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Ana Belén Montes, quien fue funcionaria de la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA, por sus siglas en inglés) está presa desde hace 15 años en Estados Unidos. En 2002 fue acusada por haberle pasado información a la inteligencia cubana sobre operaciones que Washington planeaba contra Cuba.
La mujer fue detenida en el año 2001 acusada de espionaje y luego condenada a 25 años de prisión y otros cinco, en libertad condicional. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos han devuelto la esperanza a sus familiares y amigos que vienen solicitando que el presidente Barack Obama le otorgue el indulto antes de finalizar su mandato, en enero de 2017.
Según informó la periodista Fania Rodrigues para el medio Brasil de Fato, “los datos eran enviados a través de combinaciones numéricas y de códigos, siempre en papel, transmitida a un persona, en la misma ciudad. Ese receptor transmitía a una tercera persona y recién entonces la información llegaba al gobierno cubano. Los códigos que usaban acostumbraban a tener mensajes cortas, algo así como ‘recibí mensaje’ o ‘peligro’. Mas adelante los investigadores concluyeron que toda la información era transmitida en papel soluble en agua, lo que permitía destruirlos fácilmente. El objetivo principal de Ana Belén era evitar atentados contra el pueblo cubano”.
Los familiares de Montes dijeron a Brasil de Fato que la agente “nunca recibió un dólar del gobierno cubano” y que fue la convicción lo que la motivó a pasar información. Tampoco la Justicia norteamericana encontró indicios de pagos.
“Ana estaba convencida del cruel tratamiento que el gobierno estadounidense daba a Cuba. Conociéndola, puedo decir que ella siempre demostró un gran sentimiento de justicia, eso quedó evidente en la manera como trataba a las personas y conducía su vida”, explicó su prima, Miriam Montes Monck, que es escritora y coordinadora de la Mesa de Trabajo en defensa de Ana Belén Montes en Puerto Rico y fue consultada por Brasil de Fato.
Ana Belén es ciudadana norteamericana, aunque nació en Alemania occidental en 1957, hija de un médico puertorriqueño. Vivió casi toda su vida en EE.UU. donde se graduó y realizó posgrados en Relaciones Internacionales. Trabajó en el Departamento de Justicia antes de ser incorporada en la DIA como analista de inteligencia en Cuba.
Según informa Rodrigues, durante el juicio que se le realizó en 2002, Ana Belén justificó su accionar con el siguiente alegato: “Creo que la política de nuestro gobierno en relación a Cuba es cruel e injusta, y me siento moralmente obligada a ayudar a la isla a defenderse de los intentos de imponer nuestros valores y nuestro sistema político”.
Ana Belén había sido enviada a Cuba en diversas ocasiones para espiar el funcionamiento del Partido Comunista Cubano, pero a partir de conocer la realidad del país y de su historia, opuesta al relato oficial en Estados Unidos, decidió hacer lo contrario a lo que le habían ordenado.
El conocido abogado Plato Cacheris ofició en su defensa durante el juicio, como ya lo había hecho con Robert Philip Hanssen, un agente del FBI que se vinculó con las autoridades rusas por 22 años, hasta ser encarcelado en 2001. En esa ocasión Cacheris argumentó que “Ana Belén sentía que los cubanos eran tratados injustamente por los Estados Unidos”.
Ana Belén ya defendía en esos años la necesidad de una aproximación entre Cuba y Estados Unidos, que ocurrió recién once años después. “Mi mayor deseo es ver el surgimiento de las relaciones amigables entre los Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso incentive de cierta forma a nuestro gobierno a dejar de lado su hostilidad en relación a Cuba y a trabajar con el gobierno cubano en un clima de tolerancia, respeto mutuo y comprensión”, dijo durante el juicio.
En la actualidad, Montes se encuentra detenida en la prisión de Carswell, dentro de las instalaciones militares de la Marina de los EE.UU. Allí se llevan a cabo ejecuciones para presidiarias que recibieron la pena capital, como así también se aloja a detenidas con patologías mentales, dentro del mismo complejo penitenciario. “Con frecuencia las condiciones de la prisión son caóticas”, afirma su prima Miriam Montes, quien se comunica con Ana a través de cartas. Miriam sostiene que esta prisión representa uno de los últimos vestigios de la Guerra Fría.
Recientemente, Ana Belén tuvo que enfrentar un cáncer de mama razón por la cual fue intervenida quirúrgicamente. “Tenemos poca información sobre su real estado de salud y no sabemos tampoco si está realizando el tratamiento adecuado en la prisión”, informó la brasileña Carmen Diniz, que forma parte de la campaña internacional por la liberación de Ana Belén Montes.
Hace pocos días esta campaña fue relanzada en un show del cantautor cubano Silvio Rodríguez en Madrid. También se realizaron manifestaciones en Puerto Rico, Estados Unidos, Chile, Argentina, República Dominicana, Cuba, Francia, España e Irlanda.
En este marco, Miriam Montes se ilusiona: “Hoy existe una interesante coyuntura, que surgió a partir de las declaraciones del presidente Obama, sobre la necesidad de normalización de las relaciones con Cuba, que coinciden con las intenciones de Ana Belén frente a la Corte Federal en 2002. Obama demostró su deseo de dejar para atrás los vestigios de la guerra. Entendemos que el encarcelamiento de Ana Belén es uno de esos vestigios, visto que la lucha fue fruto de las relaciones de hostilidad entre EEUU y Cuba”.
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