“Ya para nuestra América pasó, por más que acá o allá no lo parezca aún, aquella época ardiente y alocada, aquella época de mocedad y de romance, en que pueblos y hombres tienen por bello todo lo que lo parece, y abogan, en su ansia de crecer, por cuanto viene de modelos ya crecidos. Aquella época constitucional rudimentaria, en que la ignorancia impaciente llevó a la imitación confusa, en que el anhelo de romper los moldes que nos reducían la vida llevó a la aceptación ligera de los moldes nuevos en que se habían echado a hervir civilizaciones distintas; aquella época de abnegación sobrehumana y frenética que fue indispensable para acumular y confirmar, de modo que no se la pueda ya vencer, el alma nueva, ha pasado para los pueblos americanos. La libertad parece ya segura: no lo están aún sus métodos, pero su espíritu lo está: el que niegue al hombre un ápice de su decoro, o quiera vivir sobre los hombres, ya no puede vivir en América: lo que importa ahora es ver cómo se vive en paz y abundancia dentro de la libertad. Lo que importa es que le nazcan a la libertad hombres reales.”
Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. VII, 58: “Un libro del Norte sobre las instituciones españolas en los Estados que fueron México”. El Partido Liberal, México, 25 de noviembre de 1891.
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