By El Duende
Traducido del más allá por Max Lesnik
El comunicado oficial hecho por la Casa Blanca anunciando que el Presidente Barack Obama designaba oficialmente al experimentado diplomático norteamericano Jeffrey Delaurentis como Embajador de Estados Unidos en Cuba fue seguido de inmediato de unas declaraciones del Senador Republicano de origen cubano Marco Rubio señalando que “bloquearía” ese nombramiento en el Senado norteamericano- donde su Partido Republicano tiene mayoría- acorde a su posición ya conocida de enemigo jurado de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.
No es la primera vez que el Senador Rubio utiliza sus prerrogativas de Senador para entorpecer la política de mejores relaciones de Estados Unidos con América Latina. Ya lo había hecho antes bloqueando el nombramiento de Embajadora de Estados Unidos en México de la señora Roberta Jacobson, algo que solo sirvió para crearle problemas a la política exterior del Presidente Obama por razones políticas domésticas, a la vez que los mexicanos veían el caso como una ofensa a su país, que tiene relaciones diplomáticas con Cuba , ya que el argumento del Senador Rubio para su oposición al nombramiento de Embajadora de la señora Jacobson en la nación azteca no era otro que el de haber encabezado ella la delegación norteamericana designada por el Presidente Obama para discutir con Cuba el restablecimiento de las relaciones diplomáticas ente los dos países.
Mal sirve a los intereses de su país el Senador Marco Rubio al oponerse en el Capitolio de Washington a la designación oficial del Embajador Laurentis en La Habana cuando por abrumadora mayoría los norteamericanos-incluyendo a los de origen cubano- están a favor del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
En su fanático empeño por “bloquear” a Cuba el Senador Marco Rubio al que termina “bloqueando” es a los Estados Unidos. Es como el que quiere matar a un enemigo y al disparar su arma se da un tiro en un pie.
Estamos ante otra payasada más del travieso y pícaro “Marquito”. Como cubano que soy me da vergüenza ajena tan obtuso proceder del Senador floridano Marco Rubio. Pudiéramos decir que con esa clase de enemigos Cuba no necesita de tantos amigos.
Y hasta mañana viernes amigos de El Duende que con mi gallo me voy cantando a mi tumba fría. Bambarambay.
Jeffrey Delaurentis experimentado diplomático norteamericano
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