La jueza federal Maryanne Trump Barry, hermana del presidente Donald Trump, llega para ver el desfile de la toma de posesión presidencial número 58 en Washington, el viernes 20 de enero de 2017. Foto: Pablo Martínez Monsivais / AP Images.
Por Stephen A. Crockett Jr. Actualizado Abr 15, 2019
Trump tiene una hermana. (¿Quién lo iba a saber?) Su nombre es Maryanne Trump Barry. Imagínense a Trump con una peluca empolvada peinada hacia atrás, con un moño en la parte superior, y tendrán a Maryanne. Ella solía ser jueza federal de apelaciones, pero de repente, se retiró. Estoy seguro de que la jubilación no tuvo nada que ver con una investigación judicial acerca de si ella cometió fraude fiscal y, por lo tanto, violó las normas de conducta judicial.
Sí, la jubilación termina efectivamente con la investigación, y sí, ella se va con todos los beneficios que conlleva haber tenido un cómodo trabajo. Pero seguramente su fecha de jubilación y la investigación acerca de cómo obtuvo su herencia fue una coincidencia, ¿no es así?
De acuerdo con The New York Times, que publicó un feroz estudio en profundidad de cómo Trump esquivó al IRS (Servicio de Impuestos sobre la Renta) utilizando complicados planes para evitar pagar impuestos por su herencia, Barry presentó sus documentos de jubilación en febrero, unos 10 días después de enterarse de que la investigación acerca de sus fondos estaba “recibiendo toda la atención” de un consejo de conducta judicial.
Si bien la posiblemente ilegal transferencia de fondos de parte de Papá Trump a su descendencia ya había alcanzado el estatuto de limitaciones, la investigación judicial no había caducado, y alguien presentó una queja contra Maryanne. Si Maryanne hubiera sido declarada culpable de alguna fechoría, el impacto de la investigación también habría afectado al presidente.
Pero había una manera en que Maryanne podía solucionar todo esto: ella podría retirarse y terminar con la investigación justamente en el punto que estaba. Y eso es exactamente lo que ella hizo.
Para comprender en su totalidad el alcance de la perfidia de Papá Fred, Vox señala una medida particularmente astuta.
Lo más sorprendente de esto, a mi modo de ver, comenzó en 1992. Los hijos de Trump, incluidos Donald y Maryanne, fueron declarados propietarios de una empresa llamada All County Building Supply & Maintenance (Suministros y Mantenimiento de Edificios en Todo el Condado). Luego la compañía vendió calderas, refrigeradores, productos de limpieza y otros equipos a precios inusualmente altos a los edificios propiedad de Fred Trump. A primera vista, esto se parece mucho a un esfuerzo ilegal para evadir el impuesto a donaciones y herencia al enmascararlo como una transacción comercial. Es más, Fred Trump incrementó el delito porque los edificios en cuestión tenían alquileres regulados, y él citó los altos precios que pagó como justificación legal para aumentar los alquileres.
Así que Maryanne esquiva el problema, con su pensión completa y beneficios de jubilación, y la familia Trump se anota otra raya en la casilla de victorias. Y demuestra que Donald no es el único Trump turbio en la familia.
(Tomado de The Root)
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.
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