“Enemigos, sólo de la soberbia incapaz, de las preocupaciones inconvenientes y destructivas, de la acumulación sorda y funesta de las vanidades codiciosas e infecundas, de la escisión y apartamiento imprudentes entre los factores inevitables, y amalgamables, de la sociedad cubana. De eso, sin ira contra las personas, ni pelea sino con esos vicios sociales, todo cubano constructor ha de ser enemigo.”
Obras Completas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. IV, 59: “A Gonzalo de Quesada. Febrero / 95”
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