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lunes, 10 de abril de 2017

El rey de Marruecos de vacaciones en Cuba

Rabat y La Habana no mantienen relaciones diplomáticas desde hace 37 años

Agencias, Madrid | 10/04/2017 10:46 am, Cubaencuentro

Marruecos tiene un gran enemigo en América Latina: Cuba. El rey Mohamed VI de Marruecos decidió pasar unas vacaciones desde el viernes con toda su familia. La elección del archipiélago caribeño ha dejado estupefactos a muchos de los siguen la política marroquí porque la relación entre Rabat y La Habana es tan mala que ni siquiera mantienen relaciones diplomáticas, informa el diario español El Confidencial.

A las 17:30h del viernes, poco después de la oración de mediodía, el Boeing real despegó de Casablanca rumbo a Cuba con, a bordo, el monarca, de 53 años, su esposa, Lalla Salma, su hijo, el príncipe heredero, Moulay Hassan, de 14 años, su hija, Lalla Khadija, de 10 años, y un numeroso séquito. En la Isla se incorporaron otros miembros de la familia.

La Habana fue la primera etapa de la visita real donde Mohamed VI y su séquito ocuparon todo el hotel Saratoga. Después irán, según el diario turístico Caribbean News Digital, al Cayo Santa María, de 21 kilómetros cuadrados. Es probable que, a continuación, el monarca emprenda, ya sin la familia, un viaje de trabajo por América Latina.

Cuando el Boeing 737 salió del espacio aéreo marroquí Le 360, el diario online más afín al palacio real, dio la noticia de las vacaciones reales y las justificó. Recordó que la agenda del soberano “había estado muy cargada” estos últimos tiempos. Desde el otoño Mohamed VI ha efectuado tres largas giras africanas —la última duró 45 días— y a su regreso, a finales de marzo, tuvo que dar un impulso a la formación del Gobierno pendiente desde principios de octubre. Los periplos africanos estuvieron, sin embargo, salpicados de días de descanso en los países que visitaba.

Le 360 y otros medios marroquíes que recogieron la noticia omiten recordar que Cuba y Marruecos no mantienen relaciones diplomáticas desde hace 37 años. Incluso cuando las mantuvieron no fueron nada cordiales a causa del apoyo, político y diplomático que el gobernante Fidel Castro brindó a Argelia en su guerra con Marruecos a principios de la década de los sesenta.

Tras la salida de España del Sáhara Occidental, en 1975, el Frente Polisario desencadenó la guerra de guerrillas contra Marruecos y contó desde el primer momento con el respaldo de Cuba. Miles de jóvenes saharauis han estudiado en sus escuelas y universidades; sus instructores militares y sus médicos se han desplazado hasta Tinduf (suroeste de Argelia) para enseñar a los reclutas saharauis a manejar las armas o prodigar cuidados a los refugiados. El apoyo cubano supera con creces al de otros países latinoamericanos que simpatizan con el independentismo saharaui como Venezuela, Nicaragua, Bolivia o Uruguay.

“Es como si se fuese de vacaciones a Argelia, solo que Argel y Rabat sí mantienen relaciones diplomáticas lo que no sucede con Cuba”, comenta sorprendido un diplomático europeo que hasta hace poco estaba acreditado en Rabat. Argelia es el gran valedor del Polisario al que proporciona armas y acoge en su territorio a los refugiados saharauis.

Cuando desde el palacio real marroquí se trasladó a La Habana el deseo del monarca de vacacionar Cuba, el régimen castrista* aceptó, pero envió de inmediato a Tinduf a su embajador en Argel, Raúl Barzaga Navas. Este informó al líder del Polisario.

Las autoridades cubanas guardan, por ahora, silencio. “La visita del monarca ha tenido un perfil muy bajo y hasta el momento ningún telediario ni medios nacionales han tomado nota”, constataba desde La Habana el columnista Aurelio Pedroso. Aun así, opinaba que “quienes pensaban que el ‘boom Cuba’ comenzaba a desinflarse se han equivocado”.

*( HHC: forma peyorativa con que pretenden etiquetar a la revolución cubana)

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