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martes, 3 de mayo de 2016

Tin, el héroe colmenero

Por Paquita Armas Fonseca

De manos del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Carlos Alberto Cremata recibió el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

Este domingo Primero de mayo trece personas nacidas en Cuba, merecieron la condición de Héroes y Heroínas del trabajo de la república de Cuba. Si tuviera tiempo escribiría de todos, buscaría sus datos, por ejemplo comentaría que hace cuatro o cinco años circuló un correo electrónico con un asunto “Clonemos a Expósito”.

El cuerpo del mensaje ofrecía una serie de virtudes del Primer Secretario del Partido en Santiago de Cuba, Lázaro Expósito, que merecen ser multiplicadas entre todas las personas con alguna responsabilidad: consagración al trabajo, capacidad organizativa, conseguir buenos resultados y otras muchas que lo sitúan entre los dirigentes más respetados del país.

Pero no lo conozco, no sé de qué color es su risa, ni si le gusta el ron, la cerveza, el vino o ninguna bebida alcohólica, en fin no hemos sido vecinos o compañeros en la Unión Nacional de Escritores y Artistas, como si me ha sucedido con Tin (Carlos Alberto Cremata).

Y como estoy segura que escribiendo de Tin rindo homenaje a los otros doce condecorados, aquí van estas líneas sobre el muchacho grande con risa amplia que me ha dado botella o que ha compartido criterios (o no) en mis críticas a la televisión.

Lo conocí hace muchos años en la UNEAC, en un taller caracol. Su obra singular, La colmenita, tenía poco tiempo de nacida y él junto a Lizette Vila hicieron vínculos con la Escuela Solidaridad con Panamá, para llevar a las abejitas a aquel centro donde hay niños y niñas diferentes.

Un día supe que Tin era Licenciado en Ciencias Pedagógicas en la especialidad de Dirección Artística en Ucrania y en Dirección Teatral en la Facultad de Artes Escénicas del, Instituto Superior de Arte, ISA. Fue un ejemplar estudiante en los dos centros y quizás por eso le exige a los colmeneros que deben ser buenos alumnos.

La colmenita, nacida en 1990, es hija de La colmena, un grupo de teatro trashumante con actores que andaban en bicicleta o a pie para dar a conocer obras de teatro clásicas o de autores contemporáneos.

A sus 26 años de creada se fue a Sancti Spíritus y allí, Tin, el niño mayor del abejero, respondió algunas preguntas al Periódico Escambray.

¿Por qué han escogido las zonas rurales?

Es una práctica desde el mismo día que empezamos hace 26 años, lo primero que hicimos a principios de los años 90 fue irnos muchas veces para los lugares más recónditos de la Ciénaga de Zapata. Desde entonces siempre hemos priorizado los parajes adonde el arte no llega con tanta frecuencia, tenemos montaje de campaña para llegar adonde no llegan las embajadas artísticas. Lo que más les gusta a los niños de La Colmenita es ese contacto con el río, con la montaña, con la historia. En esta ocasión debíamos actuar en una gala el día antes del VII Congreso del Partido; pero conociendo de la semana de receso docente le pedimos humildemente al Ministerio de Cultura que nos diera la posibilidad de regalar nuestra miel en alguna provincia. Pedimos ir a los lugares donde realmente nos necesitaran, donde fuéramos más útiles, esa es la forma más linda de saludar el Congreso. Martí decía que ayudar al que más lo necesita no es solo parte del deber sino, sobre todo, de la felicidad. Nosotros, más que cumplir el deber, sentimos una felicidad muy grande con lo que pasó en La Yaya, un macizo cañero donde vive la gente más humilde del mundo. Lo que pasó en Mayajigua, en El Pedrero, en Tuinicú, en La Sierpe, en Condado…, siempre va a ser superior para nuestras almas que lo que podamos haber sentido en un teatro importante.

¿Cuáles son los proyectos inmediatos?

Nos proponemos celebrar de una forma muy especial el cumpleaños 90 de Fidel, ya estamos trabajando en ello. La directora teatral de La Colmenita, Berta Martínez, hija de Yaguajay y quien le puso el nombre a la compañía, celebra este año sus 85 años y el mes que viene la verdadera creadora de todo esto, mi madre, cumple 80 y vamos a hacer un estreno que hace rato estamos cocinando titulado Ricitos, los tres ositos y la década prodigiosa, donde el grupo tocará en vivo las canciones de The Beatles, The Rolling Stones, los Fórmulas V. Es un guiño nostálgico a los padres y los abuelos.

¿Qué significa Fidel para La Colmenita y para usted?

Lo que significa para Cuba entera: un padre amantísimo, el verdadero líder y creador de lo que hacemos. Fidel es un misterio, la mejor forma de descifrarlo será el espectáculo por sus 90 años, me cuesta definir en frase lo que significa para el corazón de La Colmenita la dimensión gigante de ese papá que vimos hace muy poquito fuerte y hermoso, rodeado de muchachos.

¿Tiene deudas con el público?

Un gran compromiso con Santiago de Cuba es llevar a escena la impronta de Frank País, es un héroe cubano muy cercano a los niños porque murió muy joven y nadie puede explicarse cómo en tan pocos años hizo tanto al punto de ser el único hombre que el Che calificó como un ser superior, a solo horas de haberlo conocido. El muchacho de fe y acción, su mezcla tan misteriosa sedujo a La Colmenita. También queremos hacer un largometraje que recoja la historia de la compañía.

Ese fue mi vecino de Infanta y Manglar, siempre habla de trabajo y no es monotemático porque cada una de sus propuestas es diferente a la otra: puede ser con las canciones de Los Beatles o de Los vanvan, adaptaciones de La cucarachita Martina o unos versos de José Martí. 

Si Tin es el padre de La colmenita que él dirige, es tío, hasta abuelo de otras que funcionan en Cuba y las latitudes más diversas. 

Él y sus pequeños han merecido numerosas condecoraciones. Cuando las recibe de alguna manera recuerda a su padre “el verdadero director de La Colmenita es mi papá, fue quien realmente me enseñó, él trabajaba con aficionados en el aeropuerto. Lo que motivó esto que hemos hecho son sus enseñanzas, yo converso mucho con él y sueño y la gente me pregunta: “¿No sientes odio en tu corazón?”. Yo digo que sentí mucho, pero mi papá y Fidel me enseñaron que el odio no se multiplica, que lo que se multiplica es el amor.” Aquel Cremata, muerto en el atentado terrorista contra el avión de Barbados, en 1976, está con Tin y por supuesto, con Iraida Malverti, la madre que amorosa le enseñó a sus hijos el respeto por su papá y el amor por Cuba y su cultura. El colmenero mayor es un buen heredero de esas raíces revolucionarias. 

Estoy segura que esa condecoración a Tin, ese calificativo de Héroe, ha sido un bálsamo para la mujer que lo parió y le enseñó que sólo el amor engendra la maravilla. Y apuesto que todos los integrantes de la colmenita, estén donde estén, se sentirán un poco dueños de esa medalla, como yo, mi querido vecino y contertulio de algún que otro intento de arreglar ese mundo que sigue patas arriba.

(Cubasí)



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