Nuevas disposiciones permiten a nacionales de la isla viajar en cruceros y buques mercantes.
POLÍTICA Redacción IPS Cuba 27 abril, 2016
El 1 de mayo, el crucero Adonia de la compañía estadounidense Carnival, romperá con medio siglo de incomunicación marítima entre Estados Unidos y Cuba. Foto: Tomada de youtube.com
La Habana, 27 abr.- Personas de nacionalidad cubana, sin importar su condición migratoria, pueden desde este martes enrolarse como pasajeros y tripulantes en cruceros y buques mercantes para entrar y salir de Cuba, disposición que da continuidad a la actualización de la política migratoria.
Al anunciar la medida, el pasado 22 de abril, el oficial diario Granma aclaró que para enrolarse como tripulantes en las embarcaciones, los interesados deben hacerlo a través de las instituciones empleadoras.
Según la nota de prensa, también se autorizará “de forma gradual y una vez creadas las condiciones, la entrada y salida de ciudadanos cubanos, con independencia de su condición migratoria, en calidad de pasajeros y tripulantes en embarcaciones de recreo (yates)”.
La puesta en práctica de esta medida será anunciada oportunamente, prometió.
El texto consideró la decisión como parte de la denominada “actualización de la política migratoria y la necesidad de ajustarla a las condiciones del presente y futuro previsible”.
No se aclaró si para desembarcar en la isla los emigrados deberán tener un pasaporte cubano habilitado.
La llamada “habilitación” es un sello de autorización que expiden los consulados de la nación caribeña. Hasta el momento, tanto el pasaporte como el sello son obligatorios para cubanos y cubanas residentes en el extranjero que viajan a su país de origen en avión, sin importar si adquirieron otra nacionalidad.
En pocos días, la compañía estadounidense Carnival comenzará a operar cruceros a Cuba, tras la firma el 22 de marzo del acuerdo correspondiente.
Se espera que el navío Adonia (con capacidad para 704 pasajeros) zarpe de Miami el 1 de mayo y efectúe paradas en La Habana, Santiago de Cuba y Cienfuegos.
El hecho es considerado un hito por ser la primera vez que un crucero estadounidense toque puertos cubanos en medio siglo.
Carnival enfrentó recientemente duras críticas y el inicio de una demanda por parte de cubanoamericanos, porque las leyes de La Habana les prohibían las reservaciones en el crucero.
Incluso, la empresa comunicó que aplazaría los viajes si el gobierno de la isla mantenía sus dictámenes.
Como parte del acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, desde diciembre de 2014, la administración del presidente Barack Obama autorizó los viajes de estadounidenses a la isla bajo 12 categorías, si bien siguen sin aprobarse las actividades turísticas.
Las restricciones del país caribeño suponían un obstáculo para viajeros de origen cubanoamericano, quienes visitan el país solo mediante vía aérea.
En este contexto, el país rompió en 2015 el récord de arribo de viajeros internacionales, con 3.524.779 turistas y un 17,4 por ciento de crecimiento.
Aunque la Oficina Nacional de Estadísticas no ofreció cifras al respecto, expertos calculan que provinieron de Estados Unidos más de 418.500 visitantes, de los cuales más de 271.000 fueron cubanos residentes en aquel país, indicó el sitio de noticias del Caribe caribbeannewsdigital.com
Durante décadas, la negativa oficial a que los cubanos salieran o entraran por mar, o incluso abordaran embarcaciones para paseos en aguas nacionales, fue objeto de duras críticas.
Estaban exentos de esta disposición, nacionales de Cuba casados con ciudadanos de otros países, previo a la solicitud de un permiso por parte del cónyuge extranjero, porque no se aceptaba que proviniera de la o el cubano.
Ello pese a que la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) nunca promulgó una ley que prohibiera navegar a cubanos.
Las autoridades sostuvieron que las “acciones terroristas contra Cuba” justificaron tal regulación con el objetivo de “prevenir la utilización de embarcaciones para la realización de estos actos”.
Desde que asumió su cargo en 2008, el presidente Raúl Castro prometió eliminar “prohibiciones absurdas” que pesaron durante años sobre la ciudadanía.
De manera paulatina, se permitió la venta libre de ordenadores y reproductores de video, se autorizó el hospedaje en hoteles, la contratación libre de la telefonía celular, así como la compra y venta de propiedades como casas y vehículos, entre otros.
En enero de 2013, la nueva Ley de Inmigración eliminó como requisitos la denominada “carta blanca” o permiso de salida y la carta de invitación de alguien en el exterior, lo que permitió a los cubanos, por primera vez en casi medio siglo, viajar al exterior sin pedir autorización al gobierno. (2016)
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