Mi blog sobre Economía

sábado, 23 de noviembre de 2019

VOLVIÓ CRISTINA Y CON ELLA EL AGUA A SU CAUCE


Con el regreso de Cristina, después de su prolongada estadía en Cuba, el armado del nuevo gobierno comienza a verse más clara. La deuda “eterna” y una idea –no oficial- de pago. En Bolivia y Chile sigue la lucha, algunas señales que insinúan el futuro. 

Cristina regresó de Cuba y da la impresión que las cosas van tomando un rumbo más definido. Si hubo un hecho cargado de simbología fue la reunión realizada, a su regreso, con el Presidente electo. Alberto Fernández fue al departamento de Cristina, allí se reunió con ella y su hijo Máximo, la “Mesa Chica” de las grandes decisiones del próximo gobierno. Ésa es la verdad del poder político real, que puede chocar o no con el poder institucional del que será investido Alberto, como Presidente, a partir del próximo 10 de diciembre. 

Quedó ratificada una primera novedad: Máximo presidiría el futuro bloque oficialista en diputados. Para que ese lugar quede libre, el rosarino Agustín Rossi pasaría a tener su puesto en el gabinete, regresando a la cartera de Defensa que ocupara durante la presidencia de Cristina. De ese modo, aunque resten cuestiones por definir, el Poder Legislativo quedará controlado por la ex Presidenta. Cristina, además de ocupar la presidencia del Senado en su carácter de Vice-Presidenta de la Nación, colocará a alguien de su confianza en la vicepresidencia de esa Cámara y esa persona será –detrás de ella- el segundo en la línea sucesoria. En el Senado fue necesario hacer algunas maniobras para evitar la existencia de dos bloques oficialistas, uno respondiendo a los gobernadores y el otro a Cristina. El cordobés, Carlos Alberto Caserio, cercano a los gobernadores, fue “corrido” hacia el gabinete y el formoseño José Miguel Ángel Mayans, más cercano al cristinismo, quedaría al frente de un bloque único. En Diputados se está desechando la idea de un interbloque (PJ cristinista, PJ gobernadores y Renovadores) y se confirma que Máximo estaría al frente de un bloque único. La otra duda que reaparecerá una y otra vez será la tarea de Sergio Massa, como Presidente de esa Cámara. Él aspira a ser el vínculo de la misma con el Ejecutivo y en esa función tendrá que articular tareas con Máximo, con quien ha desarrollado una buena relación. 

Definido lo que pasa en el Legislativo es bueno echar un vistazo a lo que ocurre respecto a la composición del gabinete del Ejecutivo. Allí, todo parece indicar que aquella afirmación de Alberto en el sentido que la influencia de Cristina en su integración “es igual a cero” no parece confirmarse en la realidad. Cristina, la principal dirigente política del país y que le cediera a Alberto Fernández el primer lugar en la fórmula, se está reservando el derecho al veto de algunos nombres y la proposición de otros que tienen que ver con lugares claves. Todo lo cual está siendo profusamente informado por distintos medios de prensa, además de voceros oficiales y oficiosos. 

En lo que respecta al Poder Judicial, la distribución de responsabilidades parece haberse cerrado con Alberto controlando el ministerio de ese sector y el cristinismo con un peso determinante en el estratégico Consejo de la Magistratura, un organismo vital para la designación, sanción y remoción de jueces y fiscales. Allí el futuro oficialismo contará con mayoría. 

Se pueden cerrar estas breves y provisorias reflexiones planteando que seguramente Cristina y Alberto procurarán –al menos en estos dos primeros años de gobierno- evitar confrontaciones abiertas. A ninguno de ellos les conviene esa perspectiva. Cristina se reserva los instrumentos parlamentarios para evitar que el proyecto económico se incline hacia nuevos ajustes. De esa manera supone que podrá mantener y acrecentar su poder, como reserva del progresismo, al no tener responsabilidad directa en algunas medidas de gobierno que puedan no ser de su agrado. Alberto confía en que la simbología progresista a la que apela sea un puente con el kirchnerismo y con vastos sectores medios. Sabedor del escaso poder territorial que tiene dedicará buena parte de su esfuerzo en construirlo. Su fuerza, ParTE (Partido por el Trabajo y la Equidad), creado por Alberto en el 2012, puede ser uno de los instrumentos de ese objetivo.

( Enviado por mail por Roberto Perdia)



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