguros de que los escandalosos comentarios de Trump sobre inmigrantes, mujeresmusulmanes lo harían inaceptable para muchos estadounidenses.

Pero otros, incluido Bill Clinton, consideraban que esas conclusiones reflejaban una negación. Para este grupo, es evidente que Trump tiene una fina percepción para medir el ánimo de los electores, lo que requiere una campaña bien planeada que lo presente como peligroso e intolerante si pretenden ganar la elección en noviembre, que Bill y Hillary Clinton anticipan será cerrada.

Los demócratas afirman que existe el riesgo de perder la presidencia si no toman en serio a Trump, como han hecho los republicanos en la campaña para las primarias.

“Hillary ha construido una impresionante nave a su alrededor, y está por enfrentarse a piratas somalíes”, propuso Matthew Dowd, director de estrategia en la campaña de 2004 del expresidente George W. Bush y quien ahora trabaja de manera independiente.

Este artículo se basa en entrevistas con más de veinte asesores, estrategas y aliados cercanos al matrimonio Clinton, incluidos varios que han dialogado directamente con el expresidente. Algunos hablaron con la condición de mantenerse en el anonimato porque no cuentan con autorización para hablar sobre sus estrategias en público.

‘Ataque a la intolerancia’

Los Clinton creen que el arma más poderosa para combatir a Trump son sus comentarios indignantes, e incluso despreciables, que pueden parecer todo menos presidenciales. Durante un debate republicano, Trump intercambió frases sarcásticas propias de un pleito estudiantil y amenazó con construir un muro todavía más grande en la frontera con México porque no le pareció que un expresidente mexicano criticara su propuesta.

Durante un debate republicano reciente, la campaña de Clinton publicó una imagen en Instagram con la leyenda: “Estos no son los valores de los estadounidenses: racismo, sexismo, intolerancia, discriminación, desigualdad”.

Trump niega que sea intolerante y afirma que solo no es “políticamente correcto”.

Guerra sin cuartel

El plan tiene tres ramas principales: exhibir a Trump como un empresario despiadado que ha actuado en contra de los intereses de la clase trabajadora, que ahora pretende atraer; difundir los comentarios misóginos para persuadir a las mujeres y, por último, resaltar cuán impulsivo y explosivo es su temperamento para evidenciar que no es capaz de ser mandatario.

Hillary Clinton intentará mantenerse al margen de los enfrentamientos, por lo que Bill será quien responderá a los ataques de Trump.

Pero entre los demócratas hay preocupación ante la posibilidad de que la gente no acepte los mensajes.

En enero, los asesores de Clinton se quedaron pasmados cuando el Senador Ted Cruz de Texas difundió un anuncio en el que sugería que Trump había empleado un recurso legal para intentar derribar la casa de una anciana viuda en Atlantic City, con el propósito de construir un estacionamiento para uno de sus casinos.

La mujer ganó la batalla legal y siguió en su casa, pero el anuncio, que Trump desmintió, no causó mella alguna entre sus seguidores.


Donald J. Trump antes de participar en un mitin en la universidad Radford en Virginia, en el que fue interrumpido varias veces por manifestantes. CreditDamon Winter/The New York Times

Un mapa cambiante

Si los ataques no son efectivos, los asesores de Clinton temen que Trump represente un reto en algunos estados en los que Obama ganó en 2008 y 2012, incluidos algunos que los demócratas consideraban seguros.

Edward G. Rendell, gobernador de Pensilvania, opinó que Clinton ganará el estado, aunque aceptó que podría estar equivocado. Para derrotar a Trump, subrayó, es muy importante provocarlo para que haga comentarios ofensivos que espanten a los independientes y otros electores.

“Por cada demócrata obrero que convenza, perderá dos republicanos con tendencia social moderada que Hillary ganará”, comentó.

Avivar el fuego del escándalo

Los comentarios que Trump ha hecho a lo largo de los años en sus apariciones regulares en tabloides y como estrella de realities podrían ayudar a Clinton a convencer entre las mujeres.

La estrategia realza la inquietud que ronda entre los aliados de Clinton porque no se ha desatado una emoción entre las jóvenes ante la posibilidad de elegir a la primera presidenta. Según muchos demócratas, Trump es la solución perfecta para levantar ese entusiasmo.

También sostienen que, aunque Trump ha demostrado ser todo un experto para humillar a sus contrincantes hombres, los insultos dirigidos a Carly Fiorina y a la presentadora de noticias de Fox Megyn Kelly han resultado contraproducentes. Fiorina tuvo la mejor semana de su corta campaña y logró convocar a las mujeres alrededor de su candidatura después de que Trump hizo un comentario despectivo sobre su cara.

Choque de estilos

Trump y Clinton son políticos de polos opuestos y el estilo directo y visceral de Trump podría resultar difícil de manejar para Clinton, que prefiere discursos detallados sobre políticas.

Bill Clinton califica a Trump como el candidato ideal en la “era de Instagram”, en que los electores quieren soluciones simples (“¡Hay que construir un muro!”, “¡Debemos prohibir el acceso a los musulmanes!”) a problemas complejos. En contraste, Hillary puede parecer muy estudiada y estática cuando intenta lanzar frases planeadas en los debates.

Será difícil para Clinton mantenerse al margen de la batalla sucia mientras su contrincante y su propia operación se preparan para una campaña brutal. “No hay mucha esperanza ni cambio”, sentenció David Plouffe, director de la campaña de Obama en 2008, en alusión a su eslogan Hope and change. “Más bien, hay odio y represión”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por opinar