Pueden ser apreciadas en una exposición acogida por el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
Somos uno, 2016, técnica mixta sobre madera.
Foto: Michel Mirabal
La Habana, 13 sep.- La exposición Fuerza y sangre. Imaginarios de la bandera en el arte cubano muestra la enseña nacional, creada en 1849, en disimiles formas, tamaños y perspectivas, cuando se ha generado un debate sobre su uso en artículos como delantales.
Expuesta en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, la selección incluye obras de diseño, dibujo, pintura, escultura, obra gráfica, instalaciones y video-proyecciones, de más de un centenar de creadores cubanos de diversas generaciones y estéticas.
De acuerdo con su curadora Isabel Pérez, la muestra inserta desde piezas históricas en el devenir del arte nacional hasta obras más cercanas en el tiempo concebidas especialmente para la ocasión.
Fue organizada por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, junto con la Asociación Hermanos Saíz y el Ministerio de Cultura.
Pérez explicó que la propuesta “no pretende ser un abordaje completo de todas las maneras en que la bandera ha sido asumida, aunque sí hay muchas piezas claves, estratégicas, en la historia del arte cubano, junto a otras de más reciente realización”.
Fuerza y sangre fue inicialmente abierta al público en abril pasado, en el Pabellón Cuba, una galería ubicada en la céntrica avenida La Rampa, en esta capital.
Las inclemencias del tiempo llevaron a su cierre en ese espacio semicerrado apenas semanas después de su inauguración. Entonces se decidió un remontaje posterior en una sede cerrada.
Caricaturas, afiches de cine de diferentes décadas, portadas de revistas, fotografías, cables, un cubo Rubik gigante y muchos otros soportes, acompañan una réplica de la escarapela que llevaba al caer en combate el Héroe Nacional, José Martí (1853-1895), y que constituye el centro visual de toda la exposición.
La muestra reúne creaciones de buena parte de las más reconocidas firmas y de noveles creadores de las artes plásticas en Cuba, quienes plasman sus acercamientos, visiones y sentir sobre un eje temático común, con modos de expresión que van desde el uso contemporáneo de los símbolos patrios hasta elementos de la masonería y la religiosidad.
Con la enseña cubana enarbolada el 24 de febrero de 1895 en Manzanillo (Granma) como primera pieza, Fuerza y sangre incluye fotos de Raúl Corrales (1925-2006) y Alberto Korda (1928-2001) y fragmentos de poemas relacionados con la bandera escritos por José Martí, Nicolás Guillén (1902-1989) y Carilda Oliver Labra.
Tan diversas como las obras que reflejan las subjetividades de quienes las crearon son las percepciones e interpretaciones del público.
“Algunas fotos, caricaturas y portadas recuerdan momentos de fervor patriótico, a inicios de los 60; otras muestran el uso cotidiano de la bandera, que está en casas, calles, a veces tan descolorida y ajada como las vidas de las personas que la rodean”, comentó Armando Díaz, un fotógrafo aficionado.
Para una turista europea, “es bueno ver cuánta riqueza existe en las artes visuales de Cuba a la hora de abordar un tema como la bandera”.
El alcance de esta exposición se ampliará cuando transite por Holguín, Granma y Santiago de Cuba, y en 2017, seguirá su periplo por el resto de las 15 provincias del país.
La muestra se expone en momentos en que en el país se retoma el debate acerca de la comercialización de objetos de artesanía y suvenir con símbolos patrios e imágenes de personalidades históricas.
El diario oficial Granma publicó, el pasado 8 de septiembre, un artículo del historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler, que cuestiona la práctica de comercializar banderas cubanas.
Leal señaló que, “con profunda pena hemos venido observando que la enseña nacional, la gloriosa bandera de la estrella solitaria que no ha sido jamás mercenaria, está a la venta entre otros productos de la artesanía como si se tratara de una de ellas o de un objeto común”.
(2016)
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