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viernes, 14 de octubre de 2016

Así observan los EEUU los derechos humanos en Cuba.

Por José Manzaneda14 OCTUBRE, 2016

Para hablarnos sobre derechos humanos en Cuba, es habitual que las agencias y medios en idioma español tomen como fuente informativa al denominado “Observatorio Cubano de Derechos Humanos”, con sede en Madrid (1) (2) (3) (4).

Pero hay un detalle esencial sobre esta supuesta ONG que los medios no revelan: que está sostenida económicamente, desde su nacimiento en 2009, por el Gobierno de EEUU (5).

El llamado “Fondo Nacional para la Democracia” (NED, por sus siglas en inglés), solo en el último año, entregó al citado Observatorio 200 mil dólares para su actividad (6).Parte de este dinero financia en La Habana, además, a su “entidad asociada”, la llamada “Comisión Cubana de Derechos Humanos”, dirigida por el conocido “disidente” Elizardo Sánchez (7).

Esta información ha sido desvelada por el periodista norteamericano Tracey Eaton (8), ya que el citado Observatorio no hace públicas ni esta ni otras fuentes de financiación (9).

Es curioso que una supuesta “ONG de DDHH” apoye la línea dura de la ultraderecha. Junto a la Fundación FAES de José María Aznar, presiona a la Unión Europea para que mantenga el régimen de sanciones a la Isla contenido en la llamada Posición Común (10). Y ha protestado airadamente por la reciente decisión de la Comisión Europea de derogarla (11).

Es un caso similar al llamado “Observatorio Sirio de Derechos Humanos”, financiado en este caso desde la Unión Europea y el Gobierno de Reino Unido, y que es fuente de referencia sobre Siria para agencias y medios occidentales (12). El objetivo de sus financiadores es claro: posicionar a la opinión pública, a través de los testimonios de esta supuesta “organización civil”, contra el gobierno de Damasco, y legitimar así la política de intervención occidental en el conflicto sirio (13).

Pero recordemos qué es el “Fondo Nacional para la Democracia” (NED), que financia el Observatorio Cubano de Derechos Humanos. Se presenta como una organización sin fines de lucro, que cuenta con una partida estable y por ley del Congreso de EEUU. Fue creado por el Gobierno de Ronald Reagan en 1983, para llevar a cabo, de manera más transparente y fiscalizable, ciertas actividades que antes realizaban los servicios de inteligencia (14). Carl Gershman, su primer presidente, explicaba que la NED se fundó porque “sería terrible para los grupos democráticos del mundo presentarse como financiados por la CIA” (15) (16).

Hoy, la NED financia más de mil proyectos en 90 países del mundo, bajo el paraguas de la supuesta “promoción de la democracia”, con un objetivo esencial: financiar y empoderar partidos políticos, sindicatos, ONGs y medios informativos que defiendan los intereses de EEUU y Occidente, frente a gobiernos oponentes, como los de Venezuela, Irán, Ecuador, Siria, Rusia o Cuba (17) (18).

La NED destina 4 millones al año a grupos que combaten al Gobierno cubano. El resto, hasta los 30 millones que asigna para tal fin el Congreso de EEUU, son canalizados por la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) y el propio Departamento de Estado (19).

Estos fondos –recordemos- son un mandato contenido en las leyes Helms-Burton (de 1996) y Torrichelli (de 1992) (20).

Así es como, desde Washington, son sostenidos y financiados los grupos de la llamada “disidencia” interna cubana, las organizaciones de la ultraderecha de Miami, y las fundaciones y colectivos que, desde Madrid, Praga, Lima o Varsovia, actúan como legitimación informativa de las campañas mediáticas contra el Gobierno cubano (21).

Aunque sobre ello los medios internacionales no nos digan… ni media palabra.






















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