Luis Posada Carriles, el exiliado cubano y exagente de la CIA que intentó en múltiples ocasiones atentar contra la vida de Fidel Castro, falleció este miércoles temprano en la mañana. Había cumplido 90 años en febrero.
"Falleció cerca de las 5 de la mañana en un hogar del gobierno para veteranos", localizado en Miramar, confirmó su abogado Arturo Hernández. "Ya venía enfermo bastante tiempo."
Su salud se había deteriorado tras sufrir un cáncer de la garganta. En el 2015 sufrió varias fracturas en un accidente automovilístico.
"Lo siento mucho porque yo pasé cinco años de mi vida defendiéndolo y en ese tiempo se manifestó como una gran persona, por lo menos trató de hacer algo por Cuba", agregó Hernández.
Posada Carriles fue una figura controversial, considerado como un héroe por muchos exiliados cubanos, por su participación en la fallida invasión de Bahía de Cochinos y otros intentos de derrocar al fallecido Fidel Castro. Pero el gobierno cubano lo considera un terrorista, por su vinculación con el derribo del avión de Cubana de Aviación en Barbados en octubre de 1976, que dejó 73 muertos.
Documentos recientemente desclasificados muestran que la CIA, con la que Posada Carriles estableció una larga relación, estaba al tanto de evidencia que podía incriminar al exiliado cubano en el atentado.
Luego de pasar por el ejército estadounidense entre 1963 y 1964 y alcanzar el grado de subteniente, fue reclutado por la CIA en abril de 1965 como instructor en un centro de entrenamiento en la Florida. Posada trabajó para la CIA entre 1965 y 1967, y luego entre 1968 y 1976 como informante dentro de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), en Venezuela.
Posada nunca fue acusado en Estados Unidos por el derribo del avión en 1976 y hasta su muerte, negó su participación. También salió libre de acusaciones de violar la ley de inmigración de Estados Unidos en conexión con su presunto papel en los atentados contra hoteles y sitios turísticos en Cuba en 1997.
Posada Carriles fue condenado en Panamá en el 2000 por su participación en un complot para asesinar a Castro en ese país, pero fue perdonado por la entonces presidenta Mireya Moscoso, tras cumplir cuatro años en la cárcel.
En el 2005 encaró un proceso de deportación en El Paso, Texas, y el Departamento de Seguridad Interna lo declaró un “riesgo a la seguridad nacional de Estados Unidos”. Su deportación a un tercer país que no sea Cuba ni Venezuela —donde las autoridades estadounidenses creen que no había garantías legales para un juicio en su contra— nunca se realizó.
Según un memorando desclasificado de la CIA, Posada Carriles también fue utilizado como "fuente de información sobre las actividades de los exiliados cubanos” en contra del gobierno de Castro.
El Terrorista tiene una estela de asesinatos, torturas, sabotajes , etc cobrando vidas inocentes, tanto en Cuba, como Venezuela, y otros paises de América Latina.
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