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jueves, 24 de noviembre de 2016

Claver-Carone: ¿Un falso movimiento simplemente para apaciguar?


Álvaro Fernández • 24 de noviembre, 2016

MIAMI. A principios de esta semana, el equipo de Donald Trump contactó a Mauricio Claver-Carone para que se sentara a la mesa del grupo de decisores del presidente electo. La tarea de este grupo es establecer el rumbo de la presidencia de Trump que se inicia el año próximo. Ayudará a hacer la “transferencia” de Obama al nuevo presidente de manera tan perfecta como sea posible, según la tradición. También deben llenar más de 4 000 puestos de trabajo y nombramientos, todos con personas que servirán al presidente entrante.

La pregunta que muchos se han hecho es: “¿Por qué Claver-Carone?”

La página de Wikipedia de Claver-Carone lo describe como un estadounidense que apoya las actitudes de políticas que Estados Unidos han adoptado contra el gobierno cubano. Lo que no menciona, creo yo, es que Claver-Carone cabildea a favor de posiciones que también han dañado o han intentado dañar al pueblo cubano, no solo al gobierno. Mi viejo amigo y mentor Francisco Aruca se habría referido a Mauricio como miembro importante de la clase anticubana, y uno de los principales líderes de la “industria del mal”.

Abogado y cabildero en Washington, D.C., Claver-Carone dirige el PAC (Comité de Acción Política) de Democracia EE.UU. Cuba, que por más de una década ha intentado cumplir el papel de Jorge Mas Canosa, quien hizo mucho daño a Cuba en la década de 1990. Claver-Carone ha tenido victorias, no hay dudas, si usted está de la parte malvada de la discusión acerca de Cuba. Sus éxitos se amplificaron durante la era de George W. Bush. Sin embargo, su importancia y oportunidad disminuyeron considerablemente después de que Barack Obama se convirtiera en presidente en 2009.

Pero la posibilidad de una presidencia de Trump pareció presentar una oportunidad de Ave Fénix para Claver-Carone y el PAC. Trump, que ha adoptado más posiciones acerca de Cuba que las que ha adoptado Marco Rubio en casi todos los temas, llegó a Miami y cambió de posición acerca del embargo y de la apertura de Obama hacia el gobierno de La Habana.

Durante su visita a Miami, semanas antes de las elecciones, Trump buscó el apoyo del elector cubano de extrema derecha a costa del cual vive Claver-Carone. Trump recibió el endoso de la Brigada 2506, que en la década de 1960 intentó derrocar al naciente gobierno de Castro, y fracasó [por cierto, no una gran cosa políticamente hablando]. Más importante aún, durante su viaje a Miami, Trump asistió a un panel de discusión con 15 de los líderes miamenses de la “industria del mal”, en el que participaron Fausto y Remedio Díaz-Oliver, la poderosa pareja que a fines de la década de 1990 se declaró culpable de fraude y evasión fiscal, ambos fuertes donantes económicos, junto con el magnate automovilístico de Hialeah Gus Machado, del ya mencionado PAC. También estaban importantes pesos pesados ($$$) y varios políticos que no vale la pena mencionar.

[Un irritante de esta visita fue el desaire de la LBA. La Asociación de Constructores Latinos, el grupo más importante de la industria constructiva, mayormente republicano, decidió apoyar a la aspirante demócrata Hillary Clinton, primera vez que lo hacía en su historia localmente influyente. Entre las razones para la decisión estuvieron el fanatismo de Trump y la referencia que hizo a cierto grupo de latinos como “violadores” y otras cosas.]

Al final, Trump obtuvo la ayuda de los cubano-americanos en Miami. Durante las elecciones, el grupo votó casi a partes iguales a su favor y en su contra, en comparación con una proporción de 80 a 20 en su contra en el caso de los otros grupos hispanos en el país. No hay duda de que el voto cubano ayudó a Trump a ganar el muy importante estado de La Florida, pero los cubanos NO fueron el factor decisivo. Lo que inclinó en su favor al estado, que había votado por los demócratas en ambas elecciones de Obama, fue el abrumador voto blanco –en especial en los condados septentrionales de La Florida– a favor de Trump.

No obstante, la pregunta sigue siendo válida. ¿Por qué Claver-Carone?

No tengo información privilegiada ni he hablado con ninguna persona cercana al grupo de Trump. Pero creo, y estoy dispuesto a especular, que el nombramiento de Mauricio Claver-Carone en el equipo de transición fue un simple guiño a esos cubanos de extrema derecha que lo defendieron, lo ayudaron financieramente y finalmente votaron por Donald Trump a principios de este mes. Con Claver-Carone, Trump logró encapsular y seleccionar a la única persona que representa a un conglomerado de personas que no pueden resignarse a dejar de odiar a la Cuba de hoy y a los cubanos que viven allí.

La selección ahora le permite a Trump señalar a Claver-Carone y apaciguar a sus facilitadores cubano-americanos.

No obstante, lo cierto es que Claver-Carone no ha sido nombrado en ningún cargo oficial. Veremos si llega a ser nombrado y, si es así, qué cargo le ofrecen. Y qué puede influir, si acaso lo hace.

Se me hace difícil creer que Donald Trump vaya en contra de los deseos de los intereses agrícolas de la parte central del país, por ejemplo, que votó por él de forma abrumadora. Estos granjeros están desesperados por hacer más negocios con Cuba. ¿Los frustrará Trump para satisfacer al grupo que respalda a Claver-Carone y al que le gustaría hundir a la isla de Cuba y a los 11 millones de habitantes que viven allí?

Solamente el tiempo nos dará la respuesta real. Y esa respuesta debe llegar más pronto que tarde.

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